Este dormitorio en Barcelona se convirtió en un espacio de femenina modernidad gracias a una intervención precisa y muy efectiva, ideal para una joven mamá
La renovación, a cargo de Sol van Dorssen para el estudio de interiorismo Vestir Tu Casa, logró un cambio drástico sin obra, como es su lema. Engamado con la alfombra, el respaldo forrado remata con un trío de acuarelas de Salva Baixlaigua. Almohadones de lino combinados (Calma House), funda nórdica (Zara Home Barcelona) y manta de punto abierto como pie de cama. Sobre las mesitas de luz, lámparas con pie de metal cobrizo (Maisons du Monde). El baúl de mimbre brinda apoyo auxiliar y sirve para guardar los almohadones.
ANTES
Un ambiente frío y sin vida. El espacio se desaprovechaba con muebles bajos de madera. Además, una ventana indiscreta conectaba con el baño contiguo.
El cuarto tenía detalles propios de los años 70, como los desniveles y el espacio de la ventana curvo con ladrillos a la vista. Durante los primeros meses del bebé, la cuna estaba junto a la cama.
DESPUÉS
Se cambiaron las mesas de luz por unas más altas y cómodas; también el respaldo de cama por otro más importante, que se ajusta a las proporciones generales. El botinero se conservó, reemplazando los tiradores por un modelo tipo diamante. Sobre éste, se bloqueó la ventana daba al baño. Como los tiempos y el costo de eliminarla no entraban en los términos del proyecto, se pintaron los vidrios y se hizo una composición con un cuadro y otros elementos decorativos para disimularla.
Se pintó la zona de la ventana para integrarla al resto del ambiente. Se conservó una cómoda blanca y se la reubicó frente a la cama. Cuando la cuna pasó al nuevo cuarto, el espacio liberado permitió crear un cálido rincón de lectura.
Texto: Lucrecia Álvarez.