Desde su creación, este conjunto de salas solo fue utilizado dos veces por miembros de la familia presidencial de turno; de ahí en más, los Kirchner y los Macri eligieron tratarse en hospitales privados
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La Unidad de Atención Presidencial del Hospital Argerich todavía tiene las puertas de ingreso blindadas. También conserva, aunque apagados, los monitores y las cámaras de seguridad. El director del centro médico, Daniel Hernández, afirma que bastaría una simple llamada del Ministerio de Salud de la Nación para que ellos activaran el protocolo de seguridad de la sala y estuvieran en condiciones de recibir al presidente o a cualquier miembro de su familia. Pero la realidad es que este tipo de llamados no llegan. Hace más de 14 años que ningún miembro de la familia presidencial se atiende allí.
La unidad especial, ubicada en el segundo piso del Argerich, fue creada a fines de 2003 por el entonces presidente, Néstor Kirchner. Para ello, se aislaron con una puerta blindada cuatro salas del hospital, que antes formaban parte de la terapia intermedia. Los cambios más importantes que se hicieron fueron en materia de seguridad: entre otras medidas, se creó un pequeño cuarto para custodios y una salida de emergencia propia. También se montó una sala de reuniones, una para los familiares y se colocó una cama que permite brindar una atención de terapia intensiva.
Pero pese al acondicionamiento, la unidad de atención presidencial casi no ha sido utilizada como tal. Desde su inauguración hasta la actualidad, solo fue aprovechada por miembros de la familia presidencial de turno en dos ocasiones. La primera fue en 2005, cuando Kirchner se realizó una fibrocolonoscopía; la segunda, en 2017, cuando su hija, Florencia, fue operada de las amígdalas.
De ahí en adelante, la ex familia presidencial siempre eligió atenderse en hospitales privados, como el Sanatorio Los Arcos, el Sanatorio Otamendi, la Fundación Favaloro y el Hospital Austral. “Yo creo que hay sistema de salud pública cuando los presidentes se atienden en los hospitales públicos. Lo demás es puro cuento”, dijo Cristina Kirchner en 2012. Sin embargo, desde que se mudó a Buenos Aires, la actual vicepresidenta nunca se internó en un establecimiento público.
Tampoco lo hizo el ex presidente Mauricio Macri -ni ningún miembro de su grupo familiar- durante sus cuatro años como jefe del Poder Ejecutivo nacional. Al igual que Cristina Kirchner en la actualidad, Macri fue operado en 2017 en el Otamendi. Alberto Fernández todavía no fue internado durante su presidencia, pero sí durante su candidatura presidencial, en junio de 2019, y en esa ocasión también acudió al Otamendi.
Esta realidad genera debate entre la sociedad. Cada vez que un presidente o un miembro de su gabinete es intervenido quirúrgicamente en un centro de salud privado, la discusión vuelve a encenderse en las redes: ¿corresponde que los funcionarios de alto mando se atiendan en centros médicos privados? ¿por qué lo hacen si tienen a su disposición una Unidad de Atención Presidencial en el hospital público de mayor complejidad del país? ¿acaso no confían en el sistema de salud pública, que ellos mismos administran?
En 2010, en medio de la polémica por la decisión de Néstor Kirchner de someterse a una cirugía cardíaca de urgencia en Los Arcos, LA NACION entrevistó al doctor Hernández, quien aseguró que la unidad de atención presidencial del hospital Argerich se encontraba en perfectas condiciones de recibir al presidente. “Por año, se realizan más de 50 cirugías carotídeas. Estamos capacitados profesionalmente y en condiciones óptimas para realizar este tipo de cirugía”.
Durante la misma entrevista, que fue filmada, el directivo del hospital mostró la Unidad de Atención Presidencial y aclaró: “Esta sala la utiliza cualquier ciudadano que viene. Una de las cosas que se dispuso en ese momento [cuando fue refaccionada para la atención presidencial] fue que ante la no atención del presidente o quien lo requiriera en ese momento, pueda atenderse a cualquier paciente, que es lo que está sucediendo en la actualidad”.
A lo largo de los últimos 18 años, la utilización de esta unidad fue constante, dice Hernández. Incluso la sala de reuniones, pensada para que un presidente pueda reunir a su gabinete o a quien necesite, es utilizada todos los días por los médicos de planta. Voceros del Ministerio de Salud de la Ciudad afirman que durante la pandemia este sector del hospital pasó a formar parte de la Unidad de Terapia Intensiva (UTI) destinada a atender personas con COVID-19. Este año, siguió siendo utilizada para la atención de pacientes UTI, pero con otras patologías.
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