Fresco y cálido; luminoso y acogedor; íntimo y abierto. Parece una enumeración destinada a ejemplificar la idea de oxímoron (esa contraposición de términos aparentemente opuestos para alumbrar un concepto distinto, nuevo), pero son algunas de las premisas sobre las que trabajó el equipo de Meritxell Ribé-The Room Studio.
Como los desafíos son completos o no son, se encontraron con un departamento de 120 m2 en Sarriá, en las alturas de la capital catalana, cuya segmentación lo hacía oscuro y cerrado. La reforma comenzó por eliminar los tabiques que separaban living, cocina y comedor para generar un ambiente único, fluido y simplificado, destinado a ser el corazón de la casa. Para sectorizar las tres funciones se apeló a elementos decorativos, por no hablar de un uso impecable de la luz natural y artificial.
Materiales de calidez cromática y lumínica caracterizan el área de descanso y la diferencian del lugar para comer. Y claro, también está el elegante panel de piezas cerámicas ubicado entre la cocina y el comedor que permite una visibilidad continua. Así consiguieron dotar al espacio de claridad y energía, pero dando sentido a las áreas que contiene.
Podría decirse que ahora living, cocina y comedor están juntos... y separados: el irresistible encanto de combinar términos aparentemente opuestos para alumbrar un concepto distinto, nuevo.
Dentro de un marco de madera, las tejuelas de la colección ‘Tierras’, creadas por la española Patricia Urquiola para Mutina, forman una pared semitransparente que divide sin perder continuidad. De un lado, colgantes blancas ‘Acorn’ (Northern Lighting) y banco ‘3171’ (Fredericia); del otro, asiento ‘Nudo’ (Sancal) y esferas ‘Rowan’ en color humo y dorado (Ebb & Flow).
Bastan unos minutos para observar cómo interactúan y se repiten los tonos a lo largo de este espacio para comprobar que no por delicada la trama es menos perfecta.
A medida que se aleja del área social, la paleta sube su intensidad y se transfiere a motivos geométricos para una apariencia de solidez sin sensación de dureza.
El clima del dormitorio se hace más íntimo y sensible combinando tonos tierra y mobiliario atemporal. Los almohadones de diferentes géneros agregan la dosis justa de decoración.
El ambiente cuenta con una cama ‘Valentine’ (Case), escritorio y taburete de la línea ‘Georg’ (Skagerak), colgante ‘Bulb’ (&Tradition) y alfombra ‘Basic Bambú’ (NowCarpets). En el otro extremo, mesa de luz ‘Flip’ (Nordic Tales) y lámpara ‘Amp’ (Normann Copenhagen). A pocos pasos, el baño en suite.
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