Buste de femme / Cómo ver la obra
Célebre por sus siluetas alargadas, el autor cultivó una estética basada en figuras estilizadas y una discreta atmósfera romántica
Hay algo en la pintura de Modigliani que exige del espectador una complicidad. La anécdota desaparece y queda la figura estilizada, sostenida por el trazo de un dibujante genial. Amedeo Modigliani nació en la Toscana en 1884 y murió en París en 1920, cuando tenía treinta y cinco años. El último suspiro fue para su amada Italia, que añoraba con la melancolía que Cesare Pavese describe de manera impar en "La luna y las fogatas". Hijo de un banquero quebrado, era italiano sefardí.
A los veintipico se muda a París y se instala en un taller de Montmartre. El joven tiene un espíritu indomable como el mechón de pelo que cae sobre su frente y le da un aspecto de galán romántico.
La fatal combinación de drogas y alcohol quebrantarán para siempre una salud frágil por naturaleza. Hacia el final, la obsesión se llama Jeanne Hebuterne, la modelo de pelo rojo y ojos claros a la que pinta una y otra vez.
Ella terminará suicidándose luego de su muerte. En París, Modigliani se suma a las huestes de los pintores que pululan zumbones en torno de Pablo Picasso: Soutine, Van Dongen, Gris, Foujita, Chagall.
¿Por qué esa obsesión por alargar la silueta y resolver en pocos trazos el rostro de la mujer? Es clave para comprenderlo el encuentro con Brancusi. El escultor rumano había aprendido la lección minimalista de las máscaras africanas: pura síntesis.
Es a partir de allí que desarrolla recursos estilísticos cercanos a un expresionismo humanista, cuyo mejor ejemplo es el retrato de Max Jacob de 1916. Como si presintiera el temprano final, en menos de cinco años pintó más de 300 obras. Por esos años, a su ta-ller de París llegó un coleccionista argentino y compró, con el presupuesto que cabe en el bolsillo de un estudiante, un conjunto de desnudos que todavía descansa en las paredes de un petit hotel de Buenos Aires.
El Busto de mujer (foto) fue comprado en 1936 por la Comisión de Bellas Artes. El cuadro integraba un paquete de pinturas de la colección de Atilio Larco, hermano de Jorge (el pintor), por la que la comisión pagó 20.000 pesos. Intervino en la operación la galería Müller.
Tiene el museo otra obra de Modigliani que suele deslumbrar a los expertos que nos visitan. Es un retrato hecho con soltura y de extraña composición. Antes de entrar en el Bellas Artes por la puerta grande perteneció a la colección Di Tella.
La autora es editora de la sección Arte de La Nacion
Amedeo Modigliani
(Liorna, Italia, 1884 - París, 1920) Su pasión por el internacionalismo cultural lo conduce a París, donde desarrolla la mayor parte de su carrera. Deudor del ideal romántico, en sus retratos combina recursos del cubismo con las máscaras africanas y el arte arcaico griego.
Datos útiles
- Año: sin datos
- Técnicas: óleo sobre tela
- Medidas: 73 cm x 50 cm
- Dónde encontrarlo: Museo Nacional de Bellas Artes, Avenida del Libertador 1473
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