La tecnología impuso nuevas condiciones en el modo de producción y consumo de contenidos audiovisuales. Del streaming a la narrativa transmedia, presente y futuro de nuestros programas favoritos.
Por Laura Marajofsky / Ilustración de RNDR
¿De qué hablamos cuando pensamos en TV hoy? Streaming, on demand, big data, narrativas transmedia y hasta realidad virtual son algunas de las expresiones que nos hemos cansado de escuchar en el último tiempo, fenómenos que están moldeando el medio y que determinan una nueva forma de producir y consumir contenidos, además de una nueva clase de televidentes. ¿Pero cómo están incidiendo exactamente en nuestro modo de consumir? Algunos de los referentes más destacados de la TV local ofrecen su punto de vista y se animan a hacer predicciones en el reciente libro de la especialista Natalia Notar, La televisión del futuro, y brindan claves para desentrañar el nuevo paradigma.
1 #DeEspectadoresaProtagonistas
De un tiempo a esta parte se viene hablando del prosumer (término acuñado por el futurólogo Alvin Toffler), ya que hoy la función del espectador tal como la conocíamos es cosa del pasado. Gracias al salto tecnológico, una horizontalización de las herramientas y recursos y la consecuente desmitificación del artista/productor, la nueva era de consumos culturales pone a las audiencias en un doble rol de consumo y producción. Entonces, mientras la línea entre creadores y audiencias se desdibuja, la industria aprovecha esta voltereta para reacomodarse: productos cada vez más customizados y multiplataforma para ser disfrutados según las necesidades del público (mayor injerencia creativa de las audiencias) y, sobre todo, obras interactivas y redsocializables. “Ya no habitamos ni somos en un solo plano: habitamos y somos en el plano real y también en el plano digital. Esta ampliación de nuestros escenarios, de los lugares donde habitamos y estamos, trae consigo algunos fenómenos como la necesidad constante de producir, crear y cocrear contenidos como declaración de existencia para este nuevo plano. Necesitamos hacerlo y serlo, porque ahí también estamos y para eso nos alimentamos de los contenidos que el mundo cultural nos da y queremos reapropiar, extender, customizar, personalizar, ya que los recuerdos de cada uno comienzan a ser digitales. ¿Narramos lo que vivimos o vivimos lo que narramos?”, reflexiona Notar.
2 #LaRevoluciónStreaming
El cruce casi aleatorio del HD y el streaming cambió el modo que teníamos de “ver” televisión, pero no solo eso, también la manera de pensarlos y producirlos. Dejando de lado la obviedad del hecho de poner al espectador en control de su tiempo –sí, ya sabemos que podemos ver lo que queremos cuando y como queremos–, tal vez lo más interesante de la irrupción del streaming sean los virajes en el storytelling impulsados por este cambio en la temporalidad del consumo y las nuevas costumbres como el binge watching (mirar toda la serie de un tirón). Estos cambios obligaron a los guionistas y productores a pensar más en términos de temporadas y no tanto de capítulos o pilotos, de arcos narrativos mayores y con otros ritmos y desarrollos, e incluso hasta en un uso diferente del famoso recurso del “cliffhanger”. Si pensamos en una cadena compuesta por captura de contenidos, producción de esos mismos contenido y, por último, distribución, es la distribución de cómo nos llegan los contenidos lo que más se amplió y cambió en los últimos tiempos y donde más hay por hacer. Como audiencia, decidimos mucho más que en ningún otro momento de la historia hasta aquí. Otra cuestión para destacar es que los momentos para buscar, mirar y aprender a hacer algo se están acortando cada vez más. Google lo llama la narrativa micromomentos, que son aquellos pequeños momentitos de buscar qué hacer, qué ver, qué comprar, adónde ir”, aporta la autora.
3 #Transmedia:PorTodosLosMedios
Al hablar de transmedia nos referimos al proceso por el cual aspectos integrales de una ficción se ven dispersados sistemáticamente a través de múltiples canales con el fin de crear una historia más completa y una experiencia de entretenimiento más envolvente. Uno de los primeros en referirse al storytelling transmedia fue el profesor y hoy especialista Henry Jenkins, quien cita como ejemplos de transmedia aquellas ficciones que trascienden la pantalla gracias a eventos temáticos asociados (X Files, Twilight, Star Wars), sitios web (Harry Potter con Pottermore), blogs y redes sociales de los personajes ficticios (Mad Men, Sherlock Holmes, 13 Reasons Why) que expanden las historias o continúan una subtrama, productos en otras áreas que complementan como novelas gráficas, videojuegos o libros (Matrix), y hasta webisodes (True Blood, Community) que se miran en simultáneo con los programas troncales. Si bien recién ahora estamos empezando a entender realmente cómo desarrollar estos contenidos de forma cualitativa, el transmedia permite diferentes puntos de entrada a un producto haciéndose eco de un fenómeno contemporáneo: la necesidad de interacción o participación, en particular en las nuevas generaciones criadas en el ambiente digital y en busca constante de estímulos. El uso de realidad virtual y nuevos dispositivos es un recurso más que valioso para esta nueva manera de narrar; según relata La televisión del futuro, la NBA sumó recientemente en las aperturas y entretiempos de clásicos tecnologías para usar hologramas: con más de siete dimensiones de imagen proyectada se ilustran escenas pasadas e historia del equipo con la idea de crear una experiencia completamente inmersiva y sentida para sus fans.
4 #RedesRedesRedes
Un requisito indispensable para todo contenido hoy, aparte de ser portable o multiplataforma, es su potencial para ser socializado, ya que pasamos gran parte de nuestro tiempo compartiendo contenidos en las redes. Los formatos con más posibilidades de sobrevivir este nuevo cambio de paradigma son aquellos que pueden contar su propio tiempo, es decir, aquellos que pueden narrar e interactuar con la gente en el momento en que se están transmitiendo (a través de plataformas como YouTube o creando trending topics semanales, etcétera). Por eso, también se habla de productos “360 grados”, que tienen el plus de captar audiencias más jóvenes. Algunos ejemplos que se citan en el libro de Notar son de programas clásicos como los almuerzos de Mirtha Legrand, revitalizados por el uso de redes, el programa Elegidos, que puso el foco en la app Mi Telefe, una nueva manera de que la audiencia fuera parte de una clásico show de talentos (tuvo 1.800.000 descargas), hasta el caso de Masterchef y Los dueños de la cocina, que en esa dirección armaron contenidos extendidos como un blog de recetas para ver el How to de las comidas y de lo que sucede en pleno reality. Sin ir más lejos, ESPN sumó en su programación desde hace ya un tiempo el programa #Redes, donde los que conducen son personalidades populares de las redes sociales.
5 #SiempreDeportesEnVivo
Sin embargo y pese al avance tecnológico, la irrupción de lo virtual, el cambio de roles, lo cierto es que algunas cosas permanecerán: lo que se dice formatos que sobreviven el paso del tiempo. Estos formatos “eternos” son, por ejemplo, los deportes en vivo, los eventos extraordinarios, los debates políticos (y la necesidad de noticias), y algunos rubros como los programas de cocina o de chismes. “A la mayoría de los latinoamericanos, y a los argentinos en particular, nos gusta mirar deportes en vivo por televisión. Son momentos cargados de pasión en los que se grita, se sufre, hay cábalas, dedos cruzados, rezos. Pareciera que la única forma de compensar no estar presente en el lugar donde se produce el evento deportivo es viéndolo en el preciso momento en que sucede por algún medio. No importa qué deporte sea, si las míticas transmisiones de boxeo –con una calidad de sonido temible, pero con una pasión en el relato imposible de igualar– o las transmisiones de los mundiales de fútbol, que son, junto con el Super Bowl americano y los Juegos Olímpicos, los eventos televisivos de mayor rating. De hecho, muchas de esas transmisiones logran que la tele abierta escape a las bajas en los promedios de rating”, concluye Notar.
#Ellibro
La televisión del futuro (Paidós/Ariel) reúne a los grandes referentes de medios locales y latinoamericanos adelantando el futuro de los medios: cómo serán las noticias transmedia, las series que podremos ver en realidad virtual, el big data aplicado a la creación de contenidos, cómo se reformularon los programas clásicos de la TV local, qué deben tener los productos para ser exitosos en el futuro y cómo interpretar las nuevas mediciones de rating, entre otros temas. Su autora, Natalia Notar, es productora especializada en la creación de nuevos contenidos desde hace más de 10 años, ha participado en el armado de exitosos shows en Argentina y América latina para señales como Discovery, E! Entertainment, Canal 9, América TV y Canal 26. Es jurado en los premios TATO y profesora de narrativa transmedia.
#ElDato
En 2015, el 88% de los hogares sintonizó al menos uno de los partidos emitidos de la Copa América. La Final obtuvo el 45,7% del rating, cifra que solo puede remitirse a épocas en las que no existían los canales de cable ni las otras plataformas para consumir contenidos y cuando había muchas menos opciones para ver. Además, las previas de los partidos de fútbol ya tienen contenidos digitales exclusivos que se pueden ver en las webs de los canales, como es el caso de Telefe.
LA NACION