Colombia: piden sacrificar a los “hipopótamos de la cocaína” de Pablo Escobar
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Los cuatro hipopótamos que en su momento compró el narcotraficante colombiano Pablo Escobar para tener en su Hacienda Nápoles se reprodujeron y se convirtieron, con entre 80 y 100 ejemplares, en una especie invasora y, en un futuro, nociva para el ambiente. A tal punto, que ahora los científicos de la fauna han recomendado que esos animales sean sacrificados.
Pablo Escobar Gaviria, capo de la droga en la década del 80 y parte del 90 y líder del cartel de Medellín, fue abatido a tiros por la policía en el año 1993. Pero los ejemplares de hipopótamos que había importado ilegalmente para su zoológico personal quedaron en su hacienda ubicada en Doradal, en el departamento colombiano de Antioquía, que hoy funciona como un parque temático. Cuando el gobierno tomó el control de esa propiedad, muchos animales fueron relocalizados, pero los enormes hippopotamus amphibius -tal su nombre científico- quedaron allí.
Ahora, los científicos advirtieron que el número de estos ejemplares, que actualmente calculan en una centena, podría crecer a 1500 para 2040, algo que causaría un daño ambiental irreversible, ya que la población de hipopótamos sería demasiado grande para poder controlarla.
Parte de los problemas que podrían acarrear estos animales radican en su orina y sus heces, que son tóxicas, ya que contienen bacterias peligrosas tanto para otras criaturas como para el ser humano. Además, es una especia altamente agresiva. En África, los hipopótamos matan más gente anualmente que cualquier otro mamífero. El año pasado, uno de estos animales que dejó como legado Pablo Escobar, también conocidos como “hipopótamos de la cocaína”, atacó a un campesino, lo arrojó al aire y le rompió la cadera, la pierna y varias costillas.
“A nadie le gusta la idea de dispararle a un hipopótamo, pero tenemos que aceptar que ninguna otra estrategia va a funcionar”, dijo la ecologista Nataly Castelblanco Martínez al medio británico The Telegraph.
Con respecto a la posibilidad de otros métodos para reducir la cantidad de ejemplares, la ecologista no fue optimista. “La reubicación podría haberse realizado hace 30 años, cuando solo había cuatro hipopótamos. Y en cuanto a la castración, también podría haber sido eficaz si los funcionarios hubieran proporcionado recursos suficientes para el programa desde el principio”, dijo Castelblanco Martínez.
“Pero ahora, la única opción es la matanza”, sentenció.
En África, su hábitat natural, estos enormes mamíferos deben competir por el acceso al agua, tienen que soportar enfermedades y evitar ser atacados por una variedad de animales que están por encima de ellos en la cadena alimentaria. En Colombia, en cambio, ellos tienen un ambiente óptimo con abundancia de lluvia y falta de depredadores, lo que hizo que fácilmente prosperaran en las tierras en las que los estableció Escobar.
En estos años hubo grupos de ecologistas que intentaron esterilizar a estos animales, pero es muy difícil encontrarlos, y además, también es muy dificultoso hallar sus órganos reproductivos, ya que los machos tienen testículos retráctiles y pueden introducirse en su propia anatomía hasta unos 40 centímetros.
El ambientalista del gobierno colombiano David Echeverri López señaló que solo pudo castrar un promedio de un hipopótamo al año. Asimismo este especialista estimó que la población de estos animales puede aumentar anualmente hasta un 10%.
Echeverri López, sin embargo, tiene una visión diferente a la de otros científicos y cree que debe existir una opción superadora a la del sacrificio de todos los ejemplares. “Tiene que haber otra solución. Estos hipopótamos se han convertido en parte de la identidad local. Pero el tiempo se acaba”, dijo el ambientalista al citado medio británico.
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