Aprender juntos: el legado de la investigadora y educadora Melina Furman
“El amor por el conocimiento se teje en los juegos que hacemos, en las conversaciones, en las salidas”. La bióloga, fallecida hace algunas semanas, resumía así algunas de sus ideas sobre cómo se forma un pensamiento “crítico, curioso y creativo”. Fue en el marco de Aprendemos juntos, la propuesta educativa y transformadora de BBVA
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La divulgación científica –que a grandes rasgos podría traducirse como “contar la ciencia” para el público no especializado– resulta a todas luces estratégica para la cultura de una comunidad. Pero además, es hermosa: porque puede despertar vocaciones, puede abrir la curiosidad y puede volvernos seres más conectados y comprometidos con nuestro tiempo.
Es precisamente en esa rama que la destacadísima bióloga, educadora y autora Melina Furman desplegó su toda brillantez, dejando un legado enorme. Y es que la investigadora supo hilar los fundamentos de una científica y la intuición de una madre para dar forma a una serie de libros, charlas y conceptos que tienen que ver con enseñar no tanto la ciencia en sí sino, más bien, una vía para amar el conocimiento; no solo fórmulas sino herramientas, juegos de lo más estimulantes y esa suerte de “chispazo” que nos mueve hacia el deseo de aprender.
Sus libros, entre los que se cuentan ‘Enseñar distinto’, ‘Guía para criar hijos curiosos’ y ‘Curiosidad extrema”, apuntan a la formación de un pensamiento crítico, curioso y creativo que permita a las y los chicos de este mundo iniciar y seguir un viaje que con suerte no se terminará nunca.
Furman falleció hace algunas semanas a sus 49 años y la noticia conmovió profundamente a una comunidad educativa entre la cual sus ideas persisten y que la consideraba una referente talentosa, prestigiosa y sobre todo, muy querida.
Por qué es mejor aprender juntos
Varias fueron las apariciones de Melina Furman en el ciclo de BBVA Aprendemos juntos. Y no resulta extraño, comenzando por el hecho de que gran parte de su investigación justamente se centra en aplicar una mirada educativa que dé herramientas y prepare a las nuevas generaciones para la vida.
“Son esas experiencias compartidas –solía decir la bióloga– las que van a moldear el vínculo con el conocimiento”. “En ese aprender juntos están los momentos de compartir la vida con nuestros hijos y conectar con lo que a nosotros como adultos nos apasiona”, reflexionó durante una conversación que en el marco del ciclo tuvo con la experta en marketing para instituciones educativas Begoña Vaquero.
“En los primeros años de vida se teje ese amor por el conocimiento que, de algún modo, queremos quede para el resto de la vida. Y se teje en los juegos, en las conversaciones, en las salidas”, señaló entonces Furman, quien también compartió algunas anécdotas de preguntas curiosas de sus hijos “que podrían haber terminado en un ‘no sé’, o ‘averígualo vos’, pero se convirtieron en cambio en una oportunidad de aprendizaje compartido”.
“Tiene que ver con esta idea de, desde donde ellos están, hacer doble clic, o tirar del piolín y llevarlos más lejos. Y también conectar con lo que a nosotros como adultos nos apasiona. En algunas familias será la música, en otras bailar, o cocinar, o la huerta, o juegos matemáticos, o leer. Pero en cualquier caso hablamos de un tiempo compartido donde los niños nos ven a nosotros como seres curiosos y apasionados. Es cuando ellos traen preguntas a partir de las que podemos ayudarles a ampliar su mundo”.
¿Qué recordamos con más cariño de la escuela?
Otra de las memorables participaciones de Furman en el ciclo fue durante una charla con un grupo de jóvenes de diferentes países acerca de los recuerdos e impresiones que les dejó su paso por la escuela. Desde las amistades a los juegos, pasando por las travesuras, las etiquetas, los buenos y malos docentes, la “escuela ideal” según los propios estudiantes y la importancia de fortalecer la autoestima y la confianza formaron parte de la más que interesante reflexión compartida.
“¿A qué jugabas cuando eras chico? Esa puede ser una buena forma de retomar por dónde pasa la vocación, que a veces en los adultos no es tan obvia y puede aparecer intentando conectar con lo que nos hacía felices en la infancia”, marcó durante una de sus intervenciones.
Aprendemos juntos es el nombre de la propuesta educativa y transformadora de BBVA de la que la propia Melina Furman se declaró alguna vez como “fan”. En diversos formatos y entregas, el ciclo se compone de conversaciones con algunas de “las mentes más brillantes” de las ciencias, las artes, las humanidades, los deportes y la filosofía.
“Admiramos a las personas que se dedican a la enseñanza y que encienden la llama del descubrimiento. Aportamos herramientas, experiencias y conocimientos para que cada persona tenga la oportunidad de vivir de la mejor forma posible”, cuentan los responsables de la iniciativa que por su contribución a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) ha recibido el reconocimiento de las Naciones Unidas.
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