Con ADN nacional, dónde comer o pedir algunas de las mejores propuestas de la ciudad.
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Son dos grandes pasiones. Por un lado, el chocolate, ese derivado del grano de cacao que desde su origen americano conquistó el mundo entero. Por el otro, el dulce de leche, el ícono argentino que es parte indispensable de nuestro día a día. Y si separados son ya deliciosos, juntos se potencian, dando vida a un abanico de productos perfectos. Sobran los ejemplos, desde las eternas golosinas (el bombón Jaquelín, el histórico Cabsha, el riquísimo Tofi o el intenso Havannet) hasta los bombones más sofisticados, pasando por infinitos alfajores, tortas y muchos etcéteras. Lejos de empalagar, el resultado de unir chocolate con dulce de leche termina siendo más que la mera suma de las partes: representa un merecido viaje al paraíso goloso de esa infancia que tanto extrañamos. Aquí, tres opciones para probar esta dupla con evidente ADN nacional.
Bombón de nuez
“Es un homenaje a los sabores de la infancia, recordando a esas nueces confitadas del norte argentino”, explica Diego Armani, el apasionado artesano detrás de Rústico, la chocolatería que a través de su sitio online vende alfajores, bombones, trufas golosas, variedad de tabletas, mendiants, nibs de cacao, naranjitas bañadas e incluso chocolate en taza diseñado para submarinos invernales. Los bombones de nuez son grandes, generosos: una semiesferas de cuatro centímetros de diámetro de chocolate agroecológico ecuatoriano al 70%, que envuelve un muy rico dulce de leche artesanal y una nuez entera. Al morderlo, el crack del chocolate y de la nuez contrastan con la cremosidad del relleno, mientras que en la boca se mezclan los distintos sabores, el amargo y lo dulce, lo simple y a la vez lo complejo. Como una de esas golosinas de kiosco, pero en una versión adulta y superadora. Instagram / Tienda online
Torta Kinder
Con ya cinco años en esa esquina entre el barrio de Flores y Caballito, Lab Sucré se ganó una merecida fama por su pastelería en extremo cuidada y deliciosa, donde combinan técnicas y sabores de oriente y occidente. Su cheesecake japonés (durante la pandemia explicaron la receta en un Instagram Live junto a Ximena Sáenz) es un gran ejemplo. “Pero yo nací acá, en Argentina. ¿Cómo no voy a ofrecer algo que mezcle el chocolate con el dulce de leche, si me gusta tanto?’”, se pregunta Paola Chang, la pastelera detrás de esta casa. Así nació la Kinder, una de sus tortas “fraccionadas”: pequeños rectángulos de 12x3 centímetros a modo de porciones preciosistas. Todo arranca con una base de bizcocho de chocolate bien húmedo; luego se suma una capa de ganache de chocolate semiamargo con un toque de café; una vez que esta ganache se enfría le agregan una capa de puro dulce de leche respostero y encima una mousse (sin huevo) de chocolate blanco. Para finalizar va con un salpicado de trocitos de maní tostado. El resultado es perfecto: dulce sin empalagar, cremoso pero húmedo, con sabores conocidos en una reversión novedosa. “Lo llamamos Kinder pero no tiene nada que ver con la golosina de kiosco. Sucede que un día vino una amiga austríaca a hacer una pasantía a mi local, y cuando lo probó me dijo que le recordaba a ciertos sabores de su infancia, del kinder. Así le quedó el nombre”. Instagram / Dirección: Av. Avellaneda 1932
El Mil Hojas
Nacida en la bellísima Mar de las Pampas hace 25 años, La Pinocha creció hasta ser mucho más que un destino de vacaciones de verano. Con nueva generación a cargo (los hijos de los respectivos fundadores), la marca comenzó un proceso de expansión a través de locales propios y franquicias, aggiornando también estética y packagings pero manteniendo el mismo recetario que le hizo ganar su fama. Hoy La Pinocha cuenta con 14 locales en el país (el último abrió la semana pasada en Caballito; en unos días suman uno en San Isidro y el mes que viene otro en Córdoba), ofreciendo más de 70 productos a base de chocolate. Entre lo más vendido están siempre las tabletas con dulce de leche: el 3D, que intercala los tres chocolates de la casa (blanco, con leche y semiamargo) con dulce de leche; el Coco, que incluye chocolate con leche, dulce de leche y coco rallado; y el Suizo, con chocolate con leche, dulce de leche, chocolate blanco y nuez, entre otros. Pero un favorito imperdible, para compartir entre chicos y grandes, es el Mil Hojas blanco: cuatro bases perfectas de chocolate blanco que encierran a modo de gran sándwich delicadas capas de dulce de leche. Una bomba que no deja a nadie indiferente. Instagram / Sucursales en lapinochachocolates.com
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