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Para algunos es “el Castillo de Villa Ventana”, para otros se trata de “el Castillo de los Moncada”, pero la mayoría lo conoce como el castillo abandonado de Villa Ventana, una localidad al sudoeste de la provincia de Buenos Aires que está ubicada en el partido de Tornquist, dentro del sistema de Ventana.
Quienes recorren la provincia de Buenos Aires, atento a las curiosidades que muestren vidas anteriores, se sentirán más que satisfechos al toparse con los restos de una casa que, años atrás, tuvo una imagen majestuosa que hoy en día no sostiene. El castillo en cuestión es una construcción de los años 80, la casa de un empresario y abogado de Bahía Blanca que con contactos políticos en la zona supo hacerse de un lugar que le permitió prosperar económicamente. Sin embargo, el sueño de Abel Moncada comenzó en 1972 cuando adquirió un pequeño lote en Villa Ventana que contaba con una simple casita, casi sobre la esquina de Cruz del Sur y Martín Pescador. Tuvo que esperar hasta 1984 para comenzar la apabullante construcción que tenía en mente.
Un castillo con 15 habitaciones
Luego de construir la casa, tipo castillo, el dueño decidió realizar la ampliación a un hotel de lujo, pero “Desconocedor de los reveses que vendrían, al hotel lo soñó y lo hizo a lo grande: en 1990 empezó a levantar una planta baja con un gran comedor y dos galerías, y un segundo y tercer piso con unas 15 habitaciones con baño privado. No había planos oficiales; todo se iba haciendo y deshaciendo en base a sus ideas. Como en el chalet, las paredes se levantaron de ladrillo visto y hasta se dejó espacio para un ascensor”, describe el Diario de Rivera, la publicación de una localidad vecina.
Sin embargo, parece que los apoyos que tuvo durante un tiempo dejaron de existir, por lo que su estructura de poder y sus negocios finalizaron mucho antes de lo que él hubiera deseado. A raíz de esta situación, y sumado a los problemas de financiación bancaria, nunca logró inaugurar el hotel que terminó siendo embargado. El castillo quedó a la deriva en el año 1996 y de a poco fue saqueado por los vecinos y destruido por el paso del tiempo.
“Las torres altas y las almenas de ladrillo visto, con sus pequeños ventanucos oscuros, llenan cualquier par de ojos que se pose en ellas. La entrada, prohibida: los inmensos portones de rejas negras se alzan entre dos torretas imponentes y el cartel de “No pasar – Propiedad privada” sacude las incipientes intenciones de aventura de cualquier incauto. Pero el sabor por lo prohibido reaparece cuando se observa que, detrás de una de esas torres, el enrejado está lo suficientemente abierto como para que pasen una o dos personas. Esa pequeña abertura es la entrada a una historia semioculta entre las sierras de Ventana, que habla de amigos, traiciones, falsos gurúes, sueños truncos y lazos familiares”, escribió el periodista Hernán Guercio en junio de 2018 en el diario La Nueva.
Una exploración al castillo
Nicolás Fischman hizo una exploración al castillo en 2017, para mostrar un video en SupraPixel, su canal multimedia en YouTube en español, que ya lleva más de 42.000 reproducciones: “Arrancamos con un cartel que dice “no pasar, propiedad privada´. Desde afuera, observo una antena parabólica y me pregunto para qué se necesitaba”, dice Fischman, al inicio de la grabación cuando aún no había podido entrar al castillo para filmar el video que dura unos 13 minutos.
Ya en su interior, en un momento de la filmación el explorador se sorprende ante la gran cantidad de vidrios que aparecen tirados en el suelo, como así también por restos de palomas, pero sigue el recorrido hasta que anuncia: “Llegamos a una especie de cúpula que tiene alfombras en las paredes y en los pisos. Todo está en ruinas”, describe Fischman.
Actualmente, solo queda la estructura edilicia y las tuberías de electricidad. Sin embargo, las aberturas y el equipamiento sanitario, entre otras cosas, desaparecieron por arte de magia. En realidad, fue todo saqueado y ese agradable paisaje fue reemplazado por grafitis y pintadas de algunas personas que lograron ingresar. Muchos de estos robos fueron perpetrados por turistas que querían conocer sí o sí este sitio.
Más allá de todo esto, en septiembre de 2019 se anunció que mediante una inversión, que rondaría los $ 20 millones, el castillo se transformará en hotel y restaurante.
En el lugar se vienen efectuando varias obras como, por ejemplo, acomodamiento de paredes y pisos, cambios en partes del techo y tejas y tienen pensado adaptar algunos sectores para las personas con discapacidad.
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