Construir una casa de campo apelando a la sabiduría del entorno. Qué podría ser más lógico y propicio. Así se hizo en esta construcción sencilla, pero largamente meditada.
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Cada hogar es el mundo. Especialmente si se lo traza, como a este, teniendo en cuenta ciertos preceptos de la arquitectura védica. “No se suele ser consciente de que la orientación de la vivienda contribuye en gran medida con la salud, el bienestar y el consiguiente progreso”, dice la arquitecta Cinthia Pérez, responsable del proyecto (con la colaboración en la primera etapa del arquitecto Daniel Hurvitz) y conductora de Espacios con alma y música en Canal (á) Cultura.
"En un terreno de estas proporciones, una casa de dos pisos es un sinsentido. Pero como hay algo maravilloso en elevarse para aprovechar la vista de los cerros y el valle, la terraza es chata y transitable"
Arq. Cinthia Pérez, responsable del proyecto
“En los veranos de Yacanto, la temperatura llega tranquilamente a los 40 grados, pero de noche hay 25, ideal para disfrutar de atardeceres mágicos. Tanto se usa la terraza que los dueños pusieron ahí una parrilla para los asados de la noche. Cielo abierto, noche estrellada. Todo en esta casa está pensado para la vivencia”.
Austera y confortable
Mesa ratona hecha con maderas recicladas. Sobre el camastro, poncho comprado en un viaje y manta tejida de Tienda Barro, local de diseño en Yacanto. En la chimenea hecha con piedras del lugar, acuarelas de Viviana Morales. Tablas de cortar de Los Olivos, un clásico de la vecina localidad de San Javier.
Con excepción del baño, todas las paredes mantienen su revestimiento de revoque sin color. El contrapunto a su austeridad está en las aberturas herméticas, grandes portadoras de confort.
"Los dueños querían una casa de bajo mantenimiento, lo que no quiere decir poco interesante. Por ejemplo, usamos cemento alisado mezclado con piedra de cuarzo pulverizada en el piso y dejamos la madera para el cielo raso, desde donde cobija y da color, pero sin desgastarse tanto", nos cuenta la arquitecta.
En armonía con el entorno
“Este tipo de construcción que toma la sabiduría védica, en armonía con las leyes naturales, recomienda no usar materiales tóxicos y organiza las habitaciones según el movimiento del sol, para que los niveles de energía sean los adecuados en cada actividad (el frente mirando a la salida del sol, para que entre por la puerta de entrada energía de acción, trabajo y vitalidad; la cara oeste protegida con sombra natural, para frenar el sol de la tarde; los drenajes de la cocina evacúan hacia el sur). Por supuesto, es más fácil hacerlo en el campo, ya que las casas no tienen otras que las tapen”, concluye la arquitecta. Estar expuesto, pero bien orientado. Tal vez eso lo resuma todo.
"Entre la tranquera y la casa hay una suerte de amortiguador de vegetación autóctona que no se corta. En auto o caminando, los dueños siguen las huellas sabias de los caballos y las fueron aplanando hasta hacer un sendero".
En esta casa, el contacto con la naturaleza también significa el contacto con los animales como parte fundamental de la experiencia.
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