Cuál es la fórmula para no terminar con un tabique roto, un esquince o varias pesos menos en el bolsillo
Los comienzos de décadas para cualquier persona que dejó hace tiempo los 20 años, suelen traer aparejadas crisis. Y, si bien no está comprobado científicamente, la llegada de los 30 parece la más propicia para incursionar en planteos existenciales, posibles separaciones y reformulaciones de vida.
Entre las diversas reacciones, que pueden oscilar entre la negación, la resignación o la adaptación, hay una muy común: redoblar la apuesta. Retomar gran parte de las actividades abandonadas tiempo atrás o empezar algunas que nunca jamás realizamos; todo sea por recuperar la vitalidad perdida y las bondades que vienen con ella.
Así las cosas, de repente quizás podríamos encontrarte arriba de un ring recibiendo un terrible cross de derecha sin entender demasiado cómo llegamos hasta ahí. La pregunta entonces aparece por añadidura: ¿cuáles son los peligros que conllevan arrancar o retomar la actividad deportiva después de mucho tiempo?
El doctor Jorge Franchella, médico Deportólogo, cardiólogo y director del programa de Actividad física y Deportes del hospital de Clínicas, tiene algunas de esas respuestas. "Volver bruscamente a la actividad física es como si yo agarro un auto después de muchos años de no usarlo, ni lo hago revisar y lo pongo a correr en altas velocidades. Además, a medida que pasan los años el cuerpo tiene menos plasticidad para adaptarse. Entonces, se va a necesitar con más razón volver progresivamente a la actividad. De lo contrario, el esfuerzo que uno le genera a cada célula del cuerpo es demasiado intenso para lo pueden dominar.", explica. En consecuencia, es recomendable visitar al médico de cabecera antes de iniciar cualquier actividad. "En esa visita puede confirmarse que está todo bien, pero también pueden aparecer factores de riesgo de cara a realizar un deporte como diabetes, hipertensión, algún problema coronario o un riesgo aumentado en fumadores.", agrega el profesional.
También es positivo realizar un examen de potencia aeróbica (cuánto se puede correr de una manera moderada sin llegar a un límite crítico), una antropometría (composición corporal) y medir la fuerza muscular en todas sus variantes. Es preciso comenzar con caminatas y luego trote en forma progresiva.
Una vez concluida positivamente la evaluación de aptitud o capacidad de rendimiento, se puede empezar a hacer bicicleta y nadar. "Nunca hay que volver a la actividad y competir; mucho menos entre padres e hijos por las diferencias de capacidades. Eso es peligroso porque la competencia me hace olvidar que yo no puedo, me quita el control y eso pone mi cuerpo en un riesgo", advierte el doctor Franchella.
¿Cuáles son los riesgos de hacer deporte sin estar preparados?
A nivel muscular: contracturas o desgarros.
A nivel articular: lesiones en la cadera, rodilla y tobillo. "La firmeza al tobillo se la dan los músculos que están afuera y adentro del mismo. Entonces, si pasa mucho tiempo y el músculo perdió fortaleza mi estructura es más endeble, con lo cual aparecen muchas más posibilidades de esguinces o torceduras", ejemplifica Franchella.
A nivel cardíaco: el corazón está acostumbrado a latir con una cierta intensidad. Si la persona viene de mucho tiempo de sedentarismo, de estar en reposo, el corazón aguanta una intensidad determinada si de repente se somete a una exigencia muy grande se pone en riesgo. "Y si además esa persona tiene una cierta edad puede hasta que las arterias coronarias, las que le dan sangre al músculo del corazón, no estén perfectas y con más razón no van a tolerar un esfuerzo grande", agrega Franchella.
A nivel respiratorio: "Aquí es donde menos se nota. Si la persona no fumó, o si lo hizo pero no destruyó el pulmón, el pulmón es el que menos influye, el que menos se desadapta y el que menos hay que entrenar." asegura Franchella. Y agrega: "Quizás pueda aparecer la sensación de ahogo, aunque en realidad ese es el órgano donde repercute y de ahí que uno lo perciba en esa zona del cuerpo, pero lo que está flojo es el corazón. Se acumula un ácido en la sangre que se llama láctico, los músculos están flojos, entonces de toda esa combinación hace que la persona se sienta agitada. Pero la respiración agitada es una especie de alarma que tiene el cuerpo del resultado de todos esos desajustes mencionados anteriormente."
Los deportes más peligrosos para comenzar
Rugby y boxeo, especialmente. "Los de colisión, es decir, aquellos en los que se choca. Aquellos que jugaron rugby u otro deporte y hace unos años que son sedentarios, necesitan readaptación y volver a entrenar gradualmente", responde el doctor Franchella. Tampoco es conveniente volver al fútbol e incurrir en cambios de ritmo bruscos o comenzar tenis y pretender desarrollar un juego de saque y volea.
Los más recomendados
Caminatas, trote y - luego de confirmar un buen estado de salud con el médico de cabecera- la natación.