Cómo se hizo la foto que reunió a los grandes maestros del jazz

A principios de agosto de 1958, Art Kane se propuso una tarea improbable: reunir a la mayor cantidad de músicos de jazz posibles y fotografiarlos... todos juntos y por la mañana. Noctámbulos que siguiendo la luna llegaron tan lejos como se podía llegar, la mayoría de ellos se ganaba la vida tocando en clubes en los que, mientras se cocinaban los sonidos más excitantes del momento, se inundaban de humo, copas y jeringas. Sea una big band que desparramaba swing por la pista de baile o un quinteto de solistas desbocados, el jazz se retroalimentaba de una nocturnidad intensa y en los márgenes de la legalidad. Pero el propósito de Kane, por entonces un director de arte a punto de debutar como fotógrafo, era dar cuenta de la efervescencia de una escena que ponía a Nueva York en el epicentro musical del mundo, una tarea tan noble como ubicua. Convocados para el 12 de agosto a las 10 de la mañana, 57 músicos de jazz se reunieron en la vereda de la calle 126 Este al 17 para la foto conocida como A Great Day in Harlem, que hoy cumple 60 años.
"Fue como una gran reunión familiar", resumía la voz en off de Quincy Jones en el documental de 1994 también titulado A Great Day in Harlem, que reconstruye la historia detrás de la foto. Claro que reunir a una familia numerosa nunca es fácil. Contratado para el trabajo por la revista Esquire, Art Kane colgó un aviso en el sindicato de músicos de Nueva York y, consciente de que era un desconocido en la escena, le pidió ayuda al periodista y productor Nat Hentoff para el reclutamiento. "Los músicos confiaban en mí –recordaba Hentoff, fallecido el año pasado, en el documental–. Así que iba por los clubes de jazz convenciendo a cada uno de que valía la pena".
Encandilados por un sol con el que interactuaban poco, los músicos fueron llegando a la dirección pautada. "Muchos de ellos habían ido sin dormir ", contó entre risas Steven Frankfurt, asistente de fotografía de Kane, en el documental. "La mayoría no sabía que el día tenía dos 10 en punto". Sin demasiadas pautas, se fueron acomodando en la escalera y junto a ella mientras aprovechaban para ponerse al día de sus proyectos, tal como muestran las imágenes fílmicas captadas por Mona Hinton, mujer de Milt Hinton, considerado ‘el Decano’ del contrabajo y que en la foto aparece entre dos históricos: Lester Young y Thelonious Monk.
Monk, de hecho, fue uno de los que más tarde llegó, pero no por desdén, sino por tomarse demasiado en serio la foto. Consciente de que todos iban a vestirse de gala para la ocasión, pasó horas eligiendo la ropa que le permitiera sobresalir en la multitud. Así fue que definió su look con un saco bien clarito, anteojos y uno de sus sombreros característicos. "Ya estábamos acostumbrados a sus extravagancias, a veces estábamos con él y nos hablaba a través de su esposa Nellie", explicó Dizzie Gillespie. Pero el genial pianista de pocas palabras tenía otra movida maestra preparada: apenas divisó que Mary Lou Williams y Marian McPartland –dos de las tres mujeres de la foto– estaban juntas, se ubicó junto a ellas.
"Todos admiraban a Mary Lou, ella trascendió el lugar de la mujer música", detalló McPartland, de origen inglés fallecida en 2013, que en la foto aparece de impecable vestido de gala sosteniendo una cartera y escuchando lo que su amiga le cuenta al oído. "Monk era uno de los tantos que iban a visitarla a su casa en Pittsburgh para tomar clases con ella". Lejos de cualquier exageración, McPartland ponía en perspectiva la influencia que Mary Lou Williams ejerció en la gran cantidad de músicos del momento, al punto de convertirse en arregladora de figuras como Duke Ellington y Benny Goodman. En Kansas City hay una hermosa muchacha llamada May Lou / Y toca el piano de una forma que es ultra nueva, dicen los versos iniciales de ‘The Lady Who Swings the Band’, que popularizó al frente de la big band dirigida por Andy Kirk.
Así como las dos pianistas aparecen en la foto charlando entre sí, son varios los músicos que parecen no darles demasiada importancia a las órdenes de Kane, que había parado su cámara del otro lado de la calle y había doblado una copia de The New York Times en forma de megáfono para comunicar las directivas. Y tal vez allí reside el mayor encanto de la foto. Si la improvisación, elemento constitutivo del jazz, consiste en tocar libre y espontáneamente sobre una estructura dada (la armonía), A Great Day In Harlem muestra a los jazzeros actuando con total libertad en los límites precisos del dentro de cuadro. Excepto por uno. Willie ‘El león’ Smith, uno de los maestros del stride, que quedó afuera de la toma elegida porque justo en ese momento decidió sentarse a descansar en la escalera del edificio de al lado. Su ausencia es la que explica el espacio libre entre la Maxine Sullivan y el pianista Charles ‘Lucky’ Roberts en el costado izquierdo.
Otro de los gestos que imprimen relajo e informalidad a la foto es el de Count Basie. Al igual que Smith, el gran pianista y director de su big band se tomó un momento para descansar, solo que eligió sentarse en el cordón de la vereda a charlar con los chicos del barrio, que son partícipes ocasionales del evento; uno de ellos, el que está sentado justo al lado de Basie, es Taft Jordan Jr., hijo de quien fuera trompetista de la banda de Chick Webb y que en la instantánea aparece bien en lo alto de la escalera. Igualmente distendido aparece Dizzie Gillespie, destacado por sus contemporáneos por su eterno buen humor. Justo en el momento en el que Art Kane decidió disparar el obturador, el trompetista le estaba sacando la lengua a su amigo Roy Eldrige, que enseguida se dio vuelta para mirarlo y así aparece en la foto. Mucho más rígido se lo ve, también acorde a su personalidad, a Charles Mingus. Todavía flaco, el contrabajista conocido por sus ataques de ira tanto como por sus orquestaciones magistrales, es el único que está fumando y con una mirada desafiante a la cámara, más cerca de parecerse a un matón de Lucky Luciano que al compositor de una pieza como ‘Moanin’. "Tenía una personalidad muy interesante –recordaba Hentoff–. No tenía mucha paciencia y nunca sabías cómo iba a reaccionar".
Para Kane, la foto "es como si estuviese compuesta de pequeños dramas internos", según dijo en el largometraje dirigido por Jean Bach. Agrupados por afinidad, los músicos parecen formar un mapa improvisado de las distintas corrientes del momento. Mientras Count Basie, Lester Young, Coleman Hawkins y Gene Krupa pueden contarse entre los que ya tenían un largo camino recorrido desde la era del swing, Gillespie, Monk y Mingus todavía eran considerados los innovadores de la época; y otros más jóvenes como Sonny Rollins –junto a Benny Golson son los únicos sobrevivientes de la foto al día de hoy– y Horace Silver aún no habían explotado las virtudes que los colocarían en al galería de los grandes. "Coleman Hawkins era mi ídolo, elegí el tenor por él –decía Rollins–. Y también estaba Lester Young, que cuando lo vi tocar parecía de otro planeta".
El baterista Eddie Locke se sentía intimidado. Llegado desde Detroit, donde había compartido escena con los hermanos Elvis, Thad y Hank Jones (este último también presente en la foto), dijo al respecto: "Hasta ese momento no había hecho méritos para estar en la foto". Cuatro años más tarde, el propio Coleman Hawkins lo reclutaría para ser parte de su cuarteto.
La camaradería entre todos los músicos, que se saludaban sin importar trayectorias ni estilos, demuestra que las rivalidades pocas veces iban más allá del escenario. Bien lejos de la lucha descarnada y en solitario que muestra Whiplash (la película de 2014 dirigida por Damien Chazelle), el jazz es, antes que nada, el desarrollo de las libertades individuales en el marco de un respeto colectivo. "Sabían que si estaban ahí, era porque algo los unía", afirmó Hentoff. Si hacían swing, bebop, o cool jazz no importaba demasiado a fin de cuentas. Según Horace Silver, pilar del hard bop, todo pasaba en Nueva York. "Si querías tener reputación como músico de jazz, era la ciudad en la que tenías que estar".
Por el lado de las grandes ausencias, sobresalen las de Duke Ellington, el gran compositor estadounidense del siglo XX, y Miles Davis, ya una estrella en 1958 que tal vez aquel día se perdió alrededor de la medianoche. Pero también hay presencias que sorprenden. Parado en una posición central, a la izquierda de Coleman Hawkings, aparece el mayor misterio de A Great Day in Harlem: Billy Crump. Desconocido incluso para varios de los músicos presentes, se sabe que se anotó en el sindicato de músicos como saxofonista y trompetista aunque hasta hoy no se han encontrado registros suyos en grabación alguna. Consultados por el sitio All About Jazz en 2008, Hank Jones, Marian McPartland ni Eddie Locke recordaron haberlo visto ni antes ni después de la foto. Para Hentoff, podría tratarse de un agente del FBI que se infiltró para controlar qué hacían tantos músicos, en su mayoría negros, reunidos en un mismo lugar. Por extraña que resulte la teoría, tiene sus fundamentos. Eran años de Guerra Fría y la paranoia reinaba en las oficinas de la agencia que dirigía Hoover, y se guardaban numerosos archivos de músicos de jazz sospechados de tener cierta afinidad con el comunismo. Uno de ellos era nada menos que Louis Armstrong. Mito o realidad, se supone que Crump se mudó a Las Vegas, donde continuó su ignota carrera como músico y murió entre fines de la década del 70 y principios del 80.
Con o sin infiltrados, la jornada terminó sin el menor desmán. "Muchos nos fuimos a pasar la tarde tocando en Minton's", contaba McPartland. Ubicado a menos de quince cuadras de donde se sacó la foto, Minton's Playhouse era uno de los grandes clubes de la ciudad y, entre sus paredes músicos, como Dizzy Gillespie, Charlie Parker y Thelonious Monk habían sentado las bases de la revolución del bebop a mediados del 40, una forma de tocar novedosa y resistida en ese momento, pero sin la cual no podrían pensarse ninguna de las corrientes del jazz que le siguieron.
Si en una coctelera de coordenadas témporo-espaciales se mezclaran los ingredientes 1958 y Nueva York, el producto resultante sería, sin dudas, el jazz. Por eso, la foto titulada Un gran día en Harlem, que hoy cumple 60 años, es la postal perfecta que retrata una época de muchas noches geniales en Harlem.

LOS PROTAGONISTAS
1. Hilton Jefferson; 2. Benny Golson, 3. Art Farmer; 4. Wilbur Ware; 5. Art Blakey; 6.Chubby Jackson; 7. Johnny Griffin; 8. Dickie Wells; 9. Buck Clayton; 10. Taft Jordan; 11. Zutty Singleton; 12. Red Allen; 13. Tyree Glenn; 14. Miff Molo; 15. Sonny Greer; 16. Jay C. Higginbotham;17. Jimmy Jones; 18. Charles Mingus; 19. Jo Jones; 20. Gene Krupa; 21. Max Kaminsky; 22. George Wettling; 23. Bud Freeman; 24. Pee Wee Russell; 25. Ernie Wilkins; 26. Buster Bailey; 27. Osie Johnson; 28. Gigi Gryce; 29. Hank Jones; 30. Eddie Locke; 31. Horace Silver; 32. Luckey Roberts; 33. Maxine Sullivan; 34. Jimmy Rushing; 35. Joe Thomas; 36. Scoville Browne; 37. Stuff Smith; 38. Bill Crump; 39. Coleman Hawkins; 40. Rudy Powell; 41. Oscar Pettiford; 42. Sahib Shihab; 43. Marian McPartland; 44. Sonny Rollins; 45. Lawrence Brown; 46. Mary Lou Williams; 47. Emmett Berry; 48. Thelonious Monk; 49. Vic Dickenson; 50. Milt Hinton; 51. Lester Young; 52. Rex Stewart; 53. J.C. Heard; 54. Gerry Mulligan; 55. Roy Eldridge; 56. Dizzy Gillespie, y 57. Count Basie

BUENOS AIRES TAMBIÉN TUVO SU GRAN DÍA
A lo largo del tiempo, "A Great Day In Harlem" fue referenciada cada vez más cómo una de las fotos que mejor reflejan una escena cultural. En 1998, el hip hop le rindió tributo y retrató su propio movimiento con 177 músicos posando en la que se conoce como "Un gran día en el hip hop". Londres hizo lo propio con escritores descendientes de inmigrantes en 2004; cuatro años más tarde, París hizo lo suyo con músicos estadounidenses que residían en la capital francesa, y este año Netflix celebró a sus trabajadores afroamericanos con "Un gran día en Hollywood". ¿Que si existe "Un gran día en Buenos Aires"? Claro que sí. Cuando Gonzalo Chicote (director del sitio Animales del Jazz) tuvo en sus manos la lámina con la mítica imagen "A Great Day in Harlem" se le ocurrió la idea de realizar lo mismo a nivel local. Lo logró con María Cueto (directora de BA Jazz Magazine), Claudio Parisi y la fotógrafa Laura Tenenbaum (acompañada por los también fotógrafos Silvina Muszczynski, Fabián Lio, José Brusco y Pablo Astudillo): 125 músicos de jazz argentino materializaron el momento el 19 de noviembre de 2016 en las escaleras de la Facultad de Derecho. "Un gran día en Buenos Aires" es una muestra más de que no solo el jazz ha cruzado largamente las fronteras de Harlem, sino también la foto que hoy cumple de 60 años.
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