Artistas de Hollywood que también son choferes
Los integrantes de la nueva subclase creativa norteamericana apuestan a Uber como trabajo paralelo mientras reniegan de sus épocas de meseros y esperan conseguir un papel relevante en la pantalla grande
LOS ÁNGELES.– Cuando la actriz de 27 años Lauren McKnight no tiene algún papel en los programas de las cadenas VH1 o ABC, maneja una camioneta Scion xA color negro con la que lleva a ejecutivos de Hollywood hasta el aeropuerto. Y cuando Carlton Totten, de 23 años, no está estudiando las viejas películas de Marlon Brando para conjurar algo de su desbordante intensidad, está a bordo de un sedán Prius color gris llevando a los hijos de los multimillonarios desde la escuela El Rodeo de Beverly Hills hasta la sede más cercana de la Biblioteca Pública de Los Ángeles. Son integrantes de la nueva subclase creativa de Hollywood, donde ser chofer de alquiler ha reemplazado el empleo de meseros como trabajo lateral favorito de los actores y artistas subempleados de esta ciudad. En los últimos dos años, cientos de ellos se han incorporado a las filas de servicios de transporte compartido, como Uber y Lyft, debido a la flexibilidad horaria y la buena paga.
Es muy fácil identificarlos. Los varones usan la barba tupida y las mujeres usan maquillaje. Los uniformes suelen ser jeans, buzos canguro con capucha y remeras vintage descoloridas. El baúl de sus autos suele estar repleto de guiones de audiciones pasadas.
Hasta hace poco, ser mesera en Ivy o vendedor en Fred Sagal eran consideradas formas confiables de ganarse la vida hasta saltar a la fama en una película de Wes Anderson o ser elegido por una de las grandes agencias que representan actores en Hollywood, como CAA o WME. Pero Krystal Harris, una actriz de 27 años que tuvo un papel en la reciente película de Kevin Hart, About Last Night, descubrió que ese tipo de empleos estaban sobrevalorados. Ahora trabaja básicamente para Lyft.
"Fui jefa de camareros en tres restaurantes –dice Harris–. En términos de horario, son trabajos muy poco flexibles. Me terminaron echando por irme a una audición."
En 2013, decidió convertir su Ford Escape en una caja registradora ambulante. Tenía control total sobre sus horarios y no debía arreglar con nadie si tenía que asistir a una audición de último minuto. Ni siquiera había reglas que impidieran trabajar para Uber y Lyft al mismo tiempo.
Cuando los bolos actorales escaseaban, llegaba a manejar 40 horas por semana, y ya descontadas las comisiones de Uber y Lyft, embolsaba unos 20 dólares limpios por hora trabajada. Y si los dioses del casting la favorecían, simplemente apagaba la aplicación de su teléfono.
Hay muchos otros factores que acrecientan la popularidad de las changas de chofer, un fenómeno genuino de Los Ángeles. Para empezar, en esta ciudad no escasean los actores subempleados. Y la masa de tránsito revela que aquí tienen auto hasta los que no pagan el alquiler. A diferencia de Nueva York, otra ciudad con cantidad de actores subempleados, en Los Ángeles, si trabajan para Uber los conductores no necesitan una licencia especial para taxis y limusinas. Casi cualquiera que tenga registro de conductor y no tenga antecedentes penales puede estar trabajando en el lapso de una semana, siempre y cuando su vehículo sea cuatro puertas y de un modelo posterior a 2001.
Ser chofer para Uber también está en sintonía con la inclinación de esta ciudad por la interconectividad. Los clientes de Uber que piden un auto desde West Hollywood o Silver Lake seguramente escuchen algún relato de la última celebridad que fue llevada hasta ese lugar.
"Por acá pasé a buscar al hijo de Ron Burkle", dice Aaron Henson, un futuro emprendedor del sector tecnología, mientras da vueltas por Beverly Hills en un Prius negro. "Sabe quién es Ron Burkle, ¿no? Trabaja con ?Ashton y Guy Oseary." Totten dice que llevó a la autora de Age of Adaline. "Quería que le contara sobre mí, de mi historia y esas cosas."
Pero los días de los actores-conductores de Uber estarían contados. Hace dos años, podían llegar a ganar hasta 25 dólares la hora, pero ahora que está lleno de coches afiliados, los mismos choferes dicen que la tarifa promedio, de los 1,6 dólares por kilómetro en 2013, cayó a 60 centavos tras la más reciente reducción de tarifas.
Michael Amodeo, vocero de Uber Los Ángeles, dice que la empresa les garantiza 16 dólares la hora a sus conductores en horas pico, y unos 13 dólares en otras franjas horarias. Pero ellos se quejan.
Desde hace un tiempo, Totten empezó considerar conseguir otro trabajo paralelo. "Es probable que me dedique a Postmates", dice en referencia al servicio de delivery de comida que les garantiza a los choferes un mínimo de 25 dólares la hora. "Con esto ya no alcanza para vivir."
Traducción de Jaime Arrambide
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