Cómo es el fuerte marítimo abandonado que está a punto de convertirse en una mansión de lujo

Un empresario se propuso restaurar un fuerte marítimo abandonado y convertirlo en una lujosa casa en el medio del océano. El lugar, que está ubicado en Thorne Island, Pembrokeshire, en Gales, solía ser un punto de resistencia contra la invasión francesa. Ahora, está a punto de convertirse en una espectacular casa de playa.

Mike Conner es el dueño de Appsbroker, una de las empresas tecnológicas más grandes de Reino Unido. Por fuera del mundo de los negocios, ahora Conner está enfocado en un proyecto muy ambicioso: convertir un fuerte abandonado en una vivienda de lujo. "Lo vi y era simplemente, '¡Bam!', hay que comprarlo", sostuvo el hombre de 48 años a Wales Online..

El fuerte necesitó el trabajo de 1000 hombres durante dos años y la transformación que planea Conner es sumamente ambiciosa. "El problema es que, con algo tan grande, siempre te quedás viendo lo que falta", dijo el empresario sobre los primeros resultados de la restauración en proceso.

Si bien el exterior se ve algo deteriorado, el interior tiene todas las comodidades de cualquier mansión de lujo tradicional. El calor y la humedad, por estar en medio del mar, fueron dos de los principales desafíos, que Conner resolvió con calefacción por suelo radiante y bombas de calor alimentadas por paneles solares.

Los últimos dueños del lugar habían impermeabilizado las paredes, y, al hacerlo, atraparon cientos de años de humedad. Cuando el nuevo dueño llegó a la casa, el agua literalmente brotaba de las paredes, que fue uno de los principales problemas que debieron solucionar." El costo está fuera de la escala", explicó Conner, que detalló que todo se hizo con la más alta calidad y un altísimo nivel de detalle.

Otra de las dificultades que el magnate encontró en el fuerte, es la velocidad con la que todo se oxida por el lugar en el que está emplazado." Es implacable aquí, una batalla constante contra la madre naturaleza", apuntó al citado medio galés.

El living, con sus techos abovedados y su espaciosa cocina de planta abierta, hace que el fuerte se sienta mucho más cálido. Los espacios donde antes descansaban los soldados, por su parte, hoy se convirtieron en amplias y luminosas habitaciones, con lujosa grifería.

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