Astrología: cómo aprovechar la energía de Escorpio que está disponible
Durante estos días, el Sol está transitando Escorpio. Esto implica energía escorpiana disponible para que todos y todas la sintonicemos y aprovechemos. Aclarémoslo rápido: puede suceder más allá de que tengamos o no en nuestra carta natal esta vibración escorpiana, porque cuando el Sol recorre un signo, su energía configura el clima astrológico del mes. Si es temporada de lluvias, salimos con paraguas. Si es temporada de Escorpio: ¿qué hacemos? Para saberlo, es necesario hacer una breve caracterización sobre qué significa Escorpio en la secuencia del zodíaco. Escorpio es el octavo signo, viene después de los tiempos librianos —aquellos que permiten comprender que el individuo es un ser vincular y por ende su accionar siempre contempla la existencia de un otro con quien interactúa—. En el momento escorpiano, el elegante encuentro y registro del otro supera el estado protocolar de la seducción y pasa a una etapa de mayor intensidad, que se transforma en fusión emocional.
Sin matices
Escorpio corresponde al elemento agua y como tal es un signo muy sensible. La cualidad diferencial del agua de Escorpio es ser densa y subterránea. Escorpio rige las emociones más profundas, oscuras y tenebrosas. Los escorpianos saben que las emociones tienen capas ocultas y —tal vez por eso— muchas veces esconden las propias. Al mismo tiempo, suele gustarles develar las emociones ajenas y tienen un radar para descifrar los misterios. Al hacerlo, muestran su talento: sus rayos equis para percibir casi al instante qué sienten o disimulan los demás. Otra característica de este signo se entiende a partir de su planeta regente, Plutón. En la astrología, Plutón se asocia al poder y la transformación. Como planeta, nombra la existencia del ciclo de vida y muerte como algo constitutivo e inexorable. Plutón y Escorpio proponen la integración de la sombra, el conflicto y la intensidad emocional como instancias que empoderan y transforman al individuo. Los escorpianos pueden ser apasionados, ambiciosos, compulsivos, sexuales, profundos. Para ellos es blanco o negro. A veces, se pasan de tajantes y asertivos porque su forma de ver las cosas no admite matices; su percepción interna y psicológica es en términos absolutos — a veces, con una vibración de vida o muerte—.
Detectar las emociones
Entonces, para el resto de los mortales, ¿cómo sintonizar la propuesta de la temporada escorpiana? Escorpio tiene el poder necesario para atravesar el conflicto, y además conoce la receta: sumergirse hasta el fondo, persistir en el dolor hasta tocar el vórtice y renacer como el Ave Fénix. Si Escorpio sabe metabolizar y digerir el dolor, su temporada es una buena oportunidad para reconocer las heridas, detectar las emociones estancadas para así darles canal, exponerlas y finalmente liberarlas. También es una ocasión ideal para comprometernos con los duelos y despedir las relaciones que terminan, los seres queridos que mueren, e incluso honrar lo que muere en nosotros. Atravesar el conflicto, transmutar y potenciar una regeneración energética. Porque si hay muerte, hay resurrección. En ese sentido, es posible intentar concientizar nuestros ciclos vitales, tanto aquellas fases de destrucción como las que implican transformaciones internas y externas.
Conectar con nuestra sexualidad
Es un momento valioso para aprender a lidiar con las emociones profundas y nuestras zonas más íntimas. A su vez, si una temática escorpiana es la fusión pasional en el marco de la intimidad, podemos aprovechar la temporada de Escorpio para aceptar nuestras necesidades sexuales, repensar el vínculo con la sexualidad. O sea, reconocernos como seres deseantes (no importa si estamos o no en pareja, también vale reflexionar acerca de la relación con la sexualidad de forma individual). El Sol en tránsito por Escorpio nos habilita para comprendernos como seres sensibles y no por eso carentes de ambición o poder. Nos permite entender que expresar nuestra sensibilidad y vulnerabilidad no es sinónimo de impotencia; más bien es un indicador de un proceso emocional elaborado, del cual tenemos la suficiente madurez para nombrarlo sin ocultarlo o reprimirlo.
Sin dudas, el clima astrológico del Sol en tránsito por Escorpio puede iluminar nuestros conflictos más profundos porque estamos listos para aceptar que existen y sus marcas nos constituyen. La clave: preguntarnos qué duele, y cómo podemos transformar ese dolor. Seguramente sea difícil atravesar las repuestas. Pero las crisis no se niegan. Ahora, toca integrar las sombras para sanar y emerger.
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