Bombas en la basura y huelgas de hambre: cómo operaba el grupo que asesinó al tío favorito del príncipe Carlos
La última temporada de The Crown cautivó a sus fanáticos con historias poco conocidas de la familia real británica. Entre ellas, una de las más resonantes es la de Lord Mountbatten, quien murió en 1979 a causa de un atentado del Ejército Republicano Irlandés (IRA, por sus siglas en inglés), una organización paramilitar que reclamaba la independencia de Irlanda del Norte y protagonizó dramáticos episodios.
Si bien la lista de conflictos en los que estuvo involucrado el IRA es muy extensa, algunos sucesos son especialmente recordados. Es el caso del ataque que acabó con la vida de Lord Mountbatten, tío abuelo del príncipe Carlos, quien el 27 de agosto de 1979 se encontraba en un barco que fue bombardeado. Murió junto a otras tres personas.
Pero eso no fue todo. Esa misma tarde, se produjo la llamada "emboscada en Warrenpoint". El IRA detonó dos bombas sobre un convoy inglés, provocando la muerte de 18 soldados y un civil en lo que se consideró la mayor pérdida que experimentó el ejército británico en Irlanda del Norte.
Después de los ataques, el IRA emitió un comunicado donde se adjudicaba los atentados. "El IRA se atribuye la responsabilidad de la ejecución de Lord Louis Mountbatten. Esta operación es una de las formas discriminatorias en las que podemos llamar la atención del pueblo inglés sobre la ocupación continua de nuestro país. La muerte de Mountbatten y los tributos que se le rindieron se verán en agudo contraste con la apatía del gobierno británico y del pueblo inglés ante la muerte de más de 300 soldados británicos y la muerte de hombres, mujeres y niños irlandeses en las manos de sus fuerzas", anunciaron en ese entonces.
Estas no fueron las únicas manifestaciones públicas del IRA, que no siempre recurrió a los elementos explosivos. Más adelante, en 1981, Bobby Sands, un miembro del grupo, comenzó una inédita huelga de hambre que se prolongó durante 66 días. En medio de esa protesta, Sands fue elegido para ocupar uno de los escaños del Parlamento, pero murió el 5 de mayo.
La historia de Sands generó una fuerte conmoción, por lo que 100.000 personas asistieron al funeral y se produjeron disturbios en Belfast. En consecuencia, otros seis miembros del IRA y tres del Ejército de Liberación Nacional Irlandés decidieron continuar la lucha de Sands y también ayunaron hasta morir.
Tal fue el impacto de las protestas que la primera ministra Margaret Thatcher aceptó algunas de las demandas de los manifestantes para intentar llegar a un acuerdo sobre la independencia de Irlanda del Norte y cesar la conflictividad.
Otro de los históricos atentados del IRA tuvo lugar en febrero de 1991. "Una bomba, escondida en un tacho de basura, arrojó vidrio y metralla a través de la explanada de la estación Victoria a las 7:40 AM, cuando estaba abarrotada de viajeros en su camino a la ciudad desde los suburbios del sur de Londres", informó The New York Times.
Los explosivos dentro de los cestos de basura se convirtieron en otro de los mecanismos que caracterizó el accionar del IRA. Uno de los eventos que lo confirmaron ocurrió el 20 de marzo de 1993, cuando dos niños de 3 y 12 años murieron y otras 50 personas resultaron heridas durante un bombardeo provocado en un centro comercial en Warrington.
Ese día, en el que también se enfrentaban los equipos de Irlanda e Inglaterra en un partido de rugby, los menores, Jonathan Ball y Tim Parry, estaban comprando regalos del Día de la Madre y fueron impactados por la trágica explosión proveniente de los tachos de basura. Jonathan Ball murió en la primera detonación y Tim Parry corrió, pero gran parte de su cara quedó destruida.
El ataque provocó indignación a nivel mundial y se iniciaron llamados de paz para terminar el enfrentamiento. Si bien en 1994, el IRA declaró un "cese completo de todas las actividades militares", no fue hasta el 28 de julio de 2005 cuando el grupo anunció formalmente el fin de su campaña armada. "Se ha ordenado a todas las unidades del IRA que arrojen las armas", sentenciaron en un comunicado.
Aunque el IRA cesara sus ataques, los distintos episodios marcaron la vida de los británicos. En las calles de Londres, por ejemplo, persiste la costumbre de no instalar tachos de basura, especialmente en las estaciones de transporte, por el temor a las detonaciones.
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