Compró una casa en Italia por un euro, pero debió devolverla tres años después por un inesperado inconveniente
Un chef británico soñaba con vivir en Sicilia, pero no logró hallar mano de obra necesaria para remodelar la vivienda y tuvo que renunciar a ella
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Un chef británico compró una casa en ruinas en un pueblo de Sicilia, en Italia, por tan solo 1 euro. Pero lo que parecía un excelente negocio, no prosperó. El hombre tuvo que deshacerse de la propiedad al no poder hallar trabajadores para remodelarla en el tiempo que estipulaba el contrato de compra. El hecho sucedió en un contexto de escasez de la mano de obra para la construcción en el país, pero la buena noticia es que el comprador recibió de nuevo su euro y pudo invertir en una nueva propiedad en el mismo lugar, donde vive actualmente.
El protagonista de esta historia inmobiliaria es Danny McCubbin, de 58 años, un cocinero nacido en Australia pero que habitó por muchos años el Reino Unido. El hombre aprovechó un plan de venta de casas derruidas en el distrito histórico del pueblo siciliano de Mussomeli. Esto es parte de un proceso en que varios pueblos idílicos italianos de zonas rurales ponen en venta propiedades a precio de ganga para lograr repoblar sus comunidades, ya sea con residentes nacionales o extranjeros. En este caso, el chef compró su inmueble por apenas un euro. Pero la condición es que el lugar debe ser refaccionado.
El problema llegó cuando McCubbin, que siempre soñó con vivir en Sicilia, cerca del Mediterráneo, comenzó a buscar una empresa constructora para poner en condiciones la casa que había adquirido. Entonces se topó de frente con una realidad laboral en italia: la dificultad para encontrar mano de obra en la construcción. Ocurre que el país otorgó exenciones fiscales para las familias que hagan remodelaciones en sus hogares, con el eje en que estas sean ecológicas y con foco en la reducción de daños por posibles terremotos.
Con estas condiciones favorables, fueron muchísimas las viviendas que comenzaron con sus reformas, lo que provocó que se empleen obreros en todo el territorio de Italia, con lo que se generó que cada vez sea más difícil conseguir trabajadores y que, además, los precios de los materiales para la construcción aumentaran.
Así las cosas, McCubbin estuvo un año en la búsqueda de un equipo de albañiles para realizar los trabajos en la casita de Mussomeli, pero su intención se vio truncada por los motivos expuestos. “Fue muy difícil encontrar un constructor y con el tiempo la casa se deterioró aún más. Cuando al final encontré una empresa constructora, renovarla ya costaba el doble. Decidí que ya no valía la pena para mí”, confió el chef al medio británico inews.
Sin embargo, el hombre no renunció a su sueño de habitar la isla italiana. Como no intentaría hacer la renovación de la casa en el tiempo que estipulaba el contrato, McCubbin devolvió el inmueble y recibió nuevamente su euro, pero fue por otra vivienda. Así, compró otra casa barata en la misma comunidad de Mussomeli. No fue un regalo como la anterior, pero por solo 8000 euros (8800 dólares) obtuvo su nuevo hogar, que solamente necesitaba arreglos menores, que concretó con la inversión de otros 5000 euros (5500 dólares).
Por fortuna, encontró albañiles que, en una semana libre entre dos trabajos más grandes, hicieron los arreglos en tan solo una semana. Así fue como el chef pudo instalarse rápidamente en su nuevo hogar y abrió una cocina comunitaria en la plaza del pueblo para entregar comida a familias vulnerables de la zona.
“Me mudé acá a fines de diciembre de 2020, porque quería vivir en Italia cuando ocurriera el Brexit -dijo McCubbin-. Siempre quise vivir en Sicilia. A mis padres les encantaba el campo, así que me pregunté qué le faltaba a Mussomeli y se me ocurrió la idea de The Good Kitchen”, contó.
El chef agregó que la vida en Sicilia era exactamente el “polo opuesto” a su realidad londinense. “Me encanta el estilo rústico y tranquilo de este lugar. Acostarme a las 10 de la noche y levantarme temprano para ir al mercado”, señaló.
Mientras tanto, las autoridades del pueblo dicen que pronto se solucionará el problema de la falta de mano de obra. “Las empresas locales, que están ocupadas con renovaciones hasta 2024, se ven obligadas a rechazar nuevos contratos, pero pronto habrá una afluencia de nuevos constructores del extranjero para ayudar”, dijo al citado medio británico el alcalde de Mussomeli, Toti Nigrelli.
Cabe recordar que en Mussomeli, el pueblo siciliano ubicado a 30 minutos del Mediterráneo, donde viven unas 11.000 personas, compraron casas al precio de un euro alrededor de 42 argentinos. Según informaba un artículo en este medio, allí se habían instalado varios rosarinos, cordobeses, porteños y bonaerenses, del delta del Tigre. Algunos de ellos, además, compraron campos de olivos y almendros en la zona.
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