Cinco conductas que esconden una raíz de amargura y cómo liberarse de ellas
Las experiencias dolorosas sin sanar suelen traer consigo conductas repetitivas; es importante reconocer esas vivencias para poder expulsar así todas las emociones relacionadas
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Hoy te invito a reflexionar sobre las conductas repetitivas. Ciertas acciones que realizamos las tendemos a repetir una y otra vez, aun durante años. No queremos hacerlo, pero es como si una fuerza interior nos empujara a hacer nuevamente lo mismo.
Entre las muchas explicaciones y maneras de pensar el tema de hoy, quiero compartirte una de ellas: la raíz de amargura. Cuando existe una “raíz”, esta tiende a generar conductas negativas repetitivas. Veamos cuáles son algunas de las raíces más comunes:
1. El enojo
Hay personas que viven constantemente reaccionando mal, incluso cuando alguien las saluda. ¿La raíz? Una vivencia que les causó amargura.
2. La exigencia
Por lo general, las personas que son exigentes, demandantes, están enojadas y creen que todo el mundo les debe algo. Esto se debe a alguna experiencia de amargura en el pasado.
3. La ofensa
“Cuidado con lo que vas a decir (porque depende de vos cómo yo me voy a sentir)… La verdad es que me molestó mucho eso que hiciste”. Aquellos que son altamente sensibles, muchas veces, esconden una raíz de amargura.
4. El aislamiento
Mucha gente que prefiere estar en soledad, que no quiere juntarse con nadie ni estar en compañía de nadie, en el fondo trata de evitar ser lastimada como lo fue en el pasado.
5. La agresión
Las personas agresivas que ejercen violencia contra los demás suelen esconder una raíz de amargura y actúan de ese modo porque, inconscientemente, buscan que el otro sienta lo mismo que ellas sintieron antes.
¿De dónde surge una raíz de amargura?
De una experiencia dolorosa que atravesamos, que puede ser traumática o no, en la cual fuimos desilusionados y lastimados. Esa marca que queda grabada en nuestra psiquis, con el tiempo, provoca conductas repetitivas o “frutos” distintivos de la amargura.
¿Es posible ser libre de una raíz de amargura?
Claro que sí; pero el primer paso para alcanzar la libertad es ir hacia adentro y reconocer esa raíz. Escribir nuestros dolores y decepciones suele resultar de mucha ayuda. Sin embargo, en la mayoría de los casos, hay que tomar la firme decisión de perdonar a quien nos causó daño para lograr expulsar así todas las emociones relacionadas con ese hecho.
Solo así podremos ser verdaderamente libres de las repeticiones en nuestra vida; las cuales no nos hacen bien ni a nosotros mismos, ni a quienes nos rodean.
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