Solo y parado frente a la cámara, son muchos los elementos del encuentro organizado por WeWork LATAM que nos dan a entender que estamos atravesando una pandemia. Pero a pesar de eso, hay algo en Chris Gardner que es permanente: su sonrisa de oreja a oreja y su capacidad de reírse de cada uno de sus comentarios.
Hoy es un speaker motivacional y experto en lo que significa la búsqueda de la felicidad (o, como dice él, CEO de la felicidad) pero muchos lo conocimos gracias a "The Pursuit of Happyness" (2006) la película protagonizada por Will y Jaden Smith basada en su autobiografía. En ella, nos mostró la vida de un padre que hace todo por salir adelante. Este hombre tiene una gran historia para contar.
"No sé ustedes, pero ahora mismo siento que alguien agarró dos películas de Will Smith. 'I Am Legend' y 'The Pursuit of Happyness', y las puso en una trituradora. Hoy nadie puede decir que haya vivido, imaginado o experimentado algo de la dimensión de lo que estamos atravesando en este momento", nos dice Gardner al inicio de su charla durante el WeWork LATAM Summit y nos advierte: "Todas las partes de mi vida que voy a compartir con ustedes sucedieron en Estados Unidos, pero eso no importa porque yo creo que las experiencias más importantes y desafiantes son universales. El nacimiento de un hijo, la graduación, tu casamiento, un nuevo trabajo u oportunidad de negocio, tu nueva casa, la pérdida de alguien a quien amas".
Esas experiencias universales son las que nos convierten en una Humanidad. Y en esas experiencias, el lugar en dónde naciste, es secundario en relación a en dónde estás en tu espíritu
Entonces, después de una pausa y apelando a todos los que -desde la comodidad de nuestras casas- lo escuchamos, nos dice "Antes de la pandemia ya éramos testigos de una de las crisis humanitarias más grandes de nuestro tiempo. Se calcula que el 1% de la población mundial está huyendo. Están huyendo de guerras, conflictos y revoluciones, de arrestos políticos, de pandillas, drogas y violencia. Si todas estas personas estuvieran en un mismo lugar al mismo tiempo, de manera instantánea se convertirían el veinticuatroavo país más grande de la Tierra. Los medios norteamericanos los llaman de muchas maneras. Inmigrantes, refugiados, infiltrados. Yo también tengo un nombre para ellos: los llamo sobrevivientes".
Yo sé lo que es agarrar a tu hijo, todas las pertenencias que podés cargar, tus sueños y correr por tu vida
Con una claridad impactante, Gardner sabe que no está solo y nos habla de manera muy directa: "Al inicio de la pandemia, muchas personas iban por ahí diciendo que todos estamos en el mismo bote. Pero eso no es cierto. Estamos bajo la misma tormenta, pero hay un gran número de botes ahí afuera. Está el bote de las personas que tienen la flexibilidad de trabajar de manera remota (con todos los desafíos que eso también presenta) y es un bote completamente diferente al de las personas que trabajan en el sistema de salud o con trabajos esenciales que deben poner su salud y la de sus familias en riesgo. También es un bote muy diferente del de las cientos de millones de personas alrededor del mundo que no tienen un trabajo al cual volver. Pero además tenemos que reconocer otro bote, que es el de las personas que no creen que estamos en una tormenta."
Esta es la manera en el que el mundo funciona hoy. El cambio. Tenés que aprender a sobrevivir en un mundo que cambia de manera constante
Entonces sin minimizar la situación que hoy vivimos como sociedad, empieza a enumerar una gran cantidad de eventos que impactaron a las personas de todo el mundo. Lo hace con un solo objetivo: "Mi punto es que, la única constante que existe son los cambios, dramáticos y aterradores", y revela un hecho demoledor: "En la película vieron a Jaden Smith interpretando a mi hijo como un niño de cinco años. Hicieron eso por el diálogo. En la realidad, en este punto de nuestro recorrido, él tenía solo 14 meses. Eso lo cambia todo".
Me tomó mucho tiempo entender que la única persona que me podía hacer sonreír de esa manera, era mi madre
Su madre como la fuente absoluta de inspiración
"Cuando alguien me pregunta '¿Qué era lo que te hacía creer que vos ibas a poder lograr lo que soñabas?' [la respuesta es] 'Podía escuchar la voz de mi madre', podía escucharla diciendo 'Hijo, tuve que hacer tanto, con tan poco y por tanto tiempo, que puedo hacerlo todo con nada'. No se trataba de una solo frase pegadiza". Entonces es momento de la anécdota familiar, "Cuando era muy joven estaba viendo un partido de básquet universitario y me acuerdo de pensar '¡Wow! Algún día esos chicos ganarán 1 millón de dólares. Gracias a Dios mamá me escuchó y me dijo 'Hijo, si es lo que querés, algún día vos vas a hacer 1 millón de dólares'. Antes de que ella dijera esas palabras, ese pensamiento nunca había entrado en mi cabeza pero, después de que lo dijo, nunca la dejó. Ese fue mi permiso para soñar [...] Mi mamá diciéndome que yo podía hacer lo que quería, fue el mejor regalo que recibí en toda mi vida"
Para mí la película nunca fue sobre el dinero, sino sobre un hombre que quería darle a su hijo algo que él nunca tuvo: un padre
El amor de su vida y el sentido de pérdida
Con la voz quebrada y, por un rato, sin esa sonrisa que lo caracteriza, Gardner habló también sobre la pérdida de su mujer: "Uno de los momentos más difíciles de mi vida fue hace algunos años. Holly Ann fue el amor de mi vida por 20 años [...] Ella partió hace ocho años, dos meses y trece días. Aveces pienso 'Tenés que dejar de contar, ella no hubiese querido eso' ¿Pero saben qué aprendí de otras personas que también perdieron algún ser querido? La razón por la cual no dejás de contar es que sabes que eso puede volver a suceder".
Después de más de media hora de charla, en donde Gardner combinó momentos muy emotivos y aquellos que ya sabemos le salen de taquito, hay una idea que seguramente a todos nos quedó rebotando. Y él la expresa mejor que nadie: "Me tomó 10 años descubrir qué era lo que me apasionaba. Nunca voy a olvidar la primera vez que entré a la sala de operaciones de Wall Street. Algo que para muchos era un caos, para mí fue como si estuviese leyendo una partitura de música. Y supe 'Esto es lo que se supone que debo ser'. No fue 'Esto me gusta' o 'Me gustaría probar' sino, 'Aquí es donde se supone que debo estar'. Y ese es el sentimiento que ustedes quieren en el camino de buscar la felicidad".
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