Es quien tiene la decisión final. Puede ver aquello que los humanos a cargo no perciben. Desde que llegó a la casa de los hermanos Arancedo, Cali, la perra de 7 años de raza labrador retriever, fue especialmente entrenada para llevar adelante una serie de tareas que requieren una expertise especial.
Su trabajo es amplio. El principal es "evaluar" a los perros que quieren ingresar a las guarderías de campo y ciudad que los hermanos tienen en la localidad de General Madariaga y en Temperley, al sur de la provincia de Buenos Aires. "Cuando viene un nuevo candidato, no podemos ingresarlo directamente a la manada porque implica un riesgo para él y para el resto. Tampoco podemos presentar un perro inseguro, nervioso o con falta de lenguaje canino. Por eso recurrimos a Cali, ella se muestra siempre tranquila y envía señales de calma que sirven para evitar conflictos entre perros", aclara José (31) Lic. en Producción Audiovisual, que se encarga de diseñar y dirigir desde la página web hasta el arte de los videos de redes de las guarderías.
¿Cómo es el procedimiento por el que Cali da -o no- el visto bueno? El candidato se acerca (siempre con correa) y enseguida se ofrece un panorama muy claro. Porque en esos segundos los perros se muestran tal cual son. A través del acercamiento con Cali, los hermanos evalúan postura corporal, de las orejas y de la boca, la respiración, los pelos del lomo y la altura de la cola. Pero también las acciones que realiza: si busca oler, si se sabe presentar, si marca, si monta, si invita a jugar, si muestra sumisión, si tiene actitud dominante.
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"Si vemos algún indicio de agresividad en una situación así, el perro no puede ingresar. Desde luego, hay situaciones que tenemos en cuenta. Por ejemplo, es normal que entre machos dominantes existan disputas de jerarquías, incluso entre algunas hembras, pero un perro que se muestra agresivo con otro que está intentando evitar el conflicto de una forma tan clara necesita ayuda y no puede alojarse con nosotros hasta estar rehabilitado", aclara José.
Otro caso que se ve muy seguido es la agresividad por miedo, que se da mucho por falta de socialización y por haber separado al cachorro de la madre y los hermanos antes de los 60 días. En estos casos, Cali también trabaja y lleva en su haber muchos perros rehabilitados que han logrado cambios significativos y que pasan por el pensionado varias veces al año a pasar unas vacaciones.
Entrenada para equilibrar
Cali llegó a las vidas de los Arancedo en marzo de 2013. Hacía poco habían comenzado a trabajar 100% en la guardería, tal como funciona en este momento. "Necesitábamos una perra súper sociable y equilibrada que nos ayudara a evaluar a los perros que quisieran ingresar. Era fundamental que tuviera muy buen lenguaje para interpretar rápidamente las intenciones del perro nuevo y que, a su vez, con total tranquilidad y seguridad mostrara señales de calma para evitar cualquier tipo de conflicto", recuerda José.
En ese momento conocieron a Eduardo De Los Santos, a cargo de una fundación que ayuda a chicos discapacitados con perros de terapia y asistencia. "Sabíamos que trabajaba con perros muy tranquilos y estables, con lo cual nos pareció una excelente oportunidad para elegir una cachorra y empezar a entrenarla. Desde el primer momento Cali se mostró súper tranquila, buena, dulce, juguetona, inteligente y obediente".
Empezaron a entrenarla a los 60 días, cuando llegó a la casa de los hermanos. Tuvo una excelente socialización con todo tipo de perros, gatos, humanos (adultos, ancianos y niños) avenidas muy transitadas, lugares céntricos, piletas, lagunas, campos, viajes en auto, fuegos artificiales, tormentas eléctricas, y todo lo que sabían que iba a tener que vivir de adulta.
"Desde muy chica demostró una alta predisposición para el trabajo, muchas ganas de aprender y una inteligencia muy especial. A los 90 días caminaba sin correa por la calle, esperaba a la orden en la esquina para cruzar, se sentaba, se echaba, se quedaba en el lugar esperando que la llamáramos, subía y bajaba del auto a la orden y hasta daba la pata y el beso".
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Un hobby que se hizo trabajo
El vínculo de los hermanos Arancedo con los animales siempre estuvo presente en sus vidas. Gatos, hamsters, conejos, palomas, y por supuesto, ¡muchos perros!, toda clase de animales pasó por la casa de su infancia. "Siempre supimos que a eso nos íbamos a dedicar, no estaba claro cómo, pero queríamos trabajar juntos y con los animales. Fuimos criados en la naturaleza. Nuestro papá trabajaba en el campo con animales. Nuestra mamá es psicóloga y fue directora de un jardín de infantes. Seguramente eso nos marcó: nos gustar pensar en la guardería como un jardín de infantes para perros. Todo se dio muy naturalmente. Combinamos la pasión por los animales con la psicología. Empezamos paseando, después adiestrando y hoy vivimos rodeados de perros en el campo y la ciudad".
El negocio de las guarderías empezó casi como un juego. Primero como un hobby, que se hizo una changa, que luego se transformó en un pequeño ingreso fijo y que con el paso de los meses fue formando la idea de un negocio. Joaquín (34), Licenciado en Administración de Empresas, adiestraba sus perros mientras José y Germán (29), responsable de los guiones y contenidos que se suben en las redes sociales, paseaban los de los vecinos. Santiago era muy chico en ese momento pero miraba y aprendía. "Los vecinos empezaron a necesitar que cuidáramos a sus perros por el fin de semana y de a poco, por sus vacaciones. De boca en boca nos fue conociendo más gente y con los años, gracias a las redes sociales, Temperley nos quedó chico y decidimos llevar los perros a Gral. Madariaga, al campo. Lo increíble de todo esto es que hoy nos pagan por hacer lo que pagaríamos por hacer. ¡Nuestras vacaciones de chicos eran ir a Madariaga con los perros!".
La guardería de Temperley cuenta con cuatro ambientes climatizados (frío/calor) que son exclusivos para alojar perros. Además, tiene un patio de 900 m² con pileta cercada, pelotero, sillones y una galería cubierta. La seguridad es estricta: hay tres portones antes de llegar a la calle y el perímetro está cubierto por paredes de 2,40m de alto. Es un espacio pensado pensada para perros mas chiquitos o viejitos.
Por su parte, la guardería de campo, tiene un alambrado olímpico de más de 2 metros de alto y una base de concreto. Dispone de un gran galpón climatizado junto a la casa de los humanos, con camas para todos. Cuenta con una laguna artificial de 100 m2 con agua en constante circulación. También tiene un arenero enorme donde a los perros les encanta hacer pozos. "El campo también funciona como refugio. Ayudamos mediante las redes a buscar casa a perros de la calle o que por algún motivo deben ser reubicados en una nueva familia. Ya hemos ubicado mas de 50 perros en los últimos 7 años".
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Juego para todos
En Mundo Canino (cuyo Instagram tiene más de 43 mil seguidores), como bautizaron a su emprendimiento, el día empieza recibiendo a los perros que ingresan a Temperley a pasar el día. Por su parte, los que viajan al campo, se preparan para los traslados. Después hay tiempo de juegos, de almuerzo, de limpieza, sesiones de fotos, organización de la agenda, el teléfono, redes sociales, consultas etc. "Por las tardes hacemos las entrevistas para los que quieren ingresar y a la noche todos estamos agotados, los perros y nosotros".
Mientras, el trabajo de Cali continúa. Si un perro es "rechazado" por ella, primero se evalúan los motivos. La mayoría de los casos tienen solución y mejoran mucho con una adaptación. Depende cada individuo, pero en general, con varias sesiones de socialización controlada los perros mejoran mucho. "Aquí es donde la psicología juega un papel clave, porque la mayoría de problemas de conducta son culpa de los dueños. Si bien los casos que Cali rechaza no pueden ingresar a la guardería, para ellos contamos con nuestra propia escuela de adiestramiento. Rehabilitamos animales (y humanos) con trastornos de conducta". Los hermanos dictan un curso para personas que desean mejorar la comunicación y el vínculo con sus compañeros, modificar algunos comportamientos, y fundamentalmente, tener perros felices y equilibrados que puedan convivir en armonía con sus familias. Cuando terminan el curso hacen un viaje de egresados al campo para fijar conocimientos.
"Lo que más nos gusta es ver cómo disfrutan todos los perros juntos, la unidad y el respeto se puede sentir. Los perros generan un vínculo con nosotros de confianza y mucha conexión. Si un perro tiene algún problema y no esta listo para pertenecer a la manada, entre todos lo vamos ayudando a adaptarse para que pueda venir de vacaciones"
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