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Parece magia, pero es diseño: el departamento fragmentado y oscuro que compró Macarena Fernández Funes, una de las fundadoras de Dúo Creativo, quedó irreconocible después de la intervención de las arquitectas Amy Martelli y Andrea Real, socias de Estudio Trama, que revirtieron su distribución anticuada y poco ajustada al modo de vida actual. Acá vamos a ver cómo se amplió, modernizó e integró la cocina de época y se creó un lavadero luminoso.
Cómo se empieza
Al reformar una cocina, el punto de partida siempre es hacer un plano detallado de lo existente (tabiques, ventanas, radiadores, mochetas, etc.). Pasar todo al papel permite repensar la distribución y que aparezcan diferentes alternativas. Después, a medida que la obra avanza, surgen cosas nuevas y el planteo inicial del plano se va adaptando.
Nos tenía obsesionadas ese pasillo tan largo hasta el living-comedor, sobre todo porque hoy las cocinas pasaron a estar más integradas. Entonces dijimos: ¿Qué pasa si abrimos todo esto?
Luz natural
Una abertura existente de la cocina original y otra que estaba en el ambiente contiguo (el baño de la antigua dependencia) se reformularon para traer claridad a la zona de trabajo. La bajada de caños entre las dos impidió unirlas en un ventanal más grande.
Si el granito del pallier privado se cambió por calcáreos, al parquet oscurecido con los años se le dio un tratamiento de teñido y patinado.
El vidrio repartido
Para convertir una pared ciega en una transparencia con vidrio repartido, lo primero es asegurarse de que ese tabique que se está reemplazando no sea estructural. Luego, el material aporta múltiples beneficios: "El hierro tiene esa cualidad artesanal y, desde lo técnico, ofrece secciones más chicas que el aluminio o el PVC y podés hacer líneas más finas. Por si fuera poco, es sustancialmente más barato", dice Amy.
Un nuevo piso
La idea del calcáreo se impuso por su propio peso: es artesanal, es versátil, combina bien y hay una amplia variedad de diseños. Para reducir costos, en lugar de buscar una pieza especial, aquí se optó por jugar con la colocación armando un dibujo tipo alfombra.
Sacarle el jugo al presupuesto
La búsqueda de una cocina con líneas modernas incluyó la elección de Silestone como material para la mesada. El color elegido tenía un precio significativamente más bajo que el resto. "La decisión fue: el material de mejor calidad con el color más económico, que además va con la estética del conjunto", resumen las arquitectas.
Camino crítico
Los tiempos no son sencillos en la reforma de una cocina. Primero, se hace la parte de albañilería hasta que se arma la banquina, recién entonces el carpintero puede tomar las medidas para mandar a hacer los muebles, y hay que esperar a que estén colocados para que empiece a trabajar el proveedor de la mesada. "En una obra entera, como este caso, ni te enterás, pero si hacés sólo la cocina, el camino crítico te lo marca la fabricación de las cosas, que son todas a medida".
Además del acceso propiamente dicho, la cocina se conectaba con la dependencia y con el lavadero posterior. "Era casi un centro de distribución a las áreas de servicio"
Plano detallado
Nada que ver
El viejo lavadero se convirtió en toilette anulando la puerta que lo conectaba con la cocina y también el ventanal, reducido a una raja de ventilación. La distancia desde el viejo baño de servicio -que se demolió- hasta aquí fue salvada por un cloacal, cuya pendiente se resolvió elevando el inodoro sobre un escalón.
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