Ubicada en Cardales, TRABI produce una amplia gama de marcadores y resaltadores con temporada alta en febrero y marzo, cuando los niños y los jóvenes comienzan el colegio y también la facultad. Para llegar a la enorme demanda de esta época, la fábrica se prepara de forma paulatina desde agosto en adelante para contar con un stock adecuado.
En un laboratorio con acceso restringido se producen los más de 80 tipos de tintas y colores que conforman la oferta total de la marca en el mercado. Mientras tanto, en la fábrica cientos de bolsas de propileno esperan su turno para convertirse en futuros cilindros, capuchones y tapones.
La materia prima se procesa en inyectoras por donde ingresa el plástico junto con pellets de masterbatch –pelotitas de colorante– intercalados que son los que le aportan el color a cada marcador.
Cuando la temperatura asciende a los 230 grados el plástico se diluye y se colorea. Es el momento en el que la máquina inyecta la materia prima en las diferentes matrices, que se aplican de acuerdo con el modelo de marcador. La marca cuenta con 13 inyectoras de plástico.
En el medio del espacio donde funciona la fábrica, algo parecido a una telaraña formada por decenas de hilado textil gira para formar lo que será el futuro filtro del marcador o el motor de la pieza, la esencia de su ser: la esponja destinada a la tinta.
Al principio esos hilos mezclados se parecen a nubes blancas de azúcar y luego una máquina automática comprime con folios los filtros.
La última etapa del proceso es la inyección de la tinta del color que corresponda en el marcador. De vuelta, una máquina automática coloca tanto el tapón que va sobre la parte inferior de la pieza como el capuchón. Antes, claro, se coloca la felpa que pinta, subraya o escribe.
Se trata de la única materia prima que se importa debido a que hay dos empresas japonesas que ocupan el 70% de este mercado.
Fundada por el bisabuelo del actual director, la empresa primero se dedicó a una variedad de objetos de plástico, hasta que la marca Pelikan los contrató como fabricantes de sus productos. Cuando esta empresa quebró hace 30 años, los dueños transformaron la fábrica en propia y así crearon la marca Trabi.