Compraron una isla en el Caribe por U$S 250.000 para fundar su propio país y ahora buscan ciudadanos
Se trata de Coffe Caye, una ínsula próxima a Belice, que en 2019 fue adquirida de manera colectiva y ya cuenta con su propio gobierno, himno y bandera
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Un grupo de inversores de todo el mundo reunió los fondos suficientes para comprar una isla en el Caribe y la convirtió en una “micronación”, que ya tiene su propio gobierno, su himno y su bandera. El particular proyecto fue puesto en marcha en 2018 a través del sitio Let’s buy an island (Compremos una isla), a mediante el cual cerca de un centenar de inversionistas reunió 250.000 dólares para adquirir Coffe Caye, una pequeña ínsula próxima a Belice, que hoy se llama Principado de Islandia.
Marshall Mayer es el nombre del cofundador del sitio Let’s Buy an Island, que para diciembre de 2019 ya había conseguido los inversores y el dinero suficiente para la compra de Coffe Caye, una isla deshabitada de 4,8 hectáreas ubicada en el mar Caribe, a muy pocos kilómetros de las costas de Belice.
“¿Quién no querría comprar una isla?”, se preguntó Mayer en un artículo para CNN y agregó: “Y no sé ustedes, pero yo ciertamente no puedo comprar una isla por mi cuenta”. Así cómo el hombre ideó, junto a su socio Gareth Johnson, el método de inversión que rápidamente dio sus frutos. Además, los interesados en la isla no solo la estaban comprando, sino que también serían partícipes de la creación de un país, una “micronación”, que sería la más nueva del mundo.
Así surgió el Principado de Islandia, una entidad que afirma tener su independencia, con gobierno, himno y bandera propias, pero que, sin embargo, no está reconocida como tal en la comunidad internacional.
Coffe Caye -cuyo nombre hace alusión a que tiene la forma de un grano de café- es una isla que puede recorrerse de una punta a la otra en cinco minutos, está bordeada por manglares y en el mar circundante hay abundancia de arrecifes de coral.
Una inversión de 3250 dólares
A pesar de que la isla ya ha sido adquirida a un valor de 250.000 dólares, en la página oficial se siguen aceptando inversores para la misma. Con un monto de 3250 dólares, de acuerdo con Let’s Buy an Island, los interesados “no solo se convertirán en propietarios de una isla tropical, sino que también serán parte del proceso de toma de decisiones a medida que convertimos nuestra isla en una empresa lucrativa”.
Hasta el momento, son 96 las personas que pusieron sus dólares para ser copropietarios de la ínsula, que apunta a ser un redituable proyecto turístico.
El sitio también ofrece la posibilidad a las personas de todo el mundo de que, con una pequeña donación, se conviertan en “ciudadanos” del Principado de Islandia. “La ciudadanía es una excelente manera de apoyar el proyecto y obtener acuerdos con información privilegiada a medida que comencemos a ofrecer la isla en alquiler”, dice la página oficial del proyecto, que aspira a reunir un total de 5000 ciudadanos para la micronación.
En febrero de 2022, Mayer lideró la gira inaugural por Coffe Caye, que contó con un grupo mixto de inversionistas y turistas intrigados por conocer la primera isla del mundo que fue adquirida por fondos colectivos. “Esa sensación de pisar una isla en la que invertiste y que ahora te pertenece es algo increíble”, expresó Mayer al llegar al Principado de Islandia, tras hacer un trayecto en barco de 15 minutos desde la ciudad de Belice.
En esta primera exploración, Mayer y los 13 visitantes que lo acompañaron recorrieron a pie toda la isla, en un proceso que llevó apenas unos minutos. En otras ocasiones, el cofundador de Let’s Buy an Island y otros inversionistas habían realizado viajes a Coffe Caye, donde incluso acamparon, pero esta fue la primera visita abierta también a quienes no habían invertido.
Otras micronaciones del mundo
Si bien parece que la compra de esta isla para convertirla en micronación fue bastante rápida -presentación del proyecto en 2018 y compra en diciembre de 2019-, la idea de Mayer lleva años de elaboración. Fue planeada hace más de 15 años junto con el emprendedor turístico Gareth Johnson, el otro cofundador del proyecto.
“Cuando Gareth me planteó la idea por primera vez, pensé: ‘Dios no, esto nunca se hará realidad. Pero comenzó a explicar cuánto podría costar una isla, y nos dimos cuenta de que, en realidad, hay partes del mundo donde comprar una isla era mucho más realista de lo que jamás hubiera creído posible, especialmente si juntamos nuestros fondos”, explicó Mayer.
Esta es la primera vez que se realiza la compra colectiva de una isla para hacer una micronación, pero este tipo de entidades no son una novedad en el mundo. Se trata de territorios excéntricos que aseguran ser estados-nación independientes que brindan títulos ostentosos a sus miembros y crean constituciones particulares y leyes extravagantes.
Un ejemplo de micronación es Sealand, o Principado de Sealand, que fuera una plataforma militar en la Segunda Guerra Mundial frente a la costa de Inglaterra y que se declaró nación independiente en 1967, y cuenta con su propia bandera, constitución, pasaporte y lema. Claro que Gran Bretaña no reconoce el carácter independiente de este particular sitio.
Otro lugar que puede considerarse una micronación, de acuerdo con CNN, es Uzupis, un barrio de la ciudad de Vilnius, en Lituania, que cuenta con su propia constitución y reclama su independencia.
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