En la intimidad y en el sexo, las parejas de los pacientes suelen sentir al otro como “desconectado” de la relación. ¿Cómo debe tratarse el tema?
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Tanto la depresión como el trastorno de ansiedad pueden tener síntomas superpuestos, como cambios en el sueño, la concentración y el estado de ánimo. Sin embargo, la depresión se caracteriza por una tristeza profunda, pérdida de interés en actividades y sentimientos de desesperanza, mientras que la ansiedad se manifiesta con preocupaciones excesivas, nerviosismo.
¿Cómo influye esto en la intimidad de la pareja?
Tanto en el diagnóstico de ansiedad como en el de depresión suelen haber cambios tanto en el fuero de lo íntimo como en el sexual específicamente. Las parejas de los pacientes suelen sentir al otro como “desconectado” de la relación. En el caso de la depresión se presentan la anhedonia, falta de deseo, de motivación y energía. En el que caso de la ansiedad suelen presentarse síntomas sexuales como la eyaculación precoz, vaginitis, incapacidad para conectar con el presente y alteraciones en el disfrute, responde Sol rivera, licenciada en Psicología y Fundadora y Directora de Plenamente (equipo interdisciplinario de servicios terapéuticos).
Los números que alertan
La pandemia por COVID-19 provocó un aumento del 25% en la prevalencia de la ansiedad y la depresión en todo el mundo, según un informe científico publicado por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Por otro lado, casi la mitad de la población argentina padeció ansiedad durante la pandemia y el 30% atravesó niveles de depresión significativos, según un sondeo realizado en todo el país por el lnstituto de Investigaciones Psicológicas (IIPsi), dependiente del Conicet, y la Universidad Nacional de Córdoba (UNC).
Más allá de lo que heredamos del coronavirus a nivel salud mental, los diagnósticos por diferentes tipos de ansiedad y de depresión siguen en aumento. Y no solamente se ve perjudicada quien lo padece, sino también el entorno que lo rodea. Especialmente, en la pareja.
“Cualquier tipo de sintomatología de la salud mental interfiere de manera notable en nuestros vínculos. Y esto sucede por una clara razón: nuestro mundo emocional se expresa constantemente en nuestras acciones y en la manera de relacionarnos con los demás. Imagínense entonces, la enorme influencia de los trastornos de la salud mental en el ámbito de la pareja. Éstos suelen afectar la cotidianeidad, la capacidad de proyectar, el área sexual y las actividades de ocio y sociales, entre otros aspectos”, expresa Sol rivera, licenciada en Psicología y Fundadora y Directora de Plenamente (equipo interdisciplinario de servicios terapéuticos).
¿Qué puede hacer la otra persona para acompañar a su pareja tras recibir ese tipo de diagnóstico?
Brindar nuestra mirada de entendimiento y aceptación es fundamental. Y para ello, es importante que evitemos “querer sacar” al otro de donde está mediante consejos de lo que debería hacer y no hacer. Esto podría generar aún más exigencia. Por el contrario, entender implica aceptar que el otro no está pudiendo hacer algo distinto y, por lo tanto, el pedido de ayuda profesional a tiempo es fundamental.
Las muestras de afecto de manera incondicional, la escucha, el abrazo son de vital valor en dichos momentos. Siempre digo que solemos ponernos en el rol de “solucionadores seriales” cuando nuestra pareja está atravesando una situación así. Ya sea porque nos la pasamos dando directivas o bien porque resolvemos lo que el otro no está pudiendo. Sin embargo, esto no hace más que empeorar la sintomatología. El otro se ve sobre exigido y, además, le vamos quitando el poder y la autonomía de resolver y construir su propio camino de bienestar.
Lo que no hay que hacer
- No victimicemos al otro ya que contribuimos a su baja autoestima y poco empoderamiento.
- No juzguemos lo que le pasa: es muy fácil opinar sobre su diagnóstico, pero no tenemos idea sobre cómo se siente, piensa y lo difícil que es encarar acciones diferentes para el cambio.
- No demos consejos ni comparemos, en general suelen frustrar aún más a quien está atravesando dicha sintomatología.
- No minimicemos lo que le pasa.
¿Cómo debe tratarse el tema se la sexualidad en este tipo de parejas?
Conversando. Entendiendo que esa persona necesita un tratamiento y acompañando el mismo. Pero de ninguna manera queriendo ocupar un lugar simbólico distinto: el de médico, de psicólogo o de acompañante terapéutico. Esto suele desgastar la relación, además de no contribuir al bienestar del paciente. Tener claro de que seguimos siendo la pareja y no asumir funciones que no nos pertenecen.
¿Este tipo de situaciones (como puede ser una depresión) puede afianzar la relación entre ambos o todo lo contrario?
Por supuesto que puede afianzar la relación. Toda situación difícil atravesada y superada por la pareja, la vuelve más fuerte, y esto dependerá de las conversaciones entabladas, de la aceptación de la situación y de la capacidad de la pareja para aprender y reinventarse. Así como las personas nos vamos modificando, la pareja también se va transformando con las experiencias y las situaciones que vive.
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