Menstruación y menopausia, cambios que viven las mujeres, ¿cómo manejarlos?
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Hoy día las brechas entre hombres y mujeres se achican cada vez más en todo ámbito. Y el deporte no es la excepción. Pero si hay algo que sigue y seguirá marcando una clara diferencia orgánica en cuestión de género es el tema hormonal. Las mujeres son distintas a los hombres fisiológica y anatómicamente, y además, no son siempre las mismas. Su cuerpo está expuesto a muchos más cambios que el masculino.
¿Qué sucede concretamente en el organismo femenino durante el período menstrual y durante la menopausia que puede afectar tanto en lo físico y lo anímico?
La Dra. Daniela Mana (matrícula Nacional N° 107.393), Endocrinóloga de la Universidad de Buenos Aires, explica que todo tiene que ver con los cambios endocrinológicos que se presentan. El ciclo comienza con la menstruación, que dura de tres a siete días, durante la cual se pueden experimentar síntomas físicos como hinchazón, dolores abdominales, calambres, y fatiga; que está asociada a la pérdida de hierro. También puede haber un aumento de la inflamación a nivel pélvico (especialmente durante los primeros días).
Después de la menstruación, los niveles de estrógeno comienzan a aumentar día a día hasta llegar a un pico previamente a la ovulación, por lo cual va mejorando el rendimiento físico, el cuerpo puede realizar mayores esfuerzos, y se tiene mayor resistencia y fuerza. Pero también puede haber una disminución de la rigidez de los tendones y ligamentos, con lo que existe un mayor riesgo de lesiones musculares y tendinosas.
Luego de la ovulación comienza la fase lútea y es cuando el cuerpo de la mujer se prepara para un posible embarazo. Debido a los altos niveles de progesterona y estrógenos en esta etapa, la masa corporal puede ser mayor debido a la retención de líquido, puede haber una disminución en la capacidad anabólica o de desarrollo muscular, el rendimiento en condiciones de calor y humedad puede ser más difícil durante esta fase debido a que la temperatura central está elevada.
Además, algunas mujeres pueden sufrir el síndrome premenstrual, que también puede interferir con el entrenamiento y el rendimiento ya que se acompaña de cambios de humor, irritabilidad, mayores niveles de fatiga y depresión, que puede expresarse también en falta de ganas de realizar actividad física.
¿Y qué sucede en la menopausia?
La menopausia es un período de transición caracterizado por cambios fisiológicos, psicosociales y sociológicos que acompañan al agotamiento de la función ovárica. En las mujeres perimenopáusicas y posmenopáusicas se evidencia un estado físico más deficiente, con disminución de la fuerza muscular, de la capacidad de equilibrio y de la flexibilidad, causados principalmente por la disminución de los estrógenos, y en menor medida, por la disminución de los andrógenos provenientes del ovario, como la testosterona. La falta de vitamina D en esta edad, asociados a una menor exposición solar, puede contribuir también a todo esto.
“Correr me eliminó todo lo malo de la menopausia”
Son muchas las mujeres que manifiestan que la actividad física y el deporte fueron algo así como la salvación en ese momento de transición tan especial.
Fernanda Díaz es una corredora y maratonista amateur a la que correr le cambió la vida, y la menopausia. Tiene 56 años y dejó de menstruar alrededor de los 50. Nunca tuvo menstruaciones dolorosas o incómodas que le impidieran realizar algo programado. Si bien empezó a correr de grande, a los 46, desde los 25 iba al gimnasio, sin mucha regularidad ni disciplina, pero no desertaba por estar menstruando.
Cuando empezó a correr todavía menstruaba y si bien no suspendía la actividad durante el periodo, disminuía las intensidades por sentirse con menos energía.
Aproximadamente al año de empezar a entrenar en un running Team, empezó con irregularidad en los periodos. Mientras este cambio sucedía en su cuerpo, Fernanda se entusiasmaba más y más con correr, se anotaba en carreras, y entrenaba con un plan serio acorde a los objetivos planificados. Paralelamente comenzó con una nutricionista para bajar unos kilos para correr mejor. Y entonces notó que había cambiado su objetivo: ya no corría para estar mejor físicamente sino que quería estar mejor físicamente para correr.
El aumento de peso en menopausia
En la menopausia en general las mujeres aumentan de peso y padecen calores y sudoraciones intensas, ansiedad, e insomnio. Cuando todo esto le estaba por suceder, ya hacía varios años que corría y empezaba a soñar con distancias cada vez más largas. Decidió comprometerse más y más con el running y a disfrutar enormemente de entrenar y participar en carreras mientras transitaba la premenopausia, lo que la ayudó a disminuir e incluso eliminar los malestares y síntomas típicos de esa etapa. Solo sufrió un poco de insomnio, en especial los días en que no corría. Pero nada de calores ni sudoración o angustia. Fernanda cuenta que por ese entonces, en lugar de aumentar de peso, perdió algunos kilos. Entrenar más intensamente le hacía verse y sentirse mejor, estar más contenta, y a medida que iba sumando logros se sentía más fuerte y poderosa. Sorpresivamente, mientras la mayoría de sus amigas se la pasaba quejándose por la edad, ella se sentía cada vez más joven.
Corrió el Raid de los Andes, la maratón de Berlín y dos Cruces de los Andes. Todo después de los 50 años, que fue justo cuando dejó de menstruar. La menopausia no fue un periodo traumático o difícil para ella, sino un proceso que vivió naturalmente mientras seguía un plan de entrenamiento que la llevaba a estar en las mejores condiciones a la línea de largada de cada carrera. Fernanda asegura que es una época de su vida que recordará siempre con alegría, como un momento de mucha felicidad. Y está convencida de que se lo debe al running.
“Tenía que disminuir la intensidad de los entrenamientos”
Por su parte, Mónica Cervera, ex atleta de elite y bi Campeona Nacional de Maratón presenta una historia opuesta a la de Fernanda en relación a su vínculo con el período femenino. Cuenta que a ella sí siempre le afectaba muchísimo, sufría dolores menstruales fuertes y tenía que disminuir la intensidad de sus entrenamientos por un par de días. Los días previos al período se sentía desganada y eran los de peor rendimiento. En contraposición, los días de mejor rendimiento eran los de la semana posterior a que se le retiraba la menstruación. En relación a la menopausia, Mónica; al igual que Fernanda, cuenta que en lo físico no sufrió ninguno de los síntomas más comunes como calores o depresión. Sólo notó que la capacidad de recuperación se volvía más lenta.
Hoy con 52 años sigue entrenando y compitiendo y hasta se dió el lujo de hacer podios en varias carreras últimamente.
La reconocida atleta y entrenadora agrega que en cuanto a lo psicológico, en la menopausia se nota una clara disminución de la líbido, que ella ya no es tan competitiva como lo era de más joven, pero que lograr transformar y canalizar toda esa energía en estar más creativa, entusiasmada y proyectada en ayudar a otros desde la experiencia personal; la hace sentirse más que realizada.
Mónica es una convencida de que el ejercicio es clave para sobrellevar los procesos de cambios naturales del cuerpo femenino y no sufrir tanto los síntomas. Y que las endorfinas que se generan con la actividad física pueden ser el mejor remedio para contrarrestar cualquier malestar.
Piensa que hay que aceptar la menopausia con alegría, porque indefectiblemente nos llega a todas, y que puede ser una hermosa etapa, traer mucha sabiduría y libertad, además de recordarnos que la vida es finita y vale la pena disfrutarla a pleno.
Desde su rol de entrenadora recomienda siempre el ejercicio aeróbico porque este eleva la temperatura corporal y ayuda a mejorar las funciones del metabolismo que tienden justamente a ponerse más lentas cuando envejecemos. Puede ser caminar a ritmo vigoroso, subir escaleras, hacer remo o escalador, andar en bicicleta y/o trotar o correr. Y mejor aún si se practica en forma competitiva ya que eso obliga a tener una planificación y mantener la continuidad. Porque a cierta edad, es más común que la voluntad flaquee.
También destaca la importancia de complementar lo aeróbico con trabajo de fuerza una o dos veces por semana para no perder masa muscular. Y que no falte el yoga, el taichí, la danza, o cualquier actividad que permita también conectar desde un lugar de introspección y encuentro con el espíritu.
Por último, deja un consejo para atesorar: tanto durante la menstruación como en la menopausia, entender que si bien el ejercicio puede ayudar a contrarrestar síntomas negativos siempre lo mejor es escuchar el cuerpo y respetarlo. Es muy bueno llevar un registro de los días que dura el ciclo y conocerse para saber cuando no es sano exigir demasiado al cuerpo.
¿Cuestión de Testosterona? ¿Y los parches?
Laura Simón tiene 58 años y también es corredora. Se coloca parches (pellets) de testosterona hace dos años, y asegura que no los cambia por nada. Desde que los tiene, se siente con más fuerza, potencia y resistencia. Pero las mejoras no sólo abarcan el área del rendimiento físico: le mermó la caída del cabello, tiene la piel más hidratada, y además mejoró mucho su vida sexual. Las prepagas no cubren este tipo de tratamiento y el valor ronda los $150.000, pero Laura los paga con gusto. Expresa que se le hace muy difícil ver el deterioro del cuerpo, sobre todo cuando una no se siente de la edad que tiene. Y por eso, teniendo la posibilidad, elige invertir esa suma de dinero cada seis meses aproximadamente, sin dudarlo. Los considera sus aliados perfectos frente a los estragos del paso del tiempo.
El deporte y la mujer
La participación femenina en los Juegos Olímpicos se ha disparado desde los Juegos de Roma de 1960, donde las atletas solo representaban el 11 % del total de participantes, a más del 45 % en los Juegos de Río de 2016. Por primera vez, habrá plena paridad de género en términos de número de atletas en los Juegos Olímpicos de París 2024. El número de eventos femeninos también aumentó del 20 % en 1960 a casi el 50 % en Río 2014, mientras que sus actuaciones han mejorado sustancialmente. Los estudios de investigación sobre los determinantes del rendimiento deportivo también han aumentado considerablemente, pero aún incluyen en su mayoría a participantes masculinos; las mujeres representan solo el 35% de los atletas estudiados.
Las atletas que experimentan un ciclo menstrual natural reportaron síntomas físicos que incluyen alteraciones del estado de ánimo y una menor motivación para entrenar en ciertos momentos de su ciclo mensual, esto puede atribuirse en gran medida a las fluctuaciones y diferencias en los niveles hormonales entre las mujeres.
Los síntomas parecen ser tan comunes en la población general como en las atletas de élite, y específicos de estos últimos, los hallazgos recientes sugieren que entre el 50 y el 67 % de los atletas de élite perciben que su rendimiento en el ejercicio se ve afectado por su ciclo menstrual.
Curiosamente, mientras que algunas atletas femeninas sienten una disminución en su capacidad física a veces durante su ciclo menstrual, han ganado medallas de oro olímpicas en todas las fases del ciclo menstrual. *
Asesoró: Dra Daniela Mana, Endocrinóloga de la Universidad de Buenos Aires (Mat. 107393) * Algunos nombres de los testimonios fueron cambiados
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