Dicen los libros de historia que el kale es originario de Asia y que llegó a Europa en la Edad Media. Pero su explosión se produjo hace unos 20 años en Estados Unidos, cuando se comprobó su alto contenido en compuestos sulfurados, que demostraron ser eficaces en la prevención del cáncer. Por ese motivo, hoy se lo conoce con este nombre, aunque nuestra tradición hispanohablante ya poseía una palabra para designar este vegetal: col rizada.
Quizás haya que agradecer, no obstante, que, a caballo de esta buena performance en términos de salud, se haya popularizado y hoy sea mucho más fácil conseguirlo que hace 10 años: se trata de una crucífera (de la familia del brócoli y el coliflor) con un sabor muy intenso y cierto amargor que hace las delicias de quienes adoran los sabores complejos.
Tiene de todo
Aunque la categoría de superalimento parece más un invento marketinero que una definición nutricional, el kale es un producto que bien podría aspirar a serlo: además de sus propiedades anticancerígenas, abunda en vitaminas A, C y K, es rico en calcio y potasio y tiene una buena cantidad de fibra.
Cómo comerlo
Cuanta menor cocción tenga, más se aprovecharán sus cualidades nutricionales. Así que la primera recomendación es en ensaladas. Bien lavado y combinado con otras hojas verdes es un gol. Como es una hoja dura, conviene frotarla con limón un rato antes. También se puede cortar en tiras finas y servir en ensalada con garbanzos o arroz yamaní.
La segunda opción es en licuados detox, con otras hojas verdes, remolachas, zanahorias, cítricos o yogur.
La tercera variante es cocido al vapor, y después los clásicos: salteado con cebolla a la sartén o al wok, como protagonista de una sopa de verduras, una tortilla o una tarta.
Chips
Una forma óptima para que la coman los chicos: como chips. Lavarlo y secarlo muy bien. Rociarlo con aceite de oliva y cocinarlo unos 10 minutos en el horno precalentado. Quedan crocantes y sabrosos.
Dónde conseguirlo
Si bien algunas verdulerías ya lo tienen, suele ser parte de los bolsones orgánicos o libres de agrotóxicos que se pueden encargar por internet.
Una receta rica y fácil con kale
Ingredientes:
- 4 ajos tiernos
- 6-8 hojas de kale o col rizada
- 30 gramos de almendras laminadas crudas
- 80-100 gramos de salsa yakiniku
- aceite de oliva virgen extra
- sal
- pimienta negra
- 4 cucharadas de granos de granada.
Preparación:
Lavar las hojas de kale y cocerlas al vapor (10 minutos) hasta que estén tiernas y escurrirlas.
Pelar y picar finamente los ajos. Calentar una sartén con aceite de oliva virgen extra y agregar los ajos, dejar que aromatice y añadir la col rizada y las almendras.
Rehogar hasta que las almendras se doren; agregar la salsa de soja y usar los granos de una granada para decorar.
Palabra de especialista
Agustín Benito, dueño de Sueño Verde y organizador del mercado de la feria Masticar
En Sueño Verde (productor y proveedor de verduras premium) producimos kale desde hace más de 15 años. En la Argentina se usaba mucho para decorar, porque es una hoja rígida y rizada, muy estética. Se puso muy de moda en los últimos años y realmente espero que supere la tendencia, que se convierta en un producto habitual. Para tener una idea de su dimensión, en la góndola de los supermercados de Estados Unidos hoy ocupa casi la misma cantidad de espacio que la lechuga.
La virtud más celebrada son sus propiedades anticancerígenas. Nos llama mucha gente que entiende que la alimentación es una manera de cuidar la salud. Nosotros sacamos hoy una línea en base a ese producto vegetal que se llama Power Green y son combinaciones muy demandadas.
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