Año Nuevo: por qué se usa el amarillo en las fiestas para despedir 2021
En las fechas festivas, este color suele destacarse en la ropa de las personas y en los adornos decorativos como flores, manteles o luces
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En estas épocas de celebraciones, cada cultura posee costumbres o tradiciones que incluyen distintas actividades, decoraciones o vestimentas. En muchas civilizaciones occidentales y latinoamericanas, uno de los principales augurios positivos para recibir el Año Nuevo suele ser la utilización del color amarillo.
Ya sea en una prenda de vestir nueva, en las servilletas, en el mantel, en los globos o las luces, el amarillo aparece en estas fiestas como una de las tonalidades favoritas de las familias. Si bien cada color tiene un significado específico que lo distingue en las tradiciones, este arrastra consigo una larga historia.
El símbolo de cada color, puede regirse por las creencias culturales del sitio o también entran en el juego determinadas ramas de la psicología que los interpreta. En general, tienen un costado positivo y otro negativo.
En muchos países Latinoamericanos y en la Europa occidental, el amarillo tiene una connotación de buenos presagios. Nuestros antepasados le otorgaron el valor de nuevos comienzos. Así, por su parecido al oro y al Sol, fue relacionado durante cientos de generaciones a la riqueza, al cambio, a la eternidad y la energía vital. Incluso, en algunos culturas, también se lo vinculó a la fertilidad.
Debido a esta perspectiva, es un color ideal para implementarlo y aprovechar sus buenos presagios en el cierre de un año y en el comienzo del próximo, donde se depositan nuevos objetivos, desafíos, esperanzas y anhelos. Es por esto que las personas se visten con coloridas prendas amarillas y en las decoraciones de los hogares se destacan estos tonos dorados, para atraer a la buena suerte.
Más allá de la tradición cultural que rodeo al color amarillo, en la actualidad recibió nuevos simbolismos. Durante los últimos tiempos, también se lo asoció a la abundancia y la prosperidad.
No obstante a los buenos presagios de estas tonalidades doradas, como cualquier otro color, tiene un lado negativo. En este sentido, algunos especialistas lo relacionan con un sentido de engaño, traición y cobardía. Así, en algunos relatos bíblicos y obras de arte que refieren a Judas, el apóstol que traicionó a Jesús, lo describen o representan con una túnica amarilla, simbolizando la mentira.
A pesar de este aspecto controversial del color amarillo, en las culturas occidentales y en los países Latinoamericanos optaron históricamente por su vínculo con buenos presagios para el año entrante. De esta manera, es un tono ideal para acompañar la cena de “Nochevieja”, despedir el ciclo que pasó y recibir con esperanzas y vibras positivas el futuro inmediato que llega.
LA NACION
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