Camilla Läckberg: de economista a reina sueca del crimen
Siete años tenía cuando leyó a Agatha Christie y se enamoró del género. Desde pequeña se sintió atraída por los policiales y los relatos macabros. Suele contar que su primera gran historia fue un libro ilustrado al que tituló El Papá Noel. Por aquél entonces no sabía escribir, por lo que su padre, un agente de la ley, redactó al pie de cada dibujo el texto que ella misma le dictó. La primera imagen mostraba al bonachón de Santa de la mano de su mujer. Al correr las páginas, el relato cobraba otro tinte: la mujer aparecía muerta y al viejo Noel se lo veía tirado y ensangrentado. En casa de los Läckberg, la temática del cuento no llamó demasiado la atención; al contrario, con el tiempo dejaron que Camilla desarrollara su oscura imaginación, la misma que años más tarde la catapultaría como una de las autoras más vendidas de la novela negra en más de sesenta países.
"Mi sueño de niña se hizo realidad", confiesa Camilla Läckberg, la sueca nacida en Fjällbacka, una pequeña comunidad de pescadores que se convirtió en el escenario de sus espeluznantes historias. "Es el lugar donde crecí, lo conozco como la palma de mi mano, así que cuando comencé a construir La princesa de hielo [la primera novela de la saga] me pareció que era el lugar perfecto". El enclave marítimo, idílico, tranquilo, donde apenas hay criminalidad y en invierno no superan los 1000 habitantes, se transformó en una visita obligada para los lectores de Los crímenes de Fjällbacka, la saga que desde 2003 indaga en lo más oscuro del ser humano.
"(…) La pesca había sido durante siglos el medio de sustento de Fjällbacka. El árido entorno y la constante lucha por la supervivencia, que dependía de que el arenque abundase más o menos, había hecho de sus habitantes personas ariscas y fuertes. (…) Los jóvenes emigraban y los mayores soñaban con tiempos ya idos", describe en una de las páginas de La princesa de hielo, la escritora que estará presente el sábado próximo en la Feria del Libro de Buenos Aires.
–¿Cómo reaccionaron los habitantes de Fjällbacka al saber que su hermosa ciudad costera sirve de escenario para los crímenes más atroces que ocurren en tus novelas?
–Lo tomaron muy bien, con mucho cariño y amabilidad. Es una comunidad pequeña, que siempre se mostró muy entusiasta con mis historias. Me pone muy feliz cada vez que un residente me cuenta que encontró el lugar perfecto en su jardín para que yo pueda enterrar un cuerpo [bromea].
El suceso de la saga, con diez títulos publicados, más de 25 millones de libros vendidos, diversas adaptaciones para la televisión sueca y una película estrenada en diversos cines europeos, la convirtió en la reina sueca del crimen, como llegaron a bautizarla. ¿Las razones del éxito? Quizá se deba a la pareja protagonista: el matrimonio compuesto por la escritora y álter ego de la autora, Erica Falck, y el detective Patrick Hedström. Combinar el drama de los asesinatos con la vida cotidiana de esta pareja y de los habitantes del pequeño pueblo es para Läckberg una de las piezas claves: "El día a día que yo describo en las historias es algo por lo que todos hemos pasado y es fácil de identificar. Además, creo que los escenarios más pequeños que están un poco aislados del resto del mundo en muchos casos tienen más éxito –analiza–. Un buen ejemplo es Asesinato en el Orient Express, la novela de Agatha Christie que ha sido una gran inspiración para mí. Una de las historias más brillantes de todos los tiempos".
Lejos de renegar de su pasado como economista y experta en marketing, Läckberg reconoce que su formación en este campo le sirvió para manejar su carrera como escritora y mantener su lugar como socia de una reconocida casa de joyas sueca: Sahara Silver. "Mi sueño de toda la vida fue convertirme en autora –asegura–. Fue en una Navidad en la que mi esposo de entonces, mi madre y mi hermano me regalaron un curso de escritura [Writing Crime Fiction, dirigido por la editorial Ordfront]. Ese fue el comienzo".
–La idea de tu primera novela surgió durante ese curso. ¿La imaginaste como una saga?
–Sabía que tenía más historias que contar y esperaba poder continuar con una serie, aunque nunca imaginé que iba a tener lectores en todo el mundo. Estoy muy agradecida por los años que pasaron desde mi debut y estoy muy entusiasmada con lo que está por venir.
–¿Qué es lo que está por venir?
–De hecho, recién comencé a escribir mi próxima novela, y estoy muy emocionada porque es la primera parte de una nueva serie. Estoy escribiendo una duología que transcurre en Estocolmo; dos thrillers psicológicos sobre la venganza femenina.
–¿Por qué crees que la ficción criminal escandinava se ha vuelto tan popular en el mundo? No hay quien parezca resistirse al nordic noir.
–Creo que podría tener algo que ver con el clima. Puede parecer peculiar que elegimos vivir en ambientes tan fríos y oscuros. Algunos días en el invierno ni siquiera vemos el sol. Tal vez eso también despierte una oscuridad dentro de nosotros y hemos creado una exitosa tradición de escribir historias terribles. También creo que hay cierta idealización que el resto del mundo tiene de Suecia. Creen que es un lugar perfecto y al leer estas historias se sorprenden.
–¿Qué es lo que te empuja a escribir este tipo de historias?
–Bueno, hablando de miedos, escribo sobre las cosas que me asustan. Es como proceso mis emociones. ¡Además, es un género tan divertido! Dejo volar mi imaginación e intento encontrar el equilibrio entre los crímenes más crueles y el difícil asunto de atrapar al culpable.
A los 12 años, ya había devorado la obra completa de Agatha Christie, las tramas de Hércules Poirot y Miss Marple le facinaban y la llevaban a inventar historias que la alejaban de los típicos juegos que compartían las niñas en Fjällbacka. "Si pienso en mis influencias, claramente está Christie, aunque siempre tuve especial interés en leer ficción criminal. A casa llegaba el anuario Crónica criminal nórdica, donde escribían relatos de la crónica negra y a mí me fascinaba".
–¿Cuáles son los ingredientes necesarios para componer una buena novela negra?
–Un caso de homicidio realmente horrible, me gusta que sea así, y por sobre todo que los personajes principales sean creíbles. Es necesario que uno pueda identificarse con ellos, que se sienta una conexión. Siempre busco que mis historias sean absolutamente aterradoras, pero creíbles.
–Está claro que te gusta explorar el lado más oscuro del ser humano, ¿por qué?
–No quedan dudas de que definitivamente es así. Me parece que la gente ha estado cometiendo crímenes horribles durante toda la historia de la humanidad y me sigo preguntando por qué. ¿Todos tenemos ese tipo de oscuridad interior? ¿Podríamos todos ser capaces de cometer acciones tan terribles? Juego con estos pensamientos, lo cual es divertido porque no hay respuestas definitivas. Siempre me sentí interesada en lo perverso, en los confines más oscuros de la mente humana.
–En tus relatos hay cierta tendencia al asesinato de niños.
–Tengo cuatro hijos [tres varones y una nena, de tres matrimonios diferentes] y mi peor pesadilla es, por supuesto, que les pase algo. Creo que todos los padres se identifican con eso. Soy madre y me preocupo mucho por mis hijos.
–¿Te gusta generar miedo?
–Disfruto mucho causárselo a mis lectores, y el desafío es enorme porque nuestros temores son muy personales. Sin embargo, en un sentido estrictamente biológico, el miedo a morir y la muerte de tus seres queridos es un factor común. Sentirnos atraídos por aquello que nos asusta es parte de nuestra naturaleza.
–¿Cómo presentarías tus novelas a quién nunca te leyó?
–Me gusta pensar en mis novelas como una exploración de las fuerzas más oscuras de la naturaleza humana, ubicadas en un pueblo pequeño que no es tan acogedor como uno podría pensar.
Ansiosa por su próxima visita a Buenos Aires, será una de las invitadas a la Feria del Libro, Camilla confiesa sentirse expectante por pisar por primera vez la Argentina. "Espero reunirme con tantos de ustedes como sea posible y, por supuesto, ¡beber un delicioso vino malbec!". La llegada de la autora está acompañada por el reciente lanzamiento de La bruja, el décimo título de la saga, un policial que combina dos hilos narrativos: los procesos de caza y quema de brujas en la Suecia del siglo XVII, que se conecta con el presunto asesinato de un niño. El telón de fondo es el auge del nacionalismo y el creciente problema de los refugiados, que preocupa a Läckberg como a buena parte de la sociedad sueca, que hoy se enfrentan a una ideología antiinmigración propuesta por el partido de ultraderecha Demócratas de Suecia, que sostiene un clima temible: ellos contra nosotros.
En su última novela, asegura que las cacerías de brujas no son cosas del pasado. "Hoy no decapitamos ni quemamos a las brujas, pero sus cazadores siguen muy activos en las redes sociales", ironiza la escritora, que debió hacer frente a un sinfín de comentarios por tener un novio 13 años menor que ella, el campeón de artes marciales y modelo Simon Sköld.
–Lo positivo de las redes sociales es que te permite mantener contacto con tus lectores. ¿Lo considerás importante?
–Ser accesible para mis lectores siempre fue primordial para mí. No quiero sentirme como un autor en una torre de marfil. Las redes me permiten mantener ese contacto directo con lectores de todo el mundo, lo que me hace muy feliz.
El mundo de Läckberg no solo se limita a crímenes truculentos. Realizó libros de cocina con su amigo de la infancia, el chef Christian Hellberg, y en 2011 dio a conocer a Super Charlie, el héroe infantil de su otra saga. El éxito de este simpático bebe con capa roja no se hizo esperar y se extendió más allá de los libros con diversos juegos e incluso con el lanzamiento de dos canciones pop, escritas por la propia Camilla y producidas por Pelle Nylén, con quien creó la productora musical One Spoon Music. Como si no le alcanzara todo lo que ocurre a su alrededor, se dio el gusto de participar en el popular ciclo Let's Dance, donde quedó en cuarto lugar. Desde entonces, el baile se convirtió en otras de sus pasiones.
"Me encanta explorar otros géneros, indagar, ir más allá, y estos proyectos son siempre tan inspiradores para trabajar. Desearía que el día tuviera el doble de horas para poder explorar todas mis ideas", explica sobre su tendencia a la curiosidad.