Aseguran que el “agujero negro” más cercano a la Tierra es un sistema estelar “vampiro”
Un equipo de expertos europeos determinó que se trata de un espacio binario que fue captado poco después de que una de las estrellas succionara la atmósfera de la otra
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El agujero negro considerado hasta ahora como “el más cercano a la Tierra” fue descubierto en 2020 a solo mil años luz de nuestro planeta. Sin embargo, en las últimas semanas, un grupo de científicos llegó a la conclusión que éste consiste en “un sistema de dos estrellas vampiro” en una etapa evolutiva rara y de corta duración. La teoría de los expertos es que el sistema binario fue captado poco después de que una de las estrellas succionara la atmósfera de la otra.
En esa línea y de acuerdo con la revista científica Astronomy & Astrophysics, se trataría de dos estrellas luminosas, pero con separaciones angulares y movimientos orbitales muy diferentes. El estudio se hizo sobre el sistema triple HR 6819, para analizar la presencia de fuentes brillantes en el régimen de 1 a 100 billonésimas de segundo, que es un diagnóstico clave para determinar la naturaleza del mismo.
La investigación recibió gran atención en los últimos meses por parte de la comunidad científica, que unió fuerzas para determinar el origen de la situación. Sucede que un equipo de expertos de ESO (European Southern Observatory) descubrió hace dos años el presunto “agujero negro” en el sistema HR 6819, que se pudo haber convertido en el más cercano a nuestro planeta, pero los resultados de este estudio fueron impugnados por varias instituciones de investigación de Europa por no contar con los fundamentos necesarios.
El astrónomo Thomas Rivinius, autor principal del estudio divulgado hace unas semanas, sostuvo que es “normal” la atención que recibió la primera noticia del “descubrimiento de un agujero negro”, sin embargo, advirtió que los resultados de un nuevo descubrimiento “debería ser común que sean revisados” y “más aún si llega a los titulares” de todo el mundo. De acuerdo con el experto, en conjunto, encontraron una explicación idónea sobre la información que recabaron de que HR 6819 era un sistema triple, con una estrella orbitando un agujero negro cada 40 días y una segunda estrella en una órbita mucho más amplia.
No obstante, una investigación dirigida por Julia Bodensteiner, una estudiante de doctorado en la Universidad Católica de Lovaina, aportó una visión diferente sobre el descubrimiento. En ella, señalaba que HR 6819 también podría ser un sistema con solo dos estrellas en una órbita de 40 días y ningún agujero negro. Fue por esta deducción que los expertos señalaron que una de las estrellas pudo ser “despojada” de una gran parte de su masa. Esto solo significaba una cosa y es que, en momentos previos, esta masa había sido “robada” por otra estrella.
Con estos escenarios, los investigadores llevaron adelante una ardua tarea en conjunto para llegar a una conclusión más certera. “Habíamos llegado al límite de los datos existentes, por lo que tuvimos que recurrir a una estrategia de observación diferente para decidir entre los dos escenarios propuestos por los dos equipos”, dijo la investigadora Abigail Frost, de la misma institución educativa.
“Los escenarios que buscábamos eran bastante claros, muy diferentes y fácilmente distinguibles con el instrumento adecuado. Estábamos de acuerdo en que había dos fuentes de luz en el sistema, por lo que la pregunta era si orbitaban entre sí de cerca, como en el escenario de estrellas despojadas, o estaban muy separadas entre sí, como en el escenario de agujero negro”, describió Rivinius. Finalmente y tras minuciosas investigaciones, los nuevos hallazgos de los expertos determinaron que HR 6819 “es un sistema binario sin agujero negro”.
Por otra parte, Bodensteiner sostuvo que el sistema binario fue captado poco después de que una de las estrellas succionara la atmósfera de su compañera. “Se trata de un fenómeno común en los sistemas binarios cercanos, a veces denominado vampirismo estelar”, afirmó sobre el nombre ordinario que recibe. Además, explicó los motivos de la primera conclusión a la que habían llegado los expertos. “Mientras la estrella donante era despojada de parte de su material, la estrella receptora comenzó a girar más rápidamente”, explicó.
En esa línea, Frost calificó el descubrimiento como algo “emocionante” porque a partir de este hallazgo se podría estudiar cómo afecta el vampirismo a la evolución de las estrellas masivas. “Captar una fase de este tipo, posterior a la interacción, es extremadamente difícil, ya que es muy corta”, observó.
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