Baños “monolíticos”, la tendencia que gana terreno en el diseño interior
Muchísimo han evolucionado en los últimos años los equipamientos para el baño y, sin embargo, es en el capítulo revestimientos donde los adelantos parecen haber escalado más alto. Se trata de una nueva generación de materiales, que llegaron para aportar tanto una resistencia hasta ahora desconocida, como infinitas posibilidades de diseño.
Neolith se inscribe en esa línea. Y es que esta superficie de piedra sinterizada presenta unas prestaciones fuera de serie (como su resistencia, su porosidad casi nula y su fácil mantenimiento), a lo que se suma que, al estar disponible en piezas de gran formato, permite minimizar las juntas y generar así una superficie continua que resulta a la vez bella e higiénica: una "piel arquitectónica" capaz de vestir cualquier espacio donde se aplica.
"Una de las grandes ventajas de Neolith es que, como viene en placas de gran formato y en diferentes espesores, se puede usar tanto para revestir las paredes de piso a techo como en pisos e incluso en muebles", explica el arquitecto Ezequiel Amado Cattáneo.
¿Qué hace que sea favorito en los baños? Según el arquitecto es la ausencia de juntas, la belleza de las superficies continuas y la cantidad impresionante de colores, acabados y patrones que dan pie a todo tipo de posibilidades, sin dejar de lado el factor higiene. "Ahí hay otra diferencia importante con los materiales naturales -advierte- que pueden ir absorbiendo y cambiando un poco el tono con la humedad o el sarro. Neolith resulta en ese sentido supernoble, de hecho prácticamente no necesita mantenimiento".
Un material que acompaña
"Lo he usado en pared de piso a techo, en pisos, en mesadas y en revestimiento de muebles. Por la condición técnica que tiene y por su capacidad de tenerlo en espesores tan esbeltos es posible adosar Neolith a cualquier superficie, incluso las móviles como podrían ser las puertas de un vanitory o el revestimiento de una hoja corrediza. Hasta he visto que lo han empleado como cielorraso", señala el arquitecto cordobés Franco Priotti. "Eso sí -aclara- si hablamos de un material tan noble y sofisiticado, entonces el diseño del proyecto tiene que estar muy bien pensado como para no echar a perder el valor agregado que te da una placa de tanta calidad".
"Para lograr un baño completamente continuo de piso a techo, no hay nada como Neolith", afirma por su parte Adriana Sierchuk, de Barrionuevo Sierchuk Arquitectas. "Si hay que hacer un baño de cero, no dudaría en recomendarlo: es inalterable con el tiempo, la cartilla de colores y diseños es espectacular, combina con todo y además se puede trabajar con diferentes espesores", añade.
El material que en la Argentina es importado por De Stefano se fabrica a partir de diversos materiales granulados –provenientes del granito (que otorga dureza), del vidrio y del sílice (para sumar estabilidad química) y de óxidos naturales (que dan lugar a las diferentes tonalidades)-, Neolith trae consigo una tecnología pionera en la que reside el secreto de sus prestaciones: la sinterización. Se trata de un proceso que imita en unas pocas horas la forma por la cual se crean los pétreos a lo largo de miles de años y que a grandes rasgos consiste en someter a las materias primas a unas condiciones altísimas de temperatura y presión.
"A primera vista puede parecer que hablamos de un material caro, y sin embargo hay que ver la cuenta entera. Con Neolith el desperdicio es mínimo, lo que claramente contribuye a la economía de obra", señala el arquitecto Nazareno de Souza. Y aclara: "Sí hay que tomar algunos recaudos. Uno es tener una mano de obra de instalación súper calificada. El otro, que para casos de remodelaciones de baños en los que por ejemplo se quiera colocar Neolith de piso a techo, las placas tienen que poder pasar por la puerta", explica, no obstante aclara que como los módulos más grandes de Neolith vienen 3,2 por 1,6 metros, "de repente se puede usar el mismo alto con un ancho más reducido y también queda fenomenal, máxime si a esa junta se le agrega diseño a través de un perfil de acero inoxidable, un fleje de aluminio o una moldura".
"Justo ahora estoy en una obra cuyo baño está cien por ciento revestido en Neolith, el mismo revestimiento de pared a piso, el frente de la bañera e incluso el vanitory, que se lee como un volumen macizo y puro. Elegí un diseño que me encanta, el Zaha Stone, creado por Zaha Hadid. Mantuvimos el revestimiento original y aplicamos Neolith de 6 milímetros de espesor encima. Lo bueno de tener un grosor tan fino es que prácticamente no perdimos superficie: no hay un porcelanato que tenga estas características", añade el arquitecto. Y remata: "Es como meterse en una cantera, es una caja con peso y mucho lenguaje. Con Neolith lo que querés hacer, lo podés hacer. Siempre tenés un espesor y una medida que te acompaña".
LA NACION