La icónica residencia de Los Ángeles, que se hizo famosa por las ‘conejitas’ que vivían allí y sus candentes fiestas, fue comprada por un magnate en una suma millonaria
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Ubicada en el distinguido barrio Holmby Hills, en Los Ángeles, la mansión Playboy fue, durante décadas, el epicentro de las fiestas más salvajes y exclusivas de Hollywood. Su propietario, Hugh Hefner, fundador y editor de la mítica revista Playboy, vivió en esa residencia rodeado de sus atractivas ‘conejitas’ desde la década del ‘70 hasta su muerte, en septiembre del año 2017.
Ahora, luego de ser adquirida por un vecino millonario por un monto de 100 millones de dólares, la legendaria residencia se encuentra en un largo proceso de remodelación. Así, las salas, habitaciones y jardines del lugar que albergaron las más alocadas jaranas con risas, música, cócteles, coqueteos y encuentros en la intimidad, hoy están bajo una circunstancia muy diferente. Los andamios rodean la mansión, los camiones con materiales invaden sus jardines de tierra removida y los albañiles trabajan para darle al lugar una cara completamente renovada, aunque sin alterar el estilo de la residencia que ya es una marca registrada de Los Ángeles y de la cultura popular estadounidense.
Un magnate griego
Se llama Daren Metropoulos y es el magnate que adquirió la mansión Playboy. Hijo de un empresario griego que llegó a los Estados Unidos a los 10 años y amasó una enorme fortuna, Daren, que se hizo cargo de algunas empresas del emporio de su padre, se mudó a una residencia contigua a la mansión Playboy en 2009. En 2016, este hombre que hoy tiene 46 años, le compró a su célebre vecino bon vivant la residencia por unos 100 millones de dólares. El fundador de Playboy había pedido en un principio 200 millones, pero terminó vendiéndola por la mitad.
La compra de la icónica mansión con su inconfundible estilo gótico tudor incluía una cláusula que señalaba que el comprador recién podría hacerse con ella una vez que muriera Hefner, algo que finalmente ocurrió en 2017. El creador del imperio del conejito con moño dejaba este mundo, y el usufructo de su mansión, ese 27 de septiembre, a los 91 años. Con su partida el lugar que fue definido como “el sueño hedonista de una generación” se sumía en el silencio y la soledad.
El saqueo de la mansión
En los primeros tiempos tras el fallecimiento de Hefner, Metropoulos, el comprador de su casa, expresó, a través de un comunicado publicado por varios medios estadounidenses: “Soy un apasionado de su arquitectura y espero con ansias esta oportunidad trascendental de transformar una de las mejores propiedades del país. Como sabía el señor Hefner, planeo restaurar meticulosamente la propiedad, teniendo en mente los más altos estándares para ello, y la más alta calidad”.
Pero la restauración de la que fuera casa de Hugh Hefner no comenzó pronto. Según informó The Us Magazine Globe, poco después de la muerte del millonario, su casa fue saqueada. “Las habitaciones, incluso las de Hef, fueron despojadas de cosas como juguetes sexuales, estatuas doradas, sábanas usadas y lencería. Se llevaron también obras de arte valiosas”, decía el mencionado medio, que también agregaba que se habían llevado piezas de mampostería e incluso piedras de la gruta con estanque que era un clásico de la residencia.
Pero todo eso quedó atrás y llegó la etapa de la remodelación. Reformar y modernizar fue el lema de Metropoulus, y para ello contrató nada menos que a Richard Landry, conocido como el rey de la megamansión y también como el arquitecto de los famosos, ya que entre los clientes de este canadiense afincado en los Estados Unidos se encuentran Tom Brady, Giselle Bündchen, Silvester Stallone y Mark Wahlberg, entre muchos otros.
La casa Playboy, ubicada en 10236 Charing Coss Road, en Holmby Hills, Los Ángeles, cuenta con 29 habitaciones y unos 1300 metros cuadrados cubiertos. Según testimonios de varias conejitas que estuvieron allí en los últimos años de Hefner, la mansión se encontraba en bastante mal estado, ya que su dueño no quería aplicarle ninguna innovación, puesto que le gustaban los diseños con el toque de los años ‘80. Todo este deterioro también debía ser contemplado en el proceso de remodelación.
Montaplatos, cine y los otros cambios en la residencia
Los cambios en la mansión Playboy, que aunque no lo parezca por su dimensión y sus tres plantas, está catalogada como residencia unifamiliar, incluyen hacer un nuevo sótano bajo la construcción original. También está planeado hacer una exhaustiva revisión de cada uno de los ambientes de la mansión, incluida la suite de invitados del segundo piso, según la información que brinda el medio británico Daily Mail, que tuvo acceso al plan de obra registrado en el Departamento de Planificación Urbana de Los Ángeles.
El trabajo que encabeza el arquitecto Landry también va por la remodelación de la cocina, la sala familiar, los baños y los tocadores. También serán renovados los cuartos de servicio y se piensa agregar varios tragaluces para hacer el interior de la mansión más luminoso.
Se incorporará también un nuevo montaplatos para poder hacer llegar comida a los residentes de diferentes pisos y se modificará el hueco del ascensor que ya existe, para instalar una cabina nueva y, por supuesto, más moderna. La sala de cine, famosa porque allí Hefner miraba películas, muchas de ellas, clásicas, con sus conejitas e invitados todos los fines de semana, va a ser ampliada y se va a construir una nueva zona de “simulador de golf”.
También se proyecta la demolición parcial de una casa para el personal y la construcción de una nueva ampliación, que cuente con un gimnasio y un estacionamiento. Se construye también una casa de huéspedes independientes de 110 metros cuadrados.
La superficie residencial de la mansión principal será, tras las remodelaciones, de unos 1670 metros cuadrados. De acuerdo con los cálculos realizados por Daily Mail, esto es ocho veces el tamaño de una casa estadounidense promedio.
La famosa gruta y otros cambios en el jardín
En la parte de afuera de la residencia, se piensa también renovar el estanque con su famosa gruta, que era un punto de reunión importante durante las candentes fiestas de Hefner. Se construirá cerca de ahí una nueva cabaña con una pileta de natación.
También se está agrandando la terraza trasera, para dar más espacio al entretenimiento al aire libre. También se va a incluir un nuevo solarium con un spa-jacuzzi de lujo. Este recinto incluirá la posibilidad de realizar la hoy en boga zambullida fría, una práctica que eligieron celebridades como Gwyneth Paltrow, Madonna o Lady Gaga.
En línea con lo que se informaba del deterioro del predio en general, los trabajadores también estarían reparando la estructura de madera original del lugar, dañada por termitas y podredumbre seca.
Todas estas remodelaciones costarán finalmente a Metropoulos un total de 10 millones de dólares. Si bien se desconoce el destino que le dará a la exmansión Playboy, por las modificaciones realizadas, el lugar continuará siendo una residencia colmada de lujos y comodidades, tal como lo fue la del legendario Hefner, aunque queda claro que el tiempo de las conejitas ha quedado muy atrás en el tiempo.
Una casa que hoy vuelve a ser noticia
La casa que ahora está siendo remodelada fue terminada en 1927 por el arquitecto Arthur Kelly para Arthur Letts Junio, hijo de un millonario británico dueño de grandes tierras en los Estados Unidos, que fue quien compró el terreno y quien lo bautizó Holmby Hills, en honor a su pueblo natal inglés, Holdenby. Letts padre no pudo concretar su sueño de construir allí una casa con el estilo de su patria, porque lo sorprendió la muerte en 1923. Entonces, su hijo erigió allí esa mansión basado en la corriente gótica del período Tudor inglés, como un homenaje a su papá.
Tras la muerte de Letts, en 1959, la casa fue comprada por el inventor y astro del ajedrez Louis Statham, que vivió allí hasta el año 1971. Entonces, este hombre le vendió la propiedad, por un millón de dólares, a un singular empresario oriundo de Chicago llamado Hugh Hefner, que convirtió el lugar en una de las mansiones más famosas del planeta.
En estos días, la mansión y la vida del multimillonario creador de Playboy allí volvieron a ocupar un lugar en los portales de noticias gracias a la reciente publicación de un libro que escribió la viuda Hefner, Crystal Hefner, en el que revive cómo fue su experiencia en la famosa residencia.
Only Say Good Things: Surviving Playboy and Finding Myself (Solo di cosas buenas: sobreviviendo a Playboy y encontrándome a mí misma) es el nombre de esta explosiva publicación, en la que la tercera mujer del dueño de la mansión desacredita con sus testimonios la idea de que la residencia era el paraíso de la diversión que todos imaginaban.
Entre otras cosas, la modelo que vivió en la casa de Playboy entre el 2008 y el 2017 cuenta allí cómo el mundo de fantasías que creyó vivir cuando visitó por primera vez el lugar, a los 21 años, con el tiempo se fue transformando en algo rutinario y de sometimiento al narcisismo del dueño de casa. Contó también cómo eran los encuentros sexuales con Hefner, y en general con otras conejitas y develó algunos malos hábitos que tenía el millonario, como la costumbre de grabar con cámaras ocultas las fiestas sexuales de él y de sus invitados, muchos de ellos, famosos.
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