Nació en Argentina, su abuelo es Vittorio Mussolini, el segundo hijo de Benito y Rachele Guidi, quien se exilió en Argentina tras el derrocamiento del gobierno fascista
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En 2019, la líder ultraderechista italiana Giorgia Meloni, hoy flamante primera ministra, presentaba ante las cámaras a su aspirante a diputado del Parlamento Europeo: “Estoy orgullosa de anunciar la candidatura de Caio Giulio Cesare Mussolini en la lista de Fratelli d’Italia (Hermanos de Italia)”, anunciaba. La escenografía elegida por los dos políticos del entonces pequeño partido para el video no pasó desapercibida. Posaban delante del Coliseo Cuadrado, icónico edificio de la arquitectura fascista, cuya construcción fue encomendada por el mismo Benito Mussolini, bisabuelo de Caio, en 1935.
Nacido en Argentina en 1968, Caio Giulio Cesare es hijo de Guido Mussolini y nieto de Vittorio Mussolini, el segundo hijo de Benito y Rachele Guidi. Esta rama de la familia se exilió a la Argentina luego del derrocamiento del gobierno fascista. Los primeros en llegar al país fueron Vittorio Mussolini y su esposa, la argentina Orsola Buvoli, junto a sus dos hijos, Guido y Adria. Guido se casó años más tarde con la argentina Marta Vallejos, con quien tuvo a Caio y a Martina. Cuando el mayor tenía 10 años, la familia se mudó a Venezuela, donde vivieron hasta 1986.
Ya para los ‘90, gran parte de la familia -incluidos Vittorio y Guido- había regresado a Italia. Pese a considerarse “un patriota”, tal como remarcó en diferentes entrevistas, Caio acepta haber vivido la mayor parte de su vida fuera de la península. También asegura hablar mejor español que italiano.
El empresario, ex oficial de la Marina, hizo carrera militar en la Academia Naval de Livorno, en la Toscana, donde logró alcanzar el grado de teniente de navío. Hace unos 20 años, decidió cambiar su rumbo profesional, volcándose hacia el lado empresarial. Actualmente vive en Abu Dhabi. En su perfil profesional de LinkedIn, se define como un gerente de desarrollo de negocios con numerosas experiencias dentro de la industria de la Defensa.
Caio parece haber heredado la ambición política de su padre, Guido, quien en 2001 se presentó como candidato a la alcaldía de Roma por el partido de ultraderecha Forza Nuova, tildado por muchos medios locales e internacionales como “neofascista”. Al igual que el partido al que hoy pertenece su hijo Caio, en sus campañas política, Forza Nuova, ha mostrado abiertamente su rechazo hacia el movimiento LGBT+ y a la inmigración masiva, además de su frialdad respecto de la Unión Europea.
Caio y Guido no son los únicos descendientes de Il Duce vinculados al mundo político. Rachele Mussolini, hija de Romano, el cuarto descendiente del creador de fascismo, es concejal del ayuntamiento de Roma por Fratelli d’Italia desde 2016. El año pasado, logró renovar su banca, siendo, además, una de las candidatas más votadas. Ayer, tras conocer la noticia del triunfo de Meloni en las elecciones, la tía segunda de Caio le envió un mensaje a la nueva primera ministra: “Eres mi ejemplo, te admiro y te respeto”, escribió en sus redes, junto a una foto de las dos.
Su media hermana, Alessandra, hija del segundo matrimonio de su padre, también está inmersa en la política, pero pertenece al partido Forza Italia, presidido por Silvio Berlusconi. En 2014, ella obtuvo un escaño en el Parlamento Europeo, pero no logró renovarlo en 2019. Anteriormente, fue diputada (2008-2013) y senadora (2013-2014)
Hoy Caio se encuentra lejos de las salas de toma de decisiones, pero permanece fiel al partido de Giorgia Meloni. En mayo de este año participó -y subió al escenario- de la convención de Fratelli d’Italia, que se realizó en Milán. Ahora, tras las elecciones, se mantiene activo en las redes compartiendo comentarios de sus colegas del partido y publicando caricaturas en contra de la izquierda y el movimiento LGBT+. Hace unas semanas, compartió una foto de una persona levantándole el dedo del medio a una agrupación antifascista que estaba manifestándose.
“Llevo mi apellido con orgullo”
En 2019, durante su candidatura a eurodiputado, aceptó estar utilizando su apellido con fines políticos, para hacerse conocido más rápidamente. Pero también le pidió a la sociedad que lo evaluara por su currículum y no por la historia de su familia. “He adquirido competencias que ahora me gustaría poner al servicio de mi país. Mi experiencia me garantiza conocimientos en las relaciones europeas”, dijo durante una entrevista.
A pesar de que afirma llevar su apellido con orgullo, también admite las complicaciones de ser un Mussolini. “Es un apellido histórico, que en Italia todavía puede causar reacciones muy profundas hacia un lado o hacia otro. No es un apellido fácil de llevar porque causa siempre interés, causa también mucho prejuicio, pero lo llevo con orgullo”, dijo a EFE.
Durante una entrevista con Times, un periodista le preguntó a Caio su opinión sobre el gobierno de su bisabuelo. Él contestó: “Ha hecho muchas cosas positivas y algunos errores”. También afirmó que con Meloni coincide principalmente en recuperar la soberanía y defender a la familia.
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