:: Lejos de la estética sobria de otros SUV premium, el BMW X2 es un vehículo con el que no se podrá pasar desapercibido. Una impronta innovadora, que se aleja del concepto familiar de buena parte del segmento: el X2 tiene una silueta deportiva e incluso resigna practicidad en función de ese estilo tan particular.
Bajo la plataforma de los exitosos crossover X1 y Mini Countryman, la marca de Bavaria desarrolló este modelo de tracción delantera que llega para hacer frente al auge mundial de la categoría: el X2 es una creación para empezar a llenar casilleros intermedios en la oferta. Antes, los SUV de BMW pasaban del X1 al X3.
Estética
La firma premium se despojó de la tendencia continuista para romper el tablero con el X2. El planteo de diseño combina deportividad con cierto toque elegante y llama la atención dónde está ubicado el logo de BMW: sobre el ancho parante trasero, un recurso utilizado en modelos de las décadas de los 60 y 70. Sus rasgos combinan algo de cupé, en especial por la caída del techo, con elementos de SUV, como la altura y línea de cintura elevada y el aspecto musculoso. En la parte frontal se destaca la parrilla de doble riñón, típica de BMW, con un look aggiornado, mientras que los grupos ópticos muestran una imagen más agresiva. La carrocería del X2 mide 4,36 m de largo, 1,84 m de ancho y 1,62 m de alto, y la distancia entre ejes es de 2,67 metros.
Por dentro, el panel central está orientado al conductor y la ergonomía está realmente bien trabajada. Sobre el panel de a bordo se destaca una pantalla táctil intuitiva y las butacas son deportivas, tapizadas en Alcántara con costuras en tono azul.
La posición de manejo es cómoda, aunque las regulaciones del asiento son manuales, al igual que la del volante. Sí tiene un botón de regulación lumbar electrónico. La calidad interior es inobjetable, con revestimientos suaves y acolchados.
En materia de confort, ofrece climatizador bizona y un techo panorámico que posee una cortina que aísla el calor en días agobiantes. El espacio trasero es ideal para dos, aunque si son de contextura media, mejor. Por su parte, el baúl ofrece una capacidad digna, que en condiciones normales alcanza 470 dm3 cubiertos. El estilo de la carrocería hace que la visibilidad hacia atrás sea limitada, obligando a recurrir a la cámara de marcha atrás para maniobras cerradas.
Potente
El X2 que se ofrece en Argentina equipa un motor naftero de cuatro cilindros en línea 2.0 de 192 caballos, que se destaca por la gran entrega de torque de 28,5 kg desde muy bajas vueltas. Con un funcionamiento suave y elástico, se pone nervioso cuando comienza a escalar el tacómetro. Entonces, un sutil ronquido deportivo invade el habitáculo, en especial cuando está seleccionado el modo Sport. La aceleración de 0 a 100 se completa en 9 segundos, con una velocidad máxima de 225 km/h. Este propulsor trabaja asociado con una caja automática de doble embrague y siete marchas, que responde correctamente, y que además ofreces levas en el volante si deseamos obtener una respuesta más instantánea.
En cuanto al rendimiento, ofrece un valor promedio lógico, entre ruta y ciudad, de 12 kilómetros por cada litro de combustible.
La tracción es delantera, por ende, no se trata de un modelo apto para el uso offroad intensivo. De aire urbano, la ruta, las autopistas y los lugares para resaltar ante la vista de otros son los sitios donde más cómodo se siente el X2.
Esta versión dotada con el pack M sobresale por su comportamiento dinámico. Dobla con solvencia gracias a un sistema de dirección firme y directo, mientras que su suspensiones reflejan un gran aplomo, a pesar de que en pisos irregulares sacrifican el confort de marcha; en gran parte, por el tipo de neumáticos de perfil bajo.
Como sucede con otros modelos de la marca, es posible seleccionar diferentes modos de conducción mediante un comando en la consola central: Ecopro, Comfort y Sport. Los cambios que se producen en las respuestas del motor y la caja, en la firmeza de la suspensión y en la asistencia de la dirección son significativos.
El X2 puede competir con el Audi Q3 y el Q5, pero también con el Mercedes-Benz GLA y el Range Rover Evoque. Es algo más caro en comparación (US$ 73.700); sin embargo, está claro que se trata de un modelo muy particular, que encuentra su diferencial en el diseño, un aspecto tan intangible como subjetivo, pero incuestionable a la hora de definir una compra.