Cómo guardar la ropa de verano con la llegada del otoño
Es importante tener en cuenta algunos detalles al momento de almacenar las prendas por el cambio de estación, y así asegurar que se mantenga su buen estado
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En esta época del año, el clima se empieza a volver más fresco, puesto que se deja atrás las altas temperaturas del verano para adentrarnos en el otoño. De esa forma, se deja en desuso la ropa veraniega y se empieza a buscar los sweaters, buzos, camperas, botas y pantalones largos.
Muchos lo que hace cuando hay un cambio de estación es guardar la ropa más liviana que se deja de usar durante el otoño en algún lugar que no esté a mano en el ropero, puesto que no van a ser necesaria durante los próximos meses. Además, de esta forma se busca cuidarla para que no se desgaste y esté en buenas condiciones para el próximo verano. Puede parecer un gran trabajo que toma mucho tiempo, pero al fin de cuentas también facilita el momento de vestirse durante los meses de frío y permite que todo sea mantenga ordenado.
En ese sentido, se pueden tomar en cuenta algunos trucos para guardar la ropa de verano con el cambio de estación.
Limpieza
Es sumamente importante que la ropa de verano esté limpia antes de guardarse. Eso evitará que las telas se deterioren con el paso del tiempo y que no tengan mal olor. Asimismo, antes de doblar las prendas y guardarlas, es fundamental que estén totalmente secas.
Además, es un buen momento para hacer una limpieza del placard y descartar aquellas prendas que no están en buenas condiciones o ya no se usan. En ese proceso se debe separar la ropa que se quiere guardar de la que se desechará o se regalará.
Encontrar un lugar de guardado
Normalmente, cuando se guardan las prendas de verano para hacer espacio para aquella que es adecuada para la época del año, se suele dejar en un altillo o en una parte del armario alta. Es mejor evitar sótanos porque la humedad y la temperatura variable de esos ambientes pueden arruinar la ropa.
En caso de no contar con el espacio necesario para guardar toda la ropa en un armario o en un depósito, se puede buscar sitios que no se suelen usar. Un claro ejemplo es debajo de la cama, que es perfecto para el almacenamiento porque no está en medio y es un lugar que no suele tener un uso.
Guardar en orden
Al momento de almacenar la ropa de estación en estos espacios, se recomienda separarla y guardarla con un orden especial para que sea más fácil su almacenamiento y después de encontrar cuando llega el momento de volver a usarla. En ese sentido, se sugiere tener un criterio claro, como puede ser guardar los pantalones todos juntos, mientras que las remeras van a otro contenedor.
Se debe dejar la ropa en cajas de materiales transpirables, ya sea de cartón o de tela, para mantener la calidad de las telas. También se pueden aprovechar las valijas que se encuentren vacías para esta función. En caso de no contar con mucho espacio, se recomienda ponerla en bolsas al vacío de plástico para reducir el volumen y cuidar las prendas de vestir.
En el caso de los zapatos, lo más conveniente es guardar cada par en su propia caja de cartón o, en su defecto, en bolsas de tela. Un truco para evitar que se deformen es llenarlos con bolas de papel de diario.
Por último, durante los años en que las prendas veraniegas permanecen guardadas, es de suma importancia abrir los espacios en que está la ropa cada tres meses. Esto permite que respire y la humedad salga, lo que ayuda a conservarla en buenas condiciones.
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