La rutina puede directamente a los sentimientos que se tienen hacia la profesión que se ejerce
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Quise ser escritor desde que tomé prestada por primera vez la vieja máquina de escribir de mis padres, a los 6 años. A medida que vi que mis pensamientos tomaban forma en la página en blanco, me enganché al instante. Como autor y periodista, reconozco la suerte que tengo de continuar con estas ambiciones de la infancia, pero mentiría si dijera que no hay períodos regulares en los que esa pasión decae.
Esto se acentúa en el húmedo y aburrido Londres de enero, cuando mi estado de ánimo ya está bajo y la repetición de la rutina semanal puede comenzar a resultar agotadora. Me siento como si estuviera en una rueda para roedores sin fin de la que quiero salir. Y es probable que no esté solo: como ha revelado la tendencia reciente de ‘renunciar silenciosa’, muchas personas están perdiendo el entusiasmo por las carreras que una vez amaron.
Puede que hayas hecho todo lo que estaba a tu alcance para conseguir ese trabajo perfecto y, sin embargo, la rutina diaria a veces te quita el entusiasmo. “En mi experiencia con mis clientes de coaching, diría que es un gran problema y que este problema está creciendo”, dice Anna K Schaffner, una terapeuta de vida en Reino Unido que se especializa en agotamiento, estrés y resiliencia.
Para algunos, la pérdida de la pasión puede ser una señal de que necesita cambiar de carrera, pero un movimiento tan drástico no siempre es posible. Afortunadamente, estudios recientes muestran que algunas personas aplican naturalmente “estrategias de laboratorio” para reavivar su pasión y motivación. Y hay muchas maneras en que todos podemos aplicar estas técnicas.
Una cuestión de mentalidad
El primer estudio proviene de Patricia Chen, profesora de psicología en la Universidad de Texas en Austin, EE.UU. La investigación previa de Chen examinó la influencia de dos mentalidades diferentes sobre la pasión. Es más probable que los llamados “teóricos de la competencia” respalden afirmaciones como:
- Creo que hay un trabajo perfecto para cada individuo, y encontrar la línea de trabajo correcta determinará la felicidad y el éxito de uno en el trabajo.
Los “teóricos del desarrollo”, por el contrario, es más probable que estén de acuerdo con afirmaciones como:
- Creo que la pasión se desarrolla a través de un proceso de aprendizaje dentro de cualquier línea de trabajo elegida. Cuanto mejor sea uno en su trabajo, más empezará a amar la profesión.
Al usar cuestionarios detallados que miden la mentalidad de las personas y varios resultados en el ambiente laboral, Chen descubrió que estas creencias se convierten en profecías autocumplidas. Los teóricos de la competencia (en su sentido de idoneidad) tendrán dificultad para encontrar la felicidad en un trabajo que no cumpla con sus criterios específicos. Los teóricos del desarrollo, por el contrario, pueden aprender a encontrar disfrute e interés en las diferentes tareas, de modo que su satisfacción crezca con el tiempo, incluso si el trabajo inicialmente no cumplía todos los requisitos deseados.
El nuevo artículo de Chen tiene como objetivo explorar cómo los teóricos del desarrollo manejan su pasión de esta manera. ¿Qué estrategias utilizan para avivar las llamas de su gusto por el trabajo? Para averiguarlo, primero encuestó a 316 estudiantes universitarios de varias disciplinas académicas sobre las formas en que su pasión por la materia había cambiado a lo largo del tiempo.
Fundamentalmente, esto incluía una pregunta abierta sobre qué había causado este cambio de pasión. De los cientos de respuestas, los investigadores identificaron cinco estrategias comunes que, según los estudiantes, habían aumentado su motivación. Estas eran:
- Reconocer la relevancia personal: un estudiante de negocios, por ejemplo, podría intentar pensar en las formas en que el conocimiento teórico lo ayudaría a fundar una nueva empresa.
- Reconocer la relevancia social: un estudiante podría preguntarse cómo el tema podría ayudarlo a comprender el mundo y cómo ese conocimiento podría beneficiar a otros en última instancia.
- Construir familiaridad: adquirir nuevos conocimientos puede estimular la curiosidad de alguien por saber más, ya que identifican más puntos de interés, y el hecho mismo de haber progresado y dominado tareas difíciles, puede ser una recompensa en sí mismo. Entonces, alguien que se siente desmotivado podría buscar nuevas formas de aumentar su conjunto de habilidades.
- Adquirir experiencia práctica: muchos de los estudiantes descubrieron que las prácticas laborales y las pasantías aumentaron su entusiasmo por sus estudios académicos.
- Encontrar mentores y cambiar el entorno: los estudiantes pueden buscar activamente maestros que los inspiren o amigos que puedan ayudar a que el trabajo sea más divertido.
En general, Chen confirmó que los estudiantes con mentalidad de desarrollo tenían más probabilidades de ver aumentos positivos en su pasión por su materia a lo largo del tiempo. Y ese cambio se correlacionó con la cantidad de estrategias que habían utilizado. Los estudiantes con la mentalidad de competencia, por el contrario, no parecían estar empleando esas estrategias con tanta eficacia.
Generar motivación
Los hallazgos de Chen concuerdan con una investigación psicológica más amplia que analiza las formas en que las personas regulan su interés y motivación en su trabajo. Además de confirmar el uso de las estrategias que Chen había detectado, como identificar la relevancia personal o social del trabajo, estos estudios sugieren otras formas de reencender la magia.
Dos de las técnicas más útiles son el “establecimiento de metas proximales” y la “autoconsecución”. Estas son particularmente útiles cuando te sientes abrumado con un nuevo proyecto, en el que el desafío es tan grande y la recompensa tan distante que te cuesta reunir el entusiasmo para comenzar.
Para aplicar el establecimiento de objetivos proximales, se puede dividir el proyecto en tareas pequeñas que son mucho más rápidas de completar, lo que le permite disfrutar de la cálida sensación de satisfacción cuando se van cumpliendo en su plan.
“Esto puede ser especialmente efectivo si usas pequeñas recompensas para lograr esos objetivos, como ver Netflix después de haber completado una tarea”, dice Maike Trautner, investigadora postdoctoral de la Universidad de Münster, Alemania. Esa es la parte de autoconsecución.
Una vez más, la mentalidad importa. En un estudio reciente con Malte Schwinger, profesor de la Universidad Philipps de Marburg en Alemania, Trautner encuestó a más de 700 estudiantes sobre las formas en que manejan su motivación. Tal como lo observó Chen con su trabajo sobre la pasión, encontraron que algunos estudiantes creen que la motivación para una tarea es fija e inmutable, mientras que otros creen que se puede cultivar.
Y son aquellos con esta última mentalidad quienes buscarán formas de desarrollar su motivación utilizando estrategias prácticas, mientras que aquellos que creían que su motivación estaba fuera de su control fueron menos proactivos.
Tomar acción
Para las personas que ya tienen la mentalidad de desarrollo, estas estrategias pueden parecer obvias. Pero el trabajo de Chen sugiere que son una minoría: en sus muestras, la mayoría de las personas tenían la mentalidad de competencia y, por lo tanto, podrían beneficiarse al recordarles su potencial para desarrollar su motivación y pasión.
Tomarse un tiempo para pensar en nuestros objetivos generales, buscar los beneficios que nuestro trabajo brinda a los demás, comunicarse con colegas inspiradores y establecer un plan con pequeñas recompensas: estas son estrategias simples que todos podemos tomar para aumentar nuestro entusiasmo.
Sin embargo, no tenés que asumir toda la responsabilidad. Schaffner sugiere que hables con tu jefe sobre las formas en que puede cambiar tu trabajo para que estés más alineado con tus valores e intereses, un proceso que ella describe como “confeccionar el trabajo”.
“Los buenos empleadores deberían estar interesados en eso y apoyar la idea: tiene mucho sentido que a sus empleados se les asignen tareas para las que son más aptos para desempeñarlas bien”, sostiene. Si todavía sentís que estás estancado, es posible que simplemente le estés pidiendo demasiado a tu carrera.
De la misma manera que podríamos esperar que nuestras parejas románticas generen toda la emoción en nuestra vida, lo que ejerce una presión innecesaria sobre la relación, a veces podemos tener expectativas poco realistas de que nuestros trabajos brinden significado a nuestras vidas. Por esta razón, Schaffner sugiere dedicarse a un pasatiempo que también pueda darte un sentido de propósito y logro, para que tu trabajo no sea el único lugar para encontrar satisfacción en su vida.
“Irónicamente, con un poco de desapego y perspectiva, tendemos a trabajar mejor y con más ligereza”, dice. Es una filosofía que he tratado de aplicar yo mismo. En estos sombríos días de enero, traté de reforzar mi energía recordándome todas las razones por las que me atrajo primero una carrera en periodismo y tomándome más tiempo para leer las respuestas de las personas a mis escritos, una actividad que a menudo se pasa por alto por la demanda del trabajo.
Pero siguiendo el consejo de Schaffner, también me estoy asegurando de dedicar más tiempo a todas las demás actividades que amo. En sus palabras: “Puede ser increíblemente sanador y curativo cuando el trabajo es solo trabajo”.
*Por David Robson
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