Buscar experiencias para exprimir el tiempo de ocio
Hoy, los consumidores son más sofisticados, informados, exigentes y desean contar con propuestas que respondan de modo personalizado a sus intereses, deseos y necesidades variadas. Algunas industrias supieron responder especialmente bien a estas demandas: la tecnología brindando innovación constante con posibilidad de personalización, la moda a través de la variedad de estilos y la renovación cíclica, planificada y estacional de su oferta, o el turismo a través de la creación de experiencias únicas y memorables en distintos destinos.
A estas tendencias en las distintas industrias se suman otras que responden a la creciente necesidad de disfrute de lo cotidiano y del tiempo libre: la búsqueda de actividades, espacios y experiencias que nos permitan desconectarnos de las obligaciones y las presiones para alcanzar, aunque sea momentáneamente, un estado de bienestar que compense nuestra vida acelerada.
El tiempo es un bien escaso y, por lo tanto, un auténtico lujo, y los consumidores desean utilizarlo a su favor. El clima cálido y los días más largos invitan a la búsqueda de experiencias en contacto con la naturaleza casi como un antídoto contra la excesiva tecnologización y la mayor demanda de eficiencia y productividad. La oferta ha entendido esta tendencia ofreciendo diseños de experiencias que buscan integrar la naturaleza a los espacios, ya que no solamente se consumen los alimentos y las bebidas en las salidas que se realizan, también se busca respirar el lugar.
Así, las terrazas, los jardines, las veredas y demás espacios abiertos reciben a los consumidores dispuestos a disfrutar de estas salidas como experiencias integrales: no solamente se adaptan los espacios, sino también el menú y sus ingredientes para generar auténticas experiencias que permitan celebrar y exprimir el tiempo libre.
Personalización, variedad y sensorialidad como modo de bienestar que brinda descanso a la mente: salidas para pensar menos y sentir más.