Flor y Magui son amigas de la vida, y juntas llevan adelante Tigra, una empresa de diseño de papeles hechos con fibras recicladas, a través de la cual logran crear ambientes únicos y originales trabajando en conjunto con sus clientes.
Flor García (39) es diseñadora de indumentaria y siempre trabajó en la empresa familiar que se dedica a la comunicación visual (carteles, marquesinas, neones, ploteos en general). En 2015, motivada por desarrollar una línea de producción propia, se pone en contacto con Magui Campi (38) que es diseñadora gráfica para hacerle la propuesta de poner manos a la obra y darle forma a su sueño. "Tigra nació en el primer encuentro que tuvimos", cuenta Flor, mientras recuerda cómo fueron pensando un nombre para que la marca connote fortaleza, ferocidad y a la vez delicadeza.
La vida del emprendedor es un camino lleno de desafíos que hay que estar dispuesto a sortear para tener éxito; una vez que comenzás a trabajar y cumplir objetivos ya no hay vuelta atrás. "Al principio nos tomamos este camino de emprender sin presiones: cada una seguía adelante con su trabajo fijo mientras íbamos desarrollando el negocio y nos hacíamos más fuertes, pero llega un momento en que tenés que decidir si vas a seguir a media máquina o te la vas a jugar".
No fue fácil, pero las dos lograron dejar sus trabajos fijos y dar el salto que necesitaban para que Tigra creciera y se afianzara. "Empezamos a evaluar qué queríamos hacer, cuál era nuestro objetivo. Simultáneamente nuestras familias iban creciendo; Magui fue mamá y yo quedé embarazada por segunda vez. Teníamos que resolver a qué le queríamos dar prioridad, cómo íbamos a manejar el ser emprendedoras y dueñas de nuestro negocio y a la vez ocuparnos de nuestras familias que también estaban creciendo. Sentíamos que había que elegir y también poder equilibrar lo emocional con nuestras ganas de crecer como emprendedoras"
¿Cómo pudieron hacerlo? ¿Cómo equilibrar dos mundos y hacer crecer su negocio? La organización, la confianza, la paciencia y el respeto con la otra y sus tiempos fueron la clave para poder seguir adelante. No fue fácil para Flor y Magui; pero la amistad y entendimiento resultaron ser el motor fundamental para Tigra.
Desafío emprendedor
Una vez que lograron dar el salto y animarse a darlo todo por Tigra, entraron en juego otras variables. "Nuestro papel es importado, lo traemos de Estados Unidos; por eso tuvimos que aprender y estar siempre atentas al movimiento del dólar de forma constante para poder hacer las compras de insumos y no perder en el intento"
La pandemia que atravesamos en este 2020, fue otro desafío que sortear. "Descubrimos que se puede manejar el negocio más allá de la pandemia. A pesar de todo, seguimos adelante con la elaboración de los diseños, las reuniones con los clientes y potenciales clientes e incluso descubrimos que algunos servicios que ofrecíamos - como el de relevamiento de las paredes ir a una casa - no era tan esencial, ni fundamental como lo creíamos. También crecieron nuestra web y las redes sociales: al estar más en casa, las personas aprovecharon para renovar sus espacios y convertirlos en lugares mucho más estéticos y amigables."
"Decidir cuándo nos la jugábamos a dejar nuestros trabajos con sueldo seguro para no arrepentirnos de nuestra decisión fue el mayor desafío que tuvimos que atravesar. Invertir tiempo en dos cosas paralelas no era productivo, porque no podíamos dar lo mejor para ninguno de los dos negocios, y eso es algo que te termina afectando. Seguir a media máquina no era una opción ni camino a tomar. El que mucho abarca, poco aprieta; eso nos terminó de ayudar a decidirnos para dar el salto. Tomamos la determinación y avanzamos juntas en esto".
Tigra Papeles
Los diseños que se encuentran hoy en la web son ideas propias pero siempre están abiertas a modificar los patrones de acuerdo a lo que el cliente quiera: colores, tamaños, fondos, agregar o quitar elementos. La esencia es adaptarse y poder trabajar en conjunto con cada uno. El producto final es la entrega de paños personalizados, del tamaño que cada cliente necesite: cada uno puede colocar el papel por su cuenta, no es necesario contratar el servicio de colocación, ya que es simple. Es un papel pre-encolado que viene con un adhesivo seco que se activa con agua. El papel es importado, de fibra reciclada y no tiene materiales plásticos; se rocía con agua y al activarse queda listo en la pared. "En Tigra imprimimos en una máquina látex, con pigmentos al agua, para asegurarnos de que el producto final que entregamos sea ecológico".
Además de tener como clientes al consumidor final, trabajan junto a arquitectos en diseños desde cero: ellos muestran la inspiración y ellas arman la composición.
"Si bien el 2020 fue un año de crecimiento para Tigra, ya veníamos trabajando online y la pandemia nos obligó y nos ayudó a organizarnos: pudimos tener reuniones más seguidas y plantear objetivos para avanzar a diario, cosa que antes se nos complicaba mucho por las otras actividades."
Por ahora el objetivo de Tigra es continuar con el crecimiento y la presencia online, aumentar la capacidad productiva y ampliar la clientela del mundo de la decoración de interiores y arquitectos.
En números
10.000 USD fue la inversión inicial.
20.000.000 es la facturación anual.
8.350 seguidores tienen en Instagram.