El Rojo no está en sus mejores años. ¿Soñás con que vuelvan las épocas gloriosas?
No practico la nostalgia, tampoco es un estigma para los hinchas. Independiente no está obligado a ganar siempre, alcanza con la buena sintonía entre la dirección deportiva y la platea. No lo vivimos como los 18 años de River sin ganar campeonatos. Tenemos un pasado ilustre y la "mística".
El Bebe Contepomi contó que iba con vos detrás del arco a ver los partidos y la hinchada cantaba tus canciones. ¿Qué te producía escuchar eso en vivo?
Cuando las hinchadas adoptan nuestras canciones las mejoran. Mejoran la letra y respetan la música. Le suman picardía y un coro masivo descomunal. El canto poderoso de las hinchadas lo escucha Dios.
¿Qué representa esa frase de que se puede cambiar de auto, de chica o de opinión, pero no de equipo de fútbol?
En Argentina cambiar de cuadro es un pecado. Con el tiempo conocí otro fútbol, el de los profesionales; tengo mucha amistad con la gente del ambiente futbolístico y en ese ámbito no existen ya las banderas. Es algo que hablé con muchos futbolistas y entrenadores, muchos de los cuales se reconocen como hinchas de Independiente. Viviendo en España, las rivalidades balompédicas se diluyen pero los diablos rojos nos distinguimos. Tengo muy buenos amigos de todos los colores y amistad con históricos de Racing. En el Rock casi no hablamos de fútbol, no discutimos por esas cosas. Como músico me encuentro más cercano a los profesionales que a las hinchadas.
El homenaje a Maradona que le hizo Independiente fue muy movilizante y la versión de "Mi enfermedad" tuvo mucha repercusión. ¿Qué sensaciones te dejó ese momento?
Diego es mi amigo y mi mentor: nuestras sensaciones son nuestras, privadas. Ser Maradona es algo que nadie más entiende, pero le debo gratitud y lealtad fraterna para siempre. Canto para Diego como si solamente me escuchara él.
¿Y qué fibras te toca Messi?
Leo es increíble, tan sereno como persona como insólito como talento balompédico. Es nuestro Tiger Woods, algo nunca visto en el deporte. Le tengo mucha estima y lo extraño. Hace unos años nos hablábamos más a menudo. Pero es Leo… hay uno solo en el mundo.
En una entrevista dijiste que los equipos en Argentina se dividen en bandos por el tipo de música que escuchan.?¿Cómo es eso?
Así era hace unos años y debería seguir siendo así. Los futbolistas distinguen la música como diversión del contenido de "las letras y formatos musicales más interesantes que los ritmos de moda". Hace quince años coincidimos en Rosario con aquel plantel de Boca, hace veinte años dormía en el mismo hotel donde concentraba el River multicampeón. Los cracks más rockeros siempre me lo hicieron saber. Con los chicos de Boca nos juntábamos en una habitación exclusiva para aficionados al rock. En River nos hicimos amigos con Germán Burgos, muy comprometido al punto de grabar discos. También tengo buenas relaciones con el periodismo deportivo que me aprecia un poco más que la crítica musical.
¿Cómo vivís el amor por el Rojo a la distancia? ¿Podés compensar esa lejanía viendo al Real?
Sí. Me encanta ver al Madrid y al Barcelona, aunque soy madridista. Puedo teorizar durante horas sobre merengues y culés. Fui muchas veces al estadio, en Barcelona me reciben en el palco presidencial. También me gusta el boxeo, el baloncesto de NBA y la Fórmula Uno.