El otoño avanzado es la época ideal para poner a punto ciertos sectores del jardín. Poco a poco, con la llegada del frío, el jardín se va apagando, aunque en donde el clima no es muy extremo pueden seguir disfrutándose los canteros, especialmente durante el primer tramo del otoño. Así, podemos seguir planificando, siempre que queden plantas en flor, y evaluando combinaciones y rendimiento, como tiempos de floración, resistencia a enfermedades, crecimiento, entre otros.
Si todavía no tenemos un cantero o queremos incorporar plantas nuevas al existente, también es interesante recorrer los viveros y descubrir la gran variedad de plantas que florecen todavía en esta estación: salvias, dalias, rosas, plectrantus y las nobles gramíneas.
Estas plantas se sumarán a la lista y al esquema del futuro proyecto. Es bueno destacar que en un cantero, al igual que en un jardín, es tan importante la planificación y el diseño como su posterior manejo, en el cual es clave la observación, acompañada de notas, en todas las estaciones o meses del año.
La puesta a punto
Con las variables a las que ya nos estamos acostumbrando a partir del cambio climático, vamos entrando en la estación fría. Momento especial para empezar a encarar todo lo planificado.
El suelo todavía está caliente y las plantas van entrando en un período de dormición, con lo cual podrán levantarse, dividirse (si fuera necesario), trasplantarse, etc. Las únicas que no estarán en esta lista son las gramíneas, que siguen como protagonistas, sosteniendo el otoño con sus espigas en flor.
Me gusta llamar "puesta a punto del cantero" a este trabajo intenso que se hace una vez al año. El momento en el cual se llevará a cabo dependerá básicamente del nivel de cambios que queramos hacer en él y de las plantas que lo compongan, así como también de la región en la cual estamos.
Para poner algunos ejemplos, si la composición del cantero fuera mayormente de gramíneas, la tarea de puesta a punto convendría hacerla de mediados a fines del invierno. Si, por el contrario, en el cantero hubiera anuales de floración primaveral (amapolas, espuelas de caballero, centaureas, nigellas, orlayas, etc.), sumado a herbáceas perennes que necesitan ser trasplantadas o divididas, cuanto más temprano se haga el trabajo –siempre en otoño–, más temprano será el "arranque" en la primavera.
Por lo tanto, lejos de aplicar una única receta, lo mejor será analizar cada situación particularmente y poner manos a la obra en algún momento del otoño o el invierno.
Mi cantero propio
En los últimos años he ido modificando la fecha de intervención en mi jardín. Lo que antes hacía desde fines de abril, ahora lo hago a fines de mayo. Estos son los pasos que sigo:
- Poda a ras de todas las plantas, menos de las gramíneas que quedarán un rato más con sus espigas. A veces las podo para quede todo más prolijo.
- Retiro de raíz de todas las anuales de verano que van terminando su ciclo: zinias, cleomes, cosmos, scabiosas.
- Eliminación de todas las malezas bien de raíz.
- Trasplantes o divisiones de matas si fuera necesario, reubicación de plantas de acuerdo con la planificación y notas de la primavera y el verano. Siempre es interesante hacer cambios.
- Control de plantas que avanzaron mucho. Algunas herbáceas perennes son muy invasoras, con lo cual podrían necesitar control para que no ahoguen a sus vecinas. Recorte de los bordes o achique de matas de ser necesario.
- En el caso de que hubiera anuales de floración primaveral en el cantero cuyas semillas han quedado de la temporada anterior, liberar esos "huecos" para que reciban sol y puedan germinar. Si no hubo anuales de primavera y queremos incorporarlas, marcar los lugares, hacer espacio sacando plantas, preparar la tierra, sembrar y colocar un cartelito indicando lo que se sembró, para que en los meses siguientes no se confundan con malezas y si arranquen.
- Si se han hecho trasplantes, regar bien.
- Colocar una buena capa de compost. De aquí en adelante vendrán unos meses de descanso, con actividad creciente hacia fines de invierno, en los que habrá que desmalezar intensamente cuidando de no eliminar las futuras flores.
Antes de armar un cantero
- Hacer una lista con las plantas que nos gustan y que podemos conseguir. Empezar por plantas fáciles, que se adapten bien al suelo y clima en donde estemos.
- Pensar en qué época queremos que el cantero se vea bien. Si es un jardín muy vivido en otoño, las especies que se seleccionen deberán estar atractivas en esa estación. En este caso, una buena selección de salvias y gramíneas lo hará lucirse hasta la llegada de las heladas.
- Definir cuánto tiempo estamos dispuestos a destinar para su mantenimiento. La tarea primordial y permanente en cualquier cantero consiste en el desmalezado, el tutorado, el control de enfermedades y plagas, la cosecha de semillas, las podas, entre otras. Por supuesto que siempre se pueden elegir plantas sencillas y poco demandantes, como los agapantos, las gramíneas y algunas salvias, y dejar de lado las anuales que requieren al menos dos cambios por año.
Por Clara Billoch, jardinera, autora de Canteros (Catapulta Editores).
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