Nutricionista, mamá, actriz, escritora de "Comer es un placer saludable" y "Comer Contentos" y Conductora de "A la mesa contentos" en @unifetvoficial. Así se presenta, ante sus 343 mil seguidores en su cuenta de Instagram, Daniela Lopilato - sí, sí, la hermana de Luisana y de Darío-, una de las profesionales más queridas entre el público por su capacidad de transmitir mensajes claros, motivadores y sensatos a la hora de comunicar sobre alimentación.
Durante la cuarentena, sus propios pacientes en las consultas que sigue manteniendo en forma virtual, como en los comentarios y mensajes que le llegan de las redes sociales, le vienen transmitiendo una misma inquietud: todos están preocupados por una desorganización en los hábitos alimentarios."Estoy desesperada, estoy engordando más que nunca", "No me puedo controlar con lo que como", "No puedo hacer ningún plan de descenso de peso", "Todo el tiempo quiero comer algo dulce", son los pedidos de ayuda en estos momentos.
"La cuarentena nos afecta a todos y la comida se convierte en un fusible por el que canalizar ansiedades", reconoce Lopilato. "Por eso adopté como medida profesional una mayor flexibilidad en cuanto a la alimentación para mis pacientes. En lugar de indicarles planes estrictos estamos haciendo educación alimentaria".
En este sentido Dani señala que no es época para ajustarse a prohibiciones sino que es el momento de adoptar hábitos saludables que nos permitan pasar lo más calmados y relajados posible esta estapa de confinamiento en nuestros hogares, sin negarnos el placer de disfrutar de comer. Para evitar que los excesos provoquen aumento de peso o daños a la salud, lo que recomienda es aprender a distribuir, negociar la calidad y la cantidad de alimentos. "Hoy me comí un cuarto de helado, voy a tratar, en los próximos tres días de no llenarme de tortas, galletitas y facturas", ejemplifica.
- Hiciste un tik tok muy claro sobre la diferencia entre comer por hambre y comer por aburrimiento.
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- En estos momentos, las emociones juegan un rol fundamental en la relación con los alimentos: comés por angustia, porque estas aburrido, por depresión, por miedo. Y ahora que no nos podemos abrazar, besar, compartir, salir, tener reuniones con amigos, no hay fiestas, no hay casi nada que nos sea placentero a lo que podamos acceder. Entonces, lo más cercano que encontramos a lo placentero en estos momentos es la comida. Sabemos que está bien encontrar placer en la comida, que no solo nos alimentamos para reproducirnos, pero también tenemos que estar atentos a que las emociones no tomen todo el control.
- ¿Cómo podemos reconocer cuándo comemos porque nos controlan nuestras emociones?
- Es muy importante esta situación, tomarte unos minutos, respirar, reconocer qué nos está pasando en esos momentos en donde estamos más desbordados que nunca y buscar alternativas que nos ayuden a sobrellevarlos. Cuando uno tiene un antojo no le da ganas de comer una manzana o vegetales; la ansiedad provoca ganas de comer alimentos con más grasas, azúcares, sodio y snacks que no son para nada buenos para la salud. Está bien, algunas veces disfrutar de un chocolate, pero no lo enfoques siempre en lo mismo. Que no siempre la respuesta sea la comida porque a la larga te va a hacer mal.
-¿Por qué creés que de repente las redes se llenaron de recetas caseras y de gente cocinando?
- Porque justamente está teniendo más tiempo en su casa. Hay veces que me preguntan qué hago en cuarentena y yo digo ¡qué no hago! Limpio la casa, cocino, lavo la ropa, hago las tareas con los chicos - tengo uno de 6 y un adolescente-. Es todo un trabajo decirles que salgan de su dormitorio, que no pasen tanto tiempo encerrados, con las pantallas. Cocinar juntos también es una forma de compartir algo en familia. Es un momento para aprender a comer mejor, que experimenten en la cocina. Creo que esto les pasa también a muchas familias. La cocina es un espacio de encuentro y de descubrimiento. Yo aprovecho para hace recetas más nutritivas, con harinas alternativas al trigo, integrales, de garbanzos, de arroz, que tienen vitaminas, minerales y fibras.
- ¿Y encontrás tiempo para moverte?
Yo entrenaba mucho antes de la pandemia y me obligo a seguir haciéndolo. Aunque no es fácil pero una hora por día, como mínimo 4 veces por semana, hago ejercicio. En estos momentos es muy importante establecer horarios y rutinas para todo, hacerlo por muy difícil que nos resulte. Horarios para comer, para hacer las actividades de la casa, cocinar, comprar alimentos, hacer gimnasia, trabajar on line los que lo hacen, hacer las tareas con los chicos y, fundamentalmente, para dormir como corresponde. Si no lo hacemos todas nuestras emociones y malestares potenciados por las circunstancias que vivimos, sumado descansar poco y dormir mal, harán que el cortisol -la hormona del estrés- aumente y nos haga sentir aún peor, generando un gran desequilibrio metabólico y aumentando la producción de grasas en nuestro cuerpo.
- ¿La organización del tiempo es la clave?
Sí, para que no te ganen las emociones y puedas estar saludable. Obviamente podés frenar y descansar, no te obligues, pero un plan organizado te ayuda a estar en tu eje. En cuanto al orden de las comidas, es sencillo: ¡No hay que saltearse comidas! Esto es así porque cada comida actúa de freno para la próxima y va a evitar que llegues con hambre y te comas lo primero que encontrás. ¡Y lo más importante es que al hace las 4 comidas no estás agregando calorías de más, sino que estás cumpliendo con la cantidad y calidad de nutrientes que tenes que incorporar a tu alimentación para que sea saludable. Lo que no es obligatorio es comer las colaciones, pero tampoco hay que dejar que pasen tantas horas sin comer porque es obvio que en la próxima comida vamos a comer de más y eso es lo que va a generar aumento de grasa corporal. Todo lo que nuestro cuerpo no llega a metabolizar se transforma y se acumula en forma de grasa.
"¡No hay que saltearse comidas! Esto es así porque cada comida actúa de freno para la próxima"
- Y para los que en estos cien días ya se ve el aumento en el talle de la ropa, ¿qué les recomendás? ¿Vale la pena tratar de encarar un descenso de peso en el contexto actual?
- En estos momentos creo que lo mejor es enfocare en comer saludable y hacer actividad física, sin exigirte con metas que te van a ser difíciles de cumplir. Siempre tenes que tener en cuenta que tarde o temprano, antes, durante o después de hacer un plan de descenso vos tenés que aprender a comer, a adquirir hábitos saludables que sostener en el tiempo. No estoy en desacuerdo con alguien que quiere hacer una dieta estricta para bajar rápido pero si lo hacés andá a un profesional que te guíe y cuide el equilibrio nutricional. A veces la gente se pone a hacer estas dietas locas, "del terror" les digo yo. Mi consejo es que no se expongan, que consulten siempre a un nutricionista calificado. En las dietas rápidas cuando perdés peso, estás perdiendo grasa y músculo.
-¿Por qué no es bueno perder músculo?
Al tener menos músculo estás disminuyendo tu metabolismo basal. En cambio, si tenemos una buena base de masa muscular, nuestro organismo va a trabajar mejor para quemar grasas. No es lo mismo peso que composición corporal. La actividad física tiene que formar parte de una vida saludable. Por eso, siempre decimos que la dieta tiene un principio y un final. Los buenos hábitos alimentarios te ayudan a estar bien siempre.
- En "Comer es un placer saludable" compartís hasta recetas familiares. ¿Qué quisiste transmitir en ese libro?
- A mí me entusiasma la nutrición, empecé la carrera antes de quedar embarazada y la cursé a un ritmo muy lento cuando quedé embarazada y nació mi hija porque quería dedicarle mucho tiempo a su crianza. Nutrir es un acto de amor y eso es lo que quise transmitir en mis dos libros. En el primero todo está orientado a que vos te sientas bien ocupándote de tu alimentación, que cocines recetas fáciles y placenteras y que eso te sirva para amigarte con tu cuerpo, que estés en tu estado óptimo, por dentro y por fuera. En Comer contentos me enfoqué en las mamás que siempre me preguntaban cómo alimentar más sano a sus hijos.
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Los tips de Daniela Lopilato para la alimentación durante el frío y la cuarentena
- Moverse más. Obligatoriamente, hacer algún tipo de actividad física. Ya hay disponibles varias plataformas virtuales para esto y muchas son gratuitas. Mínimo 30 minutos por día.
- Exponerse al sol. De 20 a 30 minutos por día al menos 3 veces por semana. Ahora que viene el invierno, donde puedan: balcón, terraza, patio, jardín, caminar en los horarios, zonas permitidas y con las precauciones debidas. Esto es importante para obtener la cantidad de vitamina D que necesitamos. El resto podemos obtenerla a través de los lácteos, huevos y alimentos fortificados.
- Frutas y verduras. Consumir al menos 5 porciones de entre frutas y verduras por día. Ahora que tienen más tiempo realicen preparaciones básicas con distintos vegetales y/o verduras como tortillas, budines, soufflés, pasteles, terrinas. Es momento de caldos y sopas, ensaladas tibias. Las frutas se pueden comer en compotas, con yogures, al horno.
- Elegir más legumbres y harinas integrales. Para cocinar tratar de reemplazar harinas de trigo común x integrales, de avena, de arroz, de legumbres, etc.
- Grasas buenas. Incluir el consumo de frutos secos, semillas y aceites vegetales en crudo.
- Calcio. Consumir lácteos descremados con moderación.
- Proteínas. Consumir carnes en general de 3 a 4 veces por semana (1 a 2 veces carnes rojas, el resto blancas, como pollo y pescado y huevos). Huevos: 4 veces por semana aproximadamente y claras libres.
- Evitar alimentos y comidas rápidas que contienen más grasas perjudiciales, sodio y azúcares. Reducir el tamaño de las porciones: esto se logra haciendo todas las comidas del día estableciendo horarios y rutinas.
- Evitar el alcohol. Si no tomás, no empieces ahora. No sobrepasarse de 2 copas de vino o cerveza al día los hombres y 1 copa las mujeres.
- ¡Atención! No previenen, ni curan este virus: los probióticos o prebióticos, nutracéuticos, hierbas, megadosis de vitamina C, sueritos, etcétera.
- Organicen las compras pero no exageren comprando de más. ¡No es sostenible, solidario, ni ético en estos momentos! Compren lo necesario de acuerdo a las comidas que planifiquen. Y no se olviden de comprar vegetales y frutas.
- Tomen agua. En invierno, aumentar el consumo de infusiones calientes, mate, té, pero siempre, el principal liquido tiene que ser el agua. Dos litros por día o lo que el médico le haya indicado a cada uno, es lo recomendable. Tampoco es bueno tomar de más porque se pone en riesgo la salud de los riñones.
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