Banana, ciruela, pera y limón son algunas de las frutas que se destacan en verano. Te contamos sus principales características y te proponemos cuatro recetas para darles el mejor uso.
BANANA
Es el alimento perfecto en el envase ideal, y una de las frutas con más consumo en el planeta por sus múltiples virtudes: sabrosa, nutritiva y práctica.Originaria del Sudeste asiático, su nombre latino Musa paradisiaca deriva de las antiguas leyendas orientales que la definían como el árbol del paraíso. Los soldados del ejército de Alejando Magno fueron los primeros europeos en probar esta fruta en el sur de la India, en el año 327 a. C. Varios siglos más tarde fue introducida en África y en Europa. En 1855 llegó a las islas Canarias la variedad existente hasta la actualidad en esa zona, Musa sinensis o Musa cavendishii. Desde allí se difundió e instaló en el Caribe. Alcanza una altura de 2 a 2,5 m.
CIRUELA
¡Perfume a verano! Es una fruta asociada a los recuerdos de infancia, a jugar bajo la copa del árbol, a cosechar y comer en el momento, o preparar luego mermelada. El ciruelo europeo es un árbol vigoroso de hoja caduca. Alcanza una altura promedio de 4 o5 m, aunque con la poda puede reducirse a la mitad. Las yemas que darán frutos se originan sobre dardos (pequeñas ramitas de 2 a 5 cm que, además de las yemas fructíferas, tienen otra de madera en su extremo). Cada yema origina una o dos flores blancas y grandes.
LIMÓN
Aún podemos encontrar en los jardines y en los fondos de las casas argentinas los limoneros que los inmigrantes europeos, en especial italianos y españoles, plantaban al establecerse.Su origen se sitúa en Asia y fue llevado a Europa por los árabes en el siglo XIII. La palabra "limón" procede del árabe laymun.Es un árbol de porte mediano a grande, de crecimiento vigoroso y de copa abierta. Tiene hojas perennes, de color verde y con espinas en las ramas. Las flores son blancas y muy fragantes.
PERA
Es una fruta jugosa y perfumada, de color que va desde el amarillo claro al rojo intenso. El árbol tiene su origen en Asia Menor y Europa del Este. Es de ramas erguidas y su copa tiende a ser piramidal. Sus hojas son medianas, ovoides y de color verde brillante en la cara superior y opacas en la inferior. Las flores son blancas, muy abundantes. El peral puede alcanzar gran altura: llega a superar los 20 m.
LA NACION