El 6 de febrero de 1987, la mujer y el amigo del capocómico fueron fotografiados juntos en Mar del Plata
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Es una imagen icónica, la más representativa dentro del género paparazzi en Argentina. Paradójicamente, la hizo un fotógrafo de estudio, experto en luces, uno de los preferidos de Susana Giménez. Fue tomada en la madrugada del viernes 6 de febrero de 1987, hace exactamente 35 años, en la zona de Constitución, Mar del Plata.
Es un flashazo contra un parabrisas. La imagen está vibrada. Los ocupantes del automóvil aparecen con sus cabezas volteadas, lo que impide descubrir sus rostros con precisión. Pero era imposible negar que se trataba del Peugeot 505 patente C1328574 que manejaba Cacho Fontana esa temporada. Quien lo acompaña dentro del vehículo es Nancy Herrera, modelo y actriz… la mujer de Alberto Olmedo. Lo que no revela la fotografía, pero se supo luego, es que Cacho Fontana y Nancy Herrera iban a un hotel alojamiento. “A una mueblada”, definiría luego el mítico conductor de Odol Pregunta.
“Allí empezó su tristeza, su bochorno”
Alberto Olmedo murió un año después, el sábado 5 de marzo de 1988, también en Mar del Plata. La imagen de su mujer y su amigo juntos en un auto, rumbo a un hotel alojamiento, llegó para confirmar sus sospechas (llevaba un tiempo pensando que entre ellos pasaba algo) y resultó un golpe demoledor.
Tras su muerte, Beatriz Salomón volvió a poner en el centro de la escena aquella fotografía. Lo dijo en la revista GENTE: “Olmedo tenía los ojos llenos de lágrimas. Se le doblaban las rodillas. Lo de Nancy con Fontana le había hecho mucho mal. Lo hizo sufrir mucho, mucho. Estábamos por entrar a escena. Me miró y me dijo: “Beatriz, ¡no puedo más! ¡no puedo más!... Voy a acabar con todo esto. Esto no es vida. ¡Me voy a matar!”
-¿Cuándo empezó a estar mal Olmedo?
-Cuando se supo lo de Nancy con Cacho Fontana. Allí empezó su tristeza, su bochorno. Para él fue muy fuerte. Si eso le hubiese pasado a un hombre cualquiera, a lo mejor se enteraba el barrio. ¡Pero cuando se entera todo un país!
-Aquella noche, cuando supo lo de Nancy y Cacho, ¿te dijo que quería terminar con todo?
-¡Voy a acabar con todo esto, esto no es vida, me dijo! Y lloraba. Me dio bronca, ¿me entendés? Lo agarré de un brazo y le dije: ‘Pero qué decís, pedazo de p…’? Y lo agarré muy fuerte. ¿No te das cuenta que sos el mejor? ¿No te das cuenta que podés elegir a la mujer que quieras?
Dos versiones para una misma historia
Sandra Jacobson fue la periodista de la revista Gente que coordinó la cobertura. Cada vez que fue consultada, a lo largo de estos 25 años, repitió la misma historia. Nunca se desdijo y, además, aseguró que atesora algunas grabaciones que respaldan su versión. Dice que, mientras cubría temporada en Mar del Plata, llamó a Nancy Herrera y le propuso hacer una entrevista junto a Susana Romero. Nancy rechazó la propuesta: no quería compartir la nota, decía que podría hacerla sola, que tenía mucho para contar. “No me ves que estoy distinta, mejor. Estoy enamorada”, le habría respondido. Fue un anzuelo perfecto. Sandra quiso saber quién era el afortunado. Comenzaron un breve ping-pong de preguntas y respuestas. Nancy aclaró que no se trataba de Olmedo y ofreció algunas precisiones: “Tiene un año más que Olmedo. Tiene hijas mujeres y dice que conmigo va a tener un varón. Es de la farándula, pero no es actor. Vive en el Hermitage y está haciendo temporada”. Las pistas eran demasiado obvias: la cronista de inmediato dedujo que se trataba de Cacho Fontana. Pero Nancy lo negó.
Al día siguiente, Nancy y Sandra volvieron a hablar. Pero esta vez, personalmente. Siempre de acuerdo a la versión de la periodista, en ese encuentro la ¿ex? mujer de Olmedo contó todo. “¿Qué nota, no? ¿Es tapa o no es tapa?”, repetía tras su sorprendente confesión. Sin embargo, ‘a grabador abierto’ sólo precisó: “Me siento abandonada por Olmedo, pero estoy dispuesta a luchar por recuperarlo”. Sandra aclara que luego, otra vez en off, le dijo que esperaba el final de la temporada (era parte del elenco de El negro no puede) para ponerle punto final definitivo a la relación con el capocómico.
Las dos mujeres, actriz y periodista, volvieron a hablar el viernes 6 de marzo, después del mediodía. Sandra es contundente, dice que en esa conversación Nancy le anticipó el próximo encuentro: “Esta noche le pido a Cacho que me regale un Rolex Presidente. Es divino. Le voy a decir que se lo pedí a Olmedo y él me dijo que yo era poca cosa para merecerlo. Cacho, para demostrarme que es más hombre, me lo va a comprar”. También le adelantó cuáles serían sus movimientos, para que el fotógrafo de la revista no pudiera perderle pisada. Le dijo que dejaría su auto estacionado sobre la Avenida Luro –como hacía siempre- y que tomaría un taxi hasta la rotonda de Constitución. Allí se encontraría con Cacho, que la esperaba en su Peugeot 505 con las balizas encendidas. Incluso describió cómo iba a ir vestida.
Esa noche, un auto de Gente la esperó a la salida del teatro. Para que nadie sospechase que estaba trabajando en complicidad con Nancy Herrera, Sandra Jacobson no fue parte de la cobertura: le pidió a su jefe, Adrián van der Horst, que se hiciera cargo del seguimiento.
Nancy subió al taxi, tal como había anticipado, y en el camino se dio vuelta varias veces para comprobar si los periodistas la seguían. Cuando subió al auto de Cacho, simuló estar sorprendida y gritó:
-¡Los fotógrafos! ¡Los fotógrafos!
Cacho Fontana salió arando, marcha atrás, y se perdió en la noche. El fotógrafo Claudio Divella sólo disparó un cuadro. ¿Había conseguido la imagen? El rollo viajó a Buenos Aires, hasta el laboratorio de Editorial Atlántida. Tuvieron que esperar más de ocho horas para tener la confirmación de que la imagen estaba bien, que podía imprimirse.
La tapa que hizo hablar al país
La foto se publicó en la tapa de la revista Gente. El título, con letra de escándalo, también se repetía en el interior: “¿Qué pasa entre Cacho Fontana y la mujer de Alberto Olmedo?”. Pero la imagen principal de la portada era la bellísima Merlina Litch, desde Punta del Este, luciendo una nueva tendencia: los impactantes top-stickers.
La primera reacción de Nancy Herrera fue negar todo: “Esa mujer no soy yo”, dijo en un principio. Después, durante los últimos 25 años, de manera sistemática negó la versión de Jacobson. Siempre reconoció que eran amigas, pero nunca aceptó la posibilidad de que le hubiesen tendido una emboscada a Cacho Fontana. “Yo no necesitaba más prensa de la que tenía. Estaba en el teatro y con todo lo que pasaba con Alberto, aparecía en todos lados”.
Cacho mantuvo el silencio todo lo que pudo. En 2013 visitó el piso de Intrusos y no consiguió evadir el tema. “Con Alberto éramos muy buenos amigos. Ese verano ni él ni yo estábamos bien. Yo no traicioné a mi amigo Alberto. Lo que pasó es que con Nancy teníamos un problema y no había lugar para vernos. Aparece un hotel cercano, pedimos una botella de champán y a hablar. La cama, hecha como cuando llegamos. Espero que me crean… Había un problema de alcance, demasiado personal con gente viva. Si Nancy me está escuchando, es la única que no puede negar lo que pasó. Teníamos un problema y yo quería encontrar una solución, le digo: ‘¿Dónde nos vemos?’. Y no había lugar para vernos. Entonces aparece un hotel cercano, adonde es la foto. La cama, hecha como cuando llegamos. Cuando salgo, tengo todos los fotógrafos encima. Alguien les contó”.
-¿Fue Nancy?, preguntó Jorge Rial, que aún conducía Intrusos.
-No, yo no culpo a nadie, escapó Fontana.
Tras aquella entrevista, Nancy Herrera reaccionó de manera positiva. “Lo vi, me parece un caballero porque contó la verdad. Es un señor, Fontana”, aseguró. Al mismo tiempo justificó el curioso lugar que eligieron para su cita: “Si me juntaba en una confitería era tapa de todas las revistas…”, disparó. Curiosamente, Sandra Jacobson salió a su respaldo: dijo que, pese a que Nancy y Cacho tuvieron varios encuentros en lugares tan íntimos como un hotel alojamiento, entre ellos nunca pasó nada. “Jamás concretaron”, fueron sus palabras.
¿Para qué se veían? Tanto Nancy como Cacho, en cada entrevista, dijeron que se encontraron para tratar un problema. Pero, durante años, evitaron precisar cuál era ese inconveniente. Alguna vez, Fontana dijo que la cito para hablar de Olmedo, que quería saber porqué estaba celoso... Recién en 2019, luego de hablar con su hijo, Nancy Herrera se animó a revelar el verdadero motivo que los había reunido: tomar cocaína juntos. “Estaba en una temporada que era un infierno de gente que venía… y dije ‘probemos’. Pero ahí dije basta. ¿Esto era? Esa noche probé por primera vez. Yo no engañé a Olmedo. Yo probé una o dos veces”, sostuvo en el programa Confrontados.
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