Muebles de diseño, hallazgos en mercados de antigüedades y piezas de cerámica salidas de su jardín-escuela: el hogar de esta arquitecta es una sucesión de buenas decisiones personales y estéticas. Mirá el video.
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“Pelos y Tijeras” era el nombre de la peluquería que ocupaba parte del frente de lo que hoy es la casa de Mishal Katz, arquitecta, urbanista, diseñadora, curadora y también ceramista (sí, todo eso). Detrás del local, hacia el fondo, la construcción seguía con un pasillo, dos dormitorios y remataba con una prefabricada Kanmar. Así encontraron el lote hace quince años, cuando el barrio todavía no estaba de moda. Todo lo contrario: a esa altura, la calle Rodney (la del bar que se hizo célebre gracias a la canción de Diego Frenkel), era un cementerio de autos confiscados por la policía. Sin embargo, Mishal, detectó un potencial único.
En ese momento, junto con su ex marido, que también es arquitecto, tomaron la acertada decisión de contratar a Laura Weinschelbaum para llevar adelante la construcción de ambientes amplios e integrados, con vistas abiertas, líneas puras y distribución continua.
La vida en movimiento
La ambientación es un espejo de los viajes, los recorridos y las múltiples inquietudes de Mishal representadas en objetos hallados o cuidadosamente buscados, que están en tránsito permanente.
“No hay una configuración fija. Antes, la mesa del comedor estaba donde ahora están los sillones, pero casi ni se usaba. Ahora el living está en conexión directa con la cocina”
“El piso está hecho con tablas de maderas de descarte, algo que había visto en Barcelona, cuando acá no se conocía. Costó mucho encontrarlo, sobre todo porque son 200 metros cuadrados, pero justamente eso era lo que quería: el ritmo único que le dan las vetas y los colores de placas diferentes”.
"A veces voy caminando, veo algo que me llama la atención, vuelvo y efectivamente vale la pena. Hay paletas y formas que están en mí desde hace mucho, que ya veía en la casa de mi mamá o de mi abuela."
Arq. Mishal Katz
Cocina abierta
Los paños de las ventanas de la cocina, igual que las del resto de la casa guardan la proporción de 1/3 y 2/3. La repisa retroiluminada destaca parte de la colección de vajilla.
“Usamos mucho la barra. Aquí, desayunamos con mi hijo y comienza la charla antes de la cena con amigas. Dejar los estantes abiertos fue toda una decisión”.
Recorrido con ritmo (Video)
Vamos a la planta alta
Los paños de vidrio traen la luz de la calle. Mishal encontró una solución creativa y colorida para el perchero de la entrada. La escalera conserva unas sogas elásticas que puso como protección cuando su hijo era bebé.
Tres aspectos marcan la identidad de la casa: la galería, que conecta con el living; el piso, de placas de maderas recuperadas, y el hall con techo de vidrio en doble altura, fuente de luz constante.
En su taller, Mishal pasa horas trabajando en sus piezas de cerámica. Desde hace algunos años decidió explorar el universo de la alfarería. De las clases semanales pasó a los cursos más especializados: modelado, transferencia y química para fabricar sus propios materiales y pigmentos.
Dormitorio principal
El género suizo de piso a techo que cubre el respaldo se lleva todas las miradas por el diseño, pero también por lo creativo del recurso que le da color a todo el ambiente. Detrás, más espacio de guardado, que nunca es suficiente, sobre todo en la casa de una diseñadora.
Si algo abunda en el vestidor de Mishal son los accesorios, como los que hizo junto con su hermana en la tienda Las Katz. Aquí están están dispuestos de manera original en bowls y pies para masitas.
Galería y jardín-escuela
“Otra gran decisión arquitectónica fue la losa que funciona como galería, que es el símbolo de la casa. En 15 años tuvo varias ambientaciones; aquí pasamos casi todo el año, salvo cuando hace mucho frío”
El jardín, que estaba en desarrollo cuando visitamos a Mishal, ahora es un vergel tropical. Ella nos envió las fotos de este nuevo espacio diseñado por Ignacio Montes de Oca donde se realizan las clases de cerámica.
“Cuando le conté a Ignacio que las clases son al aire libre, surgió la idea del un jardín-escuela selvático, con espacios definidos para distintas situaciones”
“Creo que mi talento juntar gente, elegir, decidir, desarrollar ideas”, cuenta la arquitecta y diseñadora que decidió abrir las puertas de su casa para recibir grupos de mujeres que se reúnen a crear a cielo abierto.
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