En Londres encontró un lugar increíble, con aires futuristas, donde es posible cruzarse con empresarios, curiosos, viajeros y hasta actores.
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Pocos días después de su llegada a Londres, Alicia Seminara oyó decir que allí, en la capital inglesa, había un tren que “se maneja solo”. ¿Acaso existía un lugar en el mundo con un escenario semejante a un cuento de ciencia ficción? Atraída por aquella idea, la argentina decidió salir a explorar Canary Wharf, al sureste de Londres, lugar donde podría subirse al famoso tren para vivir aquella experiencia maravillosa.
Emerger en Canary Wharf, el segundo distrito financiero de la ciudad, fue un momento que Alicia jamás olvidará en su vida. Allí, entre líneas puras, rascacielos imponentes, y arte de vanguardia, halló aquel fantástico medio de transporte con maquinista invisible, pero también encontró su rincón favorito en Londres.
“Es un lugar increíble”, asegura Alicia. “En efecto, el tren `va solo´. Se trata de la línea DLR (Docklands Light Railway), que no tiene conductores, pero a veces es posible ver a una especie de `asistente´ que traba o destraba puertas, y que puede llegar a manejarlo si fuera necesario”.
“Me fascina tanto tomar este tren, como mirarlo pasar: ¡Ver que se desliza por vías que se encuentran entre rascacielos me hace sentir que estoy en el futuro! Eso sí, si lo tomo, trato se sentarme en el primer asiento del primer vagón para que la experiencia sea completa”.
Aires futuristas, rascacielos, gastronomía y arte exquisito, en una ciudad para quedarse a vivir
Fue en una jornada como cualquier otra en su Argentina natal, que Alejandro, marido de Alicia, le contó acerca de una oportunidad laboral que le ofrecía su empresa, y que incluía residir un tiempo Londres. Para Alicia, no hubo margen para demasiadas dudas, el contrato era por apenas unos meses, algo fantástico para cambiar de aire, aprender y crecer en experiencia. “Pero al llegar a Inglaterra, sentimos que nos estaba gustando vivir acá, y entendimos que quedarnos era una opción, y que me era posible conseguir trabajo por mis propios medios”, cuenta Alicia, quien hoy trabaja en el área de Recursos Humanos.
Ella ya había visitado Londres con anterioridad. Como turista, la ciudad la había conquistado con su atmósfera atravesada por una diversidad cultural potente, sus construcciones y monumentos icónicos, y los contrastes en sus calles, en donde pudo apreciar la fascinante fusión de los rincones históricos y elegantes, con lo moderno, lo alternativo y lo emergente. Sin embargo, lo que sintió cuando llegó a Canary Wharf en busca de aquel tren “que se maneja solo” fue distinto:
“Aquí hay rascacielos magníficos. El más alto en esta zona es el One Canada Square, diseñado por César Pelli”, cuenta. “Canary Wharf tiene mucho aire a Manhattan, pero con más espacios verdes, la limpieza por donde vayas es total y hay muchísimas esculturas de exquisito diseño. Es una zona prolija, amplia y, a pesar de ser un distrito financiero, el ruido ambiental es mínimo”.
“La zona tiene muchísimos restaurantes, cafés, dos shoppings, subterráneos y supermercados. Hay un sector que me hace acordar mucho a Puerto Madero, por los docks de ladrillos que también fueron reciclados y aprovechados para albergar restaurantes. Me siento muy a gusto cuando lo camino, disfruto el contraste de los rascacielos con los parques, todo enmarcado en muestras de artes transitorias y esculturas permanentes. Hay un sector nuevo que se llama Crossrail Place donde hay un roof garden (terraza) y la entrada es libre y gratuita, no hace falta reservar. Se llega a través de un largo túnel que para mí tiene aires futuristas: ¡parece la entrada a una nave espacial!”
Viajeros, empresarios, curiosos y hasta actores: Un lugar ideal para ver gente
Ya pasaron diecisiete años desde que Alicia dejó su tierra natal y, aún hoy, siente que su aprendizaje es constante. Atrás quedó su mirada de turista, pero adentrarse en Canary Wharf - tal como si ingresara a un cuento de ciencia ficción- le fascina tanto como si fuera la primera vez.
Pasear por aquel distrito también significa encontrarse con viajeros, empresarios, curiosos y hasta actores. Como aquella vez, cuando estaba en uno de los centros comerciales, y en un puesto de una panadería muy chic vio a un señor que le resultaba familiar. Alicia no podía darse cuenta de quién era, lo miraba muy fijo y él la miró también. Cuando se estaba yendo pareció querer detenerse ante ella, pero siguió de largo: “Claro, habrá pensado que lo estaría por saludar o pedir una selfie... Cuando se alejó, me di cuenta de que me había cruzado con el mismísimo Sir Ian McKellan”, cuenta Alicia, divertida.
“Si te gusta observar gente en tus viajes, este es un lugar ideal: El after-office es de rigor: a las 5pm los bares están a tope de gente charlando, tomando, pasándola bien. Todos elegantísimos, de traje, de pie con una cerveza o copa en la mano charlando a viva voz”, concluye Alicia, una mujer que considera que, incluso con todo aquello que nos aleja como seres humanos, los individuos somos muy parecidos en esencia, sin importar el lugar en el mundo que habitemos.
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En breves postales, “Mi Rincón Favorito” es una sección que invita a todos los argentinos (de acá y del mundo) a compartir su lugar preferido en el suelo que hoy habitan, ya sea un paisaje, un museo, un restaurante, o un rincón perdido. Tal vez, entre todos, podamos descubrir un poco más de la Argentina y el resto del planeta. Si tenés un rincón favorito para compartir podés escribir a mirinconfavoritoLN@gmail.com.
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