Los repollitos de Bruselas o coles de Bruselas (Brassica oleracea var. gemmifera) son una hortaliza maravillosa que podemos disfrutar en otoño e invierno, gracias a su buena resistencia al frío. Su sabor delicado y su textura suave la hacen única en la familia de los repollos, también conocida como familia de las Crucíferas.
Se caracterizan por sus pequeñas dimensiones, su muy buena resistencia al frío y por su riqueza en vitaminas y minerales, fibras y antioxidantes: brindan vitaminas C y E, hierro, ácido fólico, potasio, fósforo, calcio, magnesio, sodio, zinc, yodo y selenio. Este poderoso combo implica que protegen nuestra visión, nos ayudan a tener energía, nos dan saciedad y previenen la anemia.
En la cocina
Los repollitos de Bruselas son un manjar que puede disfrutarse en infinidad de preparaciones, frías o calientes, grillados, dorados o guisados. Es verdad que desprenden un característico aroma durante toda la cocción, por la alta presencia de azufre, como todas las crucíferas; pero ese olor no se transmite de ningún modo al sabor en la comida y, por el contrario, aporta matices delicados y hasta dulzones a cualquier plato.
Receta: Ensalada otoñal
Ingredientes: 200 g de repollitos de Bruselas | 100 g de queso de cabra | 1 puñado de arándanos secos | 1 puñado de nueces pecán | 1 palta | 1 taza de rúcula o espinaca fresca | Sal, pimienta, oliva, limón para jugo y ralladura.
Procedimiento:
- Blanquear o saltear en oliva los repollitos de Bruselas, previamente lavados y cortados en mitades. Reservar.
- Colocar en un bol o ensaladera las hojas verdes, la palta en cubos, los repollitos, el queso desgranado y, por último, los arándanos y las nueces.
- Aderezar con sal, pimienta, oliva y limón, y completar con una lluvia de ralladura de limón.
Receta: Repollitos de Bruselas al sésamo
Ingredientes: 200 g de repollitos de Bruselas | 2 cdas. de aceite de oliva | 1 diente de ajo | 1 cda. de salsa de soja | 1 cdta. de miel | Gotas de aceite de sésamo | Semillas de sésamo tostadas | Sal y pimienta (Opcional: pimienta de cayena)
Procedimiento:
- Lavar los repollitos y cortarlos al medio. Blanquearlos brevemente: lo ideal es cocerlos al vapor un par de minutos hasta que cedan apenas el color y la textura, pero es posible hacerlo con un hervor corto y pasándolos enseguida a un bol puesto sobre hielo.
- Calentar una sartén amplia a fuego fuerte. Agregar el aceite de oliva y echar el ajo pelado y aplastado para aromatizar. Echar los repollitos junto con la sal y pimienta, y cocerlos hasta que se doren por fuera.
- Verter la salsa de soja, remover y sumar la miel, el aceite de sésamo y el sésamo tostado. Servir solos, como guarnición, con arroz o con fideos orientales.
En la huerta
Además de sus beneficios para la salud, otro aspecto interesante de los repollitos de Bruselas es que podemos cultivarlos en cualquier huerto urbano. Al contrario de lo que sucede con otros ejemplos de coles, como la coliflor o el repollo, la col de Bruselas no da un solo fruto (pella), sino que mantiene una producción continuada durante mucho tiempo.
Son muy específicos sus requerimientos respecto del tipo de suelo, pero eso no significa que necesite los más cargados de nutrientes: se adapta mejor a suelos medianamente ricos. Cultivada en terrenos o sustratos demasiado ricos, produce una vegetación muy vigorosa y abierta, en lugar de plantas compactas con repollos bien apretados, que es lo que buscamos.
El suelo es uno de los factores más importantes a la hora de cultivar repollitos de Bruselas: es ideal empezar con un buen sustrato de textura media, que no sea demasiado rico en nitrógeno.
Una vez que los plantines hayan enraizado lo mejor posible y midan alrededor de 12 a 15 centímetros de alto, ya se encuentran en condiciones de ser trasplantados al aire libre. Esto sucederá entre las 4 y 6 semanas aproximadamente. En el caso de una huerta de terraza o balcón, elegiremos una sola planta por contenedor, de unos 20 centímetros de diámetro como mínimo.
Los repollitos de Bruselas se benefician de los trabajos de aporcado cada quince días: esto significa recoger tierra cercana a las plantas y amontonarla junto a ellas hasta formar pequeños montículos, con la ayuda de una azada si fuere necesario. El aporcado ayuda a proteger el tallo del viento frío, evita que las hojas reciban luz solar en demasía y estimulan, al mismo tiempo, el crecimiento de las raíces.
Para evitar que los tallos sufran daños durante su crecimiento, es conveniente guiar a las plantas con tutores, sobre todo si hay vientos fuertes.
Requieren un riego regular, evitando siempre encharcar el terreno. Las primeras coles pueden obtenerse entre los 90 y 160 días de la siembra. La cosecha debe realizarse cuando los brotes aún son pequeños, cuando apenas han madurado, siguiendo un orden de abajo hacia arriba, dejando algunos repollitos en la parte superior. Si compramos de viveros, podremos empezar a recolectar a los dos o tres meses de cultivo. En óptimas condiciones, la planta llega a alcanzar el metro de altura y puede brindar unos 30 repollitos a lo largo del tronco.
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