Cómo se producen las fobias y cuánto impactan en nuestra vida
Estos tipos de trastornos paralizan al individuo y son consideradas enfermedades que impactan de modo muy negativo
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Todos en algún momento de nuestra vida hemos sentido ansiedad, ya sea ante un examen o al hablar en público. Si bien, es una respuesta emocional y fisiológica que se genera ante una situación que es percibida como amenazante o estresante, es importante destacar que, existe una amplia variedad en cuanto a la profundidad con la que esta puede afectar a una persona.
¿El motivo? Hay individuos que experimentan niveles tan altos que inclusive, esto puede interferir con su bienestar y su salud en general.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), 301 millones de personas sufren de un trastorno de ansiedad y entre los más comunes, se encuentran las fobias, las cuales se estima que un 7% a 9% de la población mundial las padecen.
Una fobia es un temor abrumador e irracional ante una situación que no supone un verdadero peligro y que la mayoría no lo encuentra molesto, explicó Alexandra Sabal, psicóloga de la Clínica Ricardo Palma, a Bienestar de El Comercio.
En concreto, es un miedo incapacitante y persistente a ciertos objetos, situaciones o actividades que pueden llevar a una persona a hacer cosas extremas para evitar los estímulos de su fobia, a pesar de que muchas veces es consciente de que no representa una verdadera amenaza, por lo que puede sentir una gran impotencia por tratar de detener este miedo irracional, refirieron en un artículo publicado en la revista de neurociencias, Learning & Memory.
Cómo se clasifican las fobias
Las fobias se encuentran divididas en tres categorías, en primer lugar, está la agorafobia, la cual hace referencia al temor a verse en una situación o estar en un lugar en el que escapar o pedir ayuda puede resultar muy difícil. Por lo general, las personas con este tipo de fobia, suelen evitar ciertos entornos, como centros comerciales, transporte público o espacios abiertos, limitando así sus actividades y su capacidad para salir.
Mientras que, la segunda categoría es la fobia social, en donde la persona presenta un miedo o ansiedad ante situaciones de interacción social en las que puede sentirse analizada, criticada o juzgada por los demás. Por ejemplo, estos individuos pueden tener gran temor por hablar en público, participar de conversaciones o hacer actividades que pueden hacerlos sentir avergonzados o humillados, indicó Sabal.
Las fobias se encuentran divididas en tres tipos distintos: agorafobia, fobia social y fobias específicas y estas pueden generar en las personas una serie de síntomas tanto físicos, conductuales y psicológicos.
“Por último, las fobias específicas son miedos intensos y desproporcionados hacia objetos o situaciones. Las más comunes son el miedo a los animales (zoofobia), el miedo a las alturas (acrofobia) o las vinculadas al hecho de ver heridas, sangre y agujas (hematofobia). También están las situacionales, tales como a lugares cerrados (claustrofobia) y a los aviones (aerofobia)“.
Cuáles son los síntomas típicos de alguien que sufre de una fobia
Desde luego, la persona experimenta una ansiedad severa ante una situación que está relacionada con la fobia que padece, por lo que esta puede manifestar los siguientes síntomas:
- Síntomas físicos: Exceso de sudoración, respiración anormal, aceleración del latido del corazón, temblores, escalofríos, dolor de pecho, sequedad de boca, mareos, dolor de cabeza, etc.
- Síntomas conductuales: Evitación de la situación o estímulo temido.
- Síntomas psicológicos: Pensamientos distorsionados e irracionales con respecto a la situación o estímulo.
Cuáles son las causas y consecuencias de desarrollar una fobia
Vale señalar que, las fobias suelen aparecer en la infancia, la adolescencia o la adultez temprana y estas pueden ser causadas por tres factores fundamentales. Por un lado, la fobia puede desencadenarse por una situación estresante, es decir, si una persona experimenta un momento altamente estresante en presencia de un estímulo específico, puede llegar a desarrollar una fobia hacia este.
Asimismo, las experiencias traumáticas, como un evento amenazante del pasado pueden llevar a un individuo a padecerla. De igual manera, si se observa a un miembro de la familia u otra persona que experimenta un miedo intenso hacia un objeto o situación, esto también puede contribuir a su desarrollo, en otras palabras, la fobia sería el resultado de un aprendizaje por imitación.
“Lo más triste de padecer fobias es que uno termina aislándose si es que no se tratan. Sin duda, esto repercute en el estado de ánimo, por ello es muy común que las personas que tienen fobias padezcan de depresión, ya que tienden a dejar muchas cosas en su vida porque el nivel de ansiedad los supera, por lo que prefieren evitar ciertas situaciones, razón por la cual, se van limitando. Igualmente, pacientes que presentan fobias pueden empezar a abusar de sustancias, ya que las emplean como una manera de olvidar e incluso en casos más severos pueden recurrir al suicidio”, expresó Alexandra Sabal.
A diferencia del miedo común, una fobia es desproporcionada en relación con el estímulo en sí mismo y puede desencadenar una respuesta de ansiedad extrema o incluso ataques de pánico.
Cuál es la diferencia entre una fobia y un miedo
En definitiva, el miedo es una experiencia común para los seres humanos, por lo que es considerada como una emoción básica, la cual desempeña una función adaptativa que garantiza la supervivencia ante peligros reales. No obstante, cuando el miedo surge ante una situación que no representa una auténtica amenaza, deja de ser adaptativo y puede repercutir en las diversas áreas en las que se desenvuelve una persona, así también impactar en su relación con su entorno y, es ahí donde nace una fobia, recalcan en una publicación de la revista Psychologia.
“A diferencia de un miedo común, la fobia es desproporcionada en relación con el estímulo y puede generar una respuesta de ansiedad extrema que suele requerir en muchos casos de tratamiento e incluso interferir significativamente con la vida de una persona, mientras que, los miedos suelen ser adaptativos a las situaciones que implican peligro o a la edad. Por ejemplo, un individuo que de niño le tenía temor a la oscuridad; sin embargo, cuando creció logró superar ese miedo, motivo por el que, estos suelen ser transitorios y desaparecen una vez que la amenaza se ha ido o cuando se ha enfrentado esa situación”, precisó la especialista de la Clínica Ricardo Palma.
Cuáles son las opciones de tratamiento disponibles para las personas con fobias
Principalmente, se emplean dos tipos de terapia, la de exposición y la cognitiva-conductual; no obstante, la primera suele ser la más común, puesto que, si una persona tiene miedo a algo en particular, la terapia goza de exponerlo al miedo en concreto. Según la profesional, es una exposición progresiva que se puede llevar a cabo en vivo o por imágenes.
“Por ejemplo, como psicóloga, si bien no puedo llevar a una persona que tiene aerofobia para que se suba a un avión y pierda el miedo, sí puedo mostrarle imágenes de aviones, ponerle el ruedo que emite una aeronave o colocarle un video, con el fin de trasportarlo a su miedo. Básicamente, lo que se pretende con esta terapia es trabajar la desensibilización, en otras palabras, poco a poco esto le va a permitir reducir sus niveles de ansiedad. Además, se busca realizar una reestructuración cognitiva, en donde la persona empieza a racionalizar su fobia y se cuestiona sobre qué es lo peor que le puede pasar, es decir, cambia esos pensamientos irracionales por unos más objetivos”.
La terapia de exposición es una forma de tratamiento psicológico que se emplea para abordar las fobias, la cual se basa en el principio de que la exposición gradual y repetida a la fuente del miedo o la fobia puede ayudar a reducir la respuesta de ansiedad y superar el temor irracional.
También se le brindan técnicas de manejo de la ansiedad, así como en algunos casos y de forma paralela a la terapia psicológica, el paciente puede requerir de la atención de un psiquiatra, quien será el especialista encargado de prescribirle una serie de fármacos para abordar mejor las fobias.
Qué cosas debe tomar en cuenta una persona que tiene una fobia
En caso de que una persona crea tener una fobia, como recomendó la psicóloga, es importante que trate de identificar qué es lo que sucede a nivel fisiológico y qué tipo de pensamientos empiezan a surgir cuando se está expuesto a un determinado estímulo, esto con el objetivo de que cuando acuda a sesión sea capaz de expresar todo eso que siente y esto le permita al psicólogo determinar si únicamente se puede manejar desde la terapia o también es necesario un apoyo psiquiátrico.
Definitivamente, es fundamental buscar ayuda especializada, ya que uno no debería atentar contra sus propios límites, por ello, no es conveniente tratar de superar una fobia por cuenta propia, por el hecho estamos hablando de reacciones físicas importantes, como palpitaciones, falta de respiración, entre otros síntomas.
“Creo que la sugerencia por excelencia es que nunca debemos limitar nuestras vidas y comenzar a dejar de hacer cosas porque creemos que no somos capaces de enfrentar nuestras fobias. Si bien es un miedo irracional, las personas nunca deberían minimizar aquello que experimentan otros, al contrario, es importante validarlo para también ayudarlos a comprender que no es tan catastrófico como pensaban. Ciertamente, con una adecuada ayuda psicológica es factible superarlos e ir recuperando de forma progresiva nuestra vida, sin la necesidad de estar buscando todo el tiempo alternativas que nos ayuden a evitar ese estímulo que nos genera ansiedad y no nos deja gozar de un bienestar integral”, concluye.
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