:: Araceli González pertenece a la generación de las supermodelos que marcaron los años 90. Luego redefinió su carrera hacia la actuación, espacio donde se volvió popular. Su imagen emana frescura y una belleza descomunal, a tal punto que pudo variar entre personajes de tintes masculinos, como su papel en Carola Casini, en el que compuso a una corredora de autos e hizo dupla con Pappo, y mantener su espacio en el idealizado mundo de la moda. Su cara empapeló las calles de Buenos Aires y también las carpetas escolares. Se transformó en empresaria y desarrolló perfumes y ropa, protagonizó novelas y obras de teatro. Se convirtió en embajadora de diversas marcas que se identificaron con su carisma angelical matizado con la esencia de chica de barrio. El estilo de Araceli fue variando en una misma dirección y supo adaptarse de acuerdo con los códigos de cada época.
Jeans y jardineros
En 1991, una morocha de pelo corto le daba cuerpo a la publicidad de By Deep inspirada en Ghost, el film que un año antes había marcado el éxito de taquilla protagonizado por Demi Moore y Patrick Swayze. Era la época donde las jeaneras se consolidaron a través del calce profundo tan solicitado por la mujer argentina. Luego situó un ideal de belleza a través de las publicidades de Caro Cuore. Su cabello cortito, flequillo irregular y los labios rojos en forma de corazón ya eran una marca registrada que tiempo antes habían inspirado al personaje Flopi Bach en El Negro Blanco, la historieta que aparecía en la contratapa de Clarín y que la llevó a la tapa de Playboy. Con todo este recorrido, Araceli llegó al prime time de la TV con La banda del Golden Rocket, donde se ocupó de poner de moda los jardineros.
Del lujo a la masividad
El nuevo siglo marcó un cambio de imagen para Araceli González. En los primeros años del 2000 se convirtió en la figura más cotizada para los eventos sociales. Fue nombrada embajadora de la maison francesa Louis Vuitton, pero de a poco cambió el lujo para ocuparse del mercado masivo. Fue cuando se dejó crecer el pelo, lo tiñó de rubio para anunciarse como imagen de las tinturas de L’Oréal al tiempo que seguía con su rol de empresaria. Primero lanzó Aracoeli, una marca de moda joven; luego se concentró en las fragancias y también empezó a diseñar una línea lencera. En 2013, fue la encargada de darle un cambio de look a Markova, una etiqueta masiva que desde entonces apela a las celebridades para comunicar sus temporadas.
La era digital
Modelo, actriz, empresaria, la explosión de la era digital tomó a Araceli como gestora de tutoriales en Instagram. Sin el artificio que requiere una red carpet, la sonrisa angelical de esta figura popular muestra rutinas de belleza y comparte su cotidianeidad; además, queda espacio para más anuncios, sumó una línea de lentes, y aun así, con su melena y labios siempre rojos, se la siente natural. Así como su carrera marcó etapas, en 2018 protagonizó un momento cultural que llevó el feminismo a la TV, cuando en el programa Intrusos dijo que no era feminista porque amaba a su marido y a su hijo. La declaración dio lugar a una serie de explicaciones para contar qué significa el movimiento. Gesto histórico y fundacional para una época más explicativa y cercana a la que Araceli también se adaptó.