Chloé Zhao, ¿la directora mimada de Hollywood?
Protagonizada por Frances McDormand, su película Nomadland tiene 6 nominaciones al Oscar: cómo reversionar el western en clave feminista
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Centro de atención del mundo del cine y víctima de la batalla geopolítica entre Estados Unidos y China: entre esos dos puntos se mueve, desde hace un par de meses, Chloé Zhao, la joven directora de cine que promete para los Oscar y que está en boca de todos. A fines de febrero, luego de convertirse en la primera mujer asiática en ganar el Globo de Oro al mejor director por su trabajo en Nomadland, los medios orientales se lanzaron a capitalizar la victoria con titulares como “El orgullo de China”. Poco tiempo después, sin embargo, descubrieron que la afinidad entre Zhao y su país natal no era algo de lo que pudieran jactarse y volvieron rápidamente sobre sus pasos hasta el punto de iniciar un boicot mediático a la película.
Pero vayamos un poco más atrás. Zhao nació en Beijing en el marco de una familia adinerada que le permitió viajar a los Estados Unidos a terminar sus estudios secundarios y comenzar su formación como directora de cine en la NYU. Desde ese momento, los cimientos de la cultura norteamericana pasaron a ser su interés principal, algo que se refleja tanto en Nomadland –que podremos disfrutar cuando regresen los cines– como en sus dos películas previas: The Rider y Songs my Brothers taught me –disponible en MUBI–. Este interés cultural, sumado al hecho de que vive con su pareja en las afueras de Los Ángeles y a ciertas declaraciones que pueden leerse como críticas al régimen chino, dispararon la indignación de los medios estatales de su país, que intentaron mostrarla como una traidora a la patria.
Por su parte, Zhao se mantuvo al margen de la polémica pero, durante la ceremonia de los Globos de Oro, dejó escapar una frase que funcionaría como respuesta anticipada a los conflictos por venir: “A veces siento que las personas que tienen tanto odio, tal vez solo se odian a sí mismas. Y pienso que entender y tratar de ver al mundo desde el punto de vista del otro, es la única forma de que sobrevivamos como especie.”
Es ese mismo punto de vista el que se reconoce en Nomadland. La película no toma posiciones y sigue a su protagonista en su viaje personal, sin juzgarla. Fern –interpretada por una extraordinaria Frances McDormand– es una mujer que pierde a su marido y su trabajo y decide dejar todo para lanzarse a la ruta como forma de vida. Durmiendo en su camioneta al borde del camino o en pequeñas comunidades. Trabajando un poco en cada lado para juntar recursos que le permitan mudarse al siguiente destino. Una vida solitaria y llena de dificultades pero también plagada de belleza e independencia.
Pese a trabajar con una temática inusual y que coquetea con una posición antisistema, Nomadland consiguió 6 nominaciones a los Oscars que se entregan el próximo 25 de abril. Todavía más sorpresiva fue la nominación de Chloé Zhao como mejor director, una categoría que históricamente estuvo vedada a las mujeres y que este año cuenta con dos representantes femeninas. Una explicación posible surge de la búsqueda de la Academia de reformarse luego del conflicto del #MeToo y las nuevas #OscarsSoWhite y #TimesUp. En un intento de agregar diversidad a la composición de su integrantes, se incorporaron 2000 nuevos miembros a la Academia y pasaron de un 25% de mujeres a un 32% y de un 8% de personas de color a un 16%.
Ahora bien, lo que seguro no pasó desapercibido en Hollywood es el trabajo de revisión del western que se reconoce en Nomadland. Al igual que lo que sucedía en A lo lejos -la novela del argentino Hernán Díaz, finalista del premio Pulitzer del año pasado y con los derechos vendidos para ser llevada al cine-, la película de Zhao aborda las historias del Oeste focalizando en el paisaje por el que peregrinaron los pioneros. La hostilidad del clima que va desde el calor del desierto hasta el frío del norte, las cavernas naturales de la cordillera, la vegetación, los animales, las panorámicas de colores imposibles. Todo lo que quedaba reducido a un segundo plano en los westerns tradicionales por la importancia de un relato de indios y vaqueros, de sheriff y bandidos: eso es lo que aporta la mirada foránea, la distancia respecto a esa narrativa identitaria que es el western para los estadounidenses.
De hecho, cuándo le preguntan a Zhao por una posible orientación feminista en Nomadland, ella hace referencia a su propia reversión del género: “Siempre nos preguntamos: ¿por qué John Wayne no puede ser una mujer? La mujer se queda atrás, la puerta se cierra, ella permanece en la granja –dice haciendo referencia a la escena final de The searchers, de John Ford, que homenajea en su película–. En Nomadland, al final, la mujer no se queda adentro. Se sumerge en el paisaje peligroso, áspero y hermoso como suele hacerlo el hombre.” Esa mujer autosuficiente y orgullosa que se hace cargo de su dolor y busca la solidaridad y el afecto, siempre y cuando no la aparten de su camino.