Cerveza hecha en el bar
En Recoleta abrió el primer brew pub de Buenos Aires
Guido Weinberg realizaba un máster en administración de empresas en los Estados Unidos cuando se le ocurrió importar a nuestro país una modalidad comercial extendida en esas tierras: las microcervecerías. Entusiasmó a un grupo de inversores argentinos y, a los 29 años, se convirtió en el vicepresidente de la compañía Brewing Argentina, con su flamante brew pub Buller, en Recoleta.
Un brew pub no es otra cosa que un concepto moderno de las pequeñas cervecerías caseras surgidas en Estados Unidos durante la prohibición de los años 30 (y en Europa, una costumbre que aún se mantiene). Una vez derogada la ley seca, los productores artesanales fueron barridos de escena por las grandes marcas. En los años 70, la ola resurgió y cobró mayor vigor aún en la década siguiente, como recuerda Brad Page, maestro cervecero de Buller.
A Page puede vérselo, cada mañana, a través de la gran vidriera que da a la peatonal Roberto Ortiz. Verter la cebada en el molino, para luego mezclarla con agua caliente en la tina de macerado y filtración; hervir el mosto en la olla, donde se le imprime el sabor amargo del lúpulo, agregar la levadura para iniciar el proceso de fermentación que varía según el tipo de cerveza, son las tareas que supervisa este norteamericano alto, pelirrojo y de sonrisa fácil.
También le encanta hablar sobre cervezas, con acento sajón y tono didáctico. Por el momento, en Buller elaboran seis tipos: Light lager, rubia fresca y ligera que es la de mayor producción en forma industrial; Wheat beer , clásica del sur de Alemania, combina trigo y cebada malteados en iguales proporciones, es suave e ideal para el verano; Cream ale , de color oro y sabor dulzón, cremosa gracias al agregado de nitrógeno; Brown ale , oscura sin ser negra, es una ale liviana, preferida por los ingleses; India pale ale , fuerte y amarga por la gran cantidad de lúpulo; y Stout, la típica negra irlandesa en versión artesanal.
Pensado como punto de encuentro después del trabajo, el lugar cuenta con barras en torno de la zona de producción (a la vista) y mesas para una comida extendida. Bruschettas, tablas de quesos y fiambres, rabas, fondue inglesa (con cerveza blanca, gin, cheddar y croustones de pan), sándwiches de estilo norteamericano, ensaladas, pizzas y algunos platos de cocina son los acompañamientos. La cerveza llega a la mesa recién tirada, directamente de los tanques.
Weinberg planea que los clientes puedan llevarse a casa su botella, con los correspondientes recaudos para mantenerla fresca, ya que se trata de productos "artesanales". Es decir, a la antigua; pero de acuerdo con un concepto de management del 2000.
Buller R. M. Ortiz 1827; 4808-9061. Abre de 11 a 1. Sampler (6 vasitos para degustar), $ 8; pint (525 ml), 6,50; 1/2 pint, 4. Apettizers (5 y 6); platos (10 a 14)
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