Ocurrió en Borneo mientras un fotógrafo realizaba un recorrido con un grupo de guías locales. “No debo involucrarme con animales salvajes”, dijo el hombre.
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Es fotógrafo de la naturaleza y fotoperiodista, vive en Indonesia y siempre creyó en el poder de la fotografía para generar emociones y cambios sociales. “Mi forma de pensar es que cada foto puede hablar por sí misma. Me gusta más tratar de retratar una emoción con la que pueda conectarme”, aseguró Anil Prabhakar.
Fue en ese contexto que, después de enterarse de la difícil situación de los orangutanes debido a la deforestación, Prabhakar se involucró con la Borneo Orangutan Survival Foundation. Y en 2019, visitó la fundación, con la esperanza de conocer más sobre sus programas. Ya instalado en el lugar, le ofrecieron un recorrido por sus tierras protegidas para conocer de primera mano el trabajo que allí hacen. La fundación dirige programas de rescate, rehabilitación y reintroducción del orangután en Borneo Oriental y Borneo Central. Hacia julio de 2021, más de 400 orangutanes se encontraban bajo su cuidado. Es la ONG más grande de conservación de primates no humanos en todo el mundo.
“Esta organización rescata a los orangutanes de la pérdida de hábitat, los cazadores furtivos y de los que se encuentran en cautiverio. Los recuperan los ayudan a regresar a la naturaleza. Los animales son rehabilitados de lesiones, enfermedades y el trauma que han enfrentado. Luego son trasladados a un bosque en forma temporal, donde pueden acostumbrarse a vivir en libertad. Finalmente llega el momento del paso final: cuando comienzan a vivir por su cuenta -aunque siempre monitoreados- en el bosque principal de la fundación”.
Peligros que acechan
Durante el recorrido, mientras caminaba por la jungla, Prabhakar notó que un miembro de la tripulación ingresaba a un pequeño río. Preguntó a los guardias por qué el hombre se acercaba al hábitat del orangután y le dijeron que allí habían visto una serpiente. “Las serpientes venenosas son peligrosas para los orangutanes, así que los cuidadores tienen que estar atentos a este tipo de amenazas”, dijo Prabhakar. “Entonces, el hombre comenzó a limpiar los arbustos a lo largo del río. Pero era como si se moviera en cámara lenta porque sus piernas se atascaban dentro del barro”.
Prabhakar notó que el hombre estaba luchando por levantar las piernas, pero no era el único preocupado. Una orangután que estaba sentada cerca también estaba viendo cómo se desarrollaba el drama.
“De repente, este orangután se acercó a las orillas del río, se sentó allí y observó lo que estaba haciendo”, dijo Prabhakar. “Mientras el hombre luchaba por sacar las piernas, el orangután puso su mano izquierda en la orilla del río y extendió la otra hacia él. Fue un gesto encantador“.
Un gesto encantador y una reacción inesperada
Durante tres minutos, el orangután se ofreció a ayudar a sacar al hombre del barro, pero éste simplemente ignoró la mano extendida y se alejó.
“Para mí, esto fue completamente nuevo”, dijo Prabhakar. “Nunca esperé ver algo así. En mi mente, este orangután estaba tratando de ayudarlo. Pero la reacción del cuidador fue exactamente la contraria a la que me hubiera imaginado”.
Cuando el miembro de la tripulación regresó a la orilla, Prabhakar le preguntó por qué no había aceptado la ayuda del orangután. El hombre explicó que estaba allí solo como “salvavidas” y que nunca debía involucrarse con los animales salvajes. Añadió que los orangutanes tienen manos y brazos tan fuertes que es posible que lo hubiera lastimado o, peor aún, que el orangután perdiera el equilibrio y cayera también al río.
En 2016 el orangután de Borneo pasó a la categoría de especie en peligro crítico según la Lista Roja de mamíferos de La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Se estima que el número total de orangutanes de Borneo es menos del 20% de lo que era hace 50 años (de una población de unos 288.500 ejemplares en 1973 a una población de unos 57.350 en 2016) y este fuerte descenso se ha producido sobre todo en las últimas décadas debido al desarrollo y a las actividades humanas. Su hábitat se ha reducido tanto que ahora solo se encuentran en las zonas de selva tropical restantes. Según la UICN, se espera que en un plazo de 10 a 30 años los orangutanes se extingan si no se hace un esfuerzo serio para superar las amenazas a las que se enfrentan.
Prabhakar se aferró a las poderosas fotos que tomó ese día durante un año antes de decidir compartirlas. La contradicción del orangután tratando de ayudar a un humano, incluso después de todo lo que los humanos han hecho para destruir su hábitat natural, conmovió profundamente a Prabhakar.
Prabhakar cree que hay una lección importante que aprender de ese momento y agradeció estar allí para capturarla y compartirla con el mundo.
Si tenés una historia de adopción, rescate, rehabilitación o ayudaste a algún animal en situación de riesgo y querés contar su historia, escribinos a bestiariolanacion@gmail.com
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